Entrevistamos a Hernán Camarero sobre los orígenes de la oposición de izquierda en Argentina. Él es historiador e investigador titular de la cátedra Historia de Argentina III (FFyL UBA), director de la revista Archivos y del Centro de Estudios Históricos de los Trabajadores y la Izquierda.
Martes 17 de noviembre de 2020 23:16
ENTREVISTA a HERNAN CAMARERO sobre los ORIGENES de la oposición de IZQUIERDA en Argentina - YouTube
1)Sin dudas la Revolución Rusa tuvo un impacto decisivo en el desarrollo de las organizaciones y partidos de izquierda en Argentina ¿Cómo es tu visión sobre este proceso que a su vez repercutió en la posterior conformación de los grupos oposicionistas de izquierda?
La Revolución Rusa indudablemente fue un proceso internacional que tuvo una profunda influencia en la configuración del campo de las izquierdas. Obviamente en todo el mundo, muy fuertemente en Europa y el mundo occidental, pero en América Latina tuvo una incidencia enorme. Particularmente en la Argentina donde ya había un movimiento muy importante de las izquierdas, muy denso, muy extendido y con una preocupación por la problemática internacional con niveles de cosmopolitismo. En parte por el fuerte componente inmigratorio que tenía el mundo de los trabajadores en la Argentina y en donde las cuestiones internacionales tenían un impacto fuerte, donde se habían configurado diversas corrientes de izquierda.
Entonces el impacto de la revolución en Rusia se sintió de modo inmediato.
Yo lo estudié en un libro reciente que se llama “Tiempos Rojos”, donde muestro un poco la diversidad de su impacto. No me refiero tanto a la revolución de febrero que derrocó al zarismo, porque ahí hubo un consenso muy amplio, en tanto se le entendía como una revolución democrática que abatía un régimen despótico, generando adhesiones muy amplias. Pero con la insurrección de octubre y la constitución del régimen soviético se deslindaron las aguas. Por eso lo que yo intenté mostrar en mi libro, es que desde octubre y noviembre del 17, cuando llegan las noticias de la insurrección de octubre, la adhesión y el apoyo al proceso revolucionario desborda las etiquetas con una adhesión muy genuina y muy espontánea de amplias capas de trabajadores y sectores populares
Influenció mucho el mundo de la cultura, la intelectualidad, muchísimos intelectuales, escritores, pintores. Sobre todo en los primeros meses y los primeros años generó una adhesión desbordante, donde se seguía mucho el curso de las transformaciones y las noticias que llegaban de Rusia, que por supuesto eran impresionantes, por trastocar todo el orden económico, social, político, cultural, el campo del feminismo. Obviamente las noticias que llegaban desde Rusia, como el control obrero de la producción, la destrucción de la tierra, el divorcio, el aborto, y la idea de emancipar a la mujer de la esclavitud del trabajo doméstico, eran cosas sensacionales que tenían un enorme impacto. Yo diría que los primeros años esa influencia se vio en todos los sectores. El Partido Socialista quedó conmovido. Ya había un ala izquierda en el partido que venía desde 1912 (por motivos por supuesto muy anteriores a la Revolución Rusa), y que justamente estaba rompiendo con el PS, siendo expulsada y fundando en enero de 1918 lo que va a ser el Partido Socialista Internacional (PSI). Si bien esta ruptura fue previa a la revolución rusa, la misma dotó de definitiva identidad a esta corriente. También hubo otros sectores del PS que luego adhirieron, por ejemplo, se formó la corriente de los llamados terceristas, o mismo en una figura histórica del PS como era el senador Enrique del Valle Iberlucea que también adhirió a la revolución rusa.
En general se vio en todas las filas del socialismo, pero lo notable es que también se ve en otras corrientes. Por ejemplo, en el sindicalismo revolucionario se formó un ala sindicalista roja que también adhirió al campo de la revolución. En el campo del anarquismo también hubo muchas adhesiones, aunque el anarquismo más bien viró a posturas en oposición al régimen soviético, en donde hubo corrientes que adhirieron a lo que fue conocido como el anarco bolchevismo. Con esto quiero decir que la adhesión al proceso revolucionario fue muy amplia en las primeras décadas del siglo XX.
Pero luego acercándonos a mediados de la década del 20, la adhesión más plena al régimen soviético quedó más restringido a una corriente, que fue obviamente la que representaba el Partido Comunista. Es decir, el PC, que en la Argentina como en muchos lados, terminó de algún modo monopolizando la representación y la embajada de la Revolución Rusa en Argentina.
Este mismo Partido Comunista (en adelante PC) surgió con ese nombre en diciembre de 1920, en un congreso en donde el PSI, siguiendo la circular Zinoviev y sus condiciones, funda el Partido Comunista como la sección argentina de la Comintern, que va a operar durante varios años. Esto es importante para entender el devenir de la oposición izquierda, ya que el PC argentino se va a convertir en el partido hegemónico en Sudamérica. No necesariamente por su tamaño, (porque luego surgen otros partidos comunistas con muchos militantes, como lo fue el PC chileno, que es muy interesante porque estaba mucho más desenganchado de Moscú).En cambio, en Argentina, lo que ocurrió es que el partido surgió muy pegado a los avatares del régimen soviético, siendo de los primeros en fundarse junto con el PC mexicano, y luego uno de los primeros en ser aceptados desde el año 1921 como sección oficial de la Comintern. Unos pocos años después, Buenos Aires se convierte en la capital del secretariado sudamericano y la Internacional Comunista. Entonces, de un modo va a ser como los ojos y los oídos de Moscú en Sudamérica. Hablamos de un PC fuerte en ese sentido, donde además se desarrolla rápidamente un aparato muy vinculado a Moscú, con dirigentes como Victorio Codovilla, Rodolfo Ghioldi.
Esto es fundamental para entender entonces por qué se da un surgimiento también tan precoz de la Oposición de Izquierda en Argentina, en donde sus primeros núcleos surgen ya hacia 1929, e incluso uno puede reconocer algunos elementos iniciales para fines del 1928. Esto tiene en parte que ver con un PC en donde el tema de la Revolución Rusa se discutía mucho, y con el hecho de que también ya se venía discutiendo (en 1925 – 1926), las polémicas que había en el seno del PCUS. Se discutían los planteos y alertas de Trotsky que cuestionaban la progresiva burocratización del partido y el régimen en la URSS, como también las discusiones sobre la política internacional, como por ejemplo, que se había tomado China con apoyo a Chiang Kai Shek, y obviamente el debate y la condena que hacía Trotsky a lo que se consideraba como teoría del socialismo un solo país, como una suerte de renunciamiento a las posiciones históricas del marxismo igual y como respuesta, el planteo de Trotsky sobre la teoría de la revolución permanente.
Esas discusiones empiezan a circular en el PC argentino ya desde el año 1925, y ya en 1926 el PC argentino formalmente se pronunció en contra de las posiciones de la Oposición de Izquierda, y se encolumna con las posiciones de Stalin y Bujarin. De modo que estos debates con un PC argentino tan pendiente de lo que ocurría en Petrogrado, Moscú y en la Internacional,(siendo un partido que está presente incluso de manera directa en el Comité Ejecutivo de la Internacional comunista), es importante para entender el surgimiento de la oposición de izquierda en el país.
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2) En este sentido, en tu reciente artículo de la revista Archivos, planteas que Argentina es el primer país de la región en donde se encuentra el germen de la Oposición de Izquierda ligada al Trotskismo a nivel internacional. ¿Qué tensiones se generaron en este contexto con el Partido Comunista Argentino que se encontraba alineado con la Comintern estalinista?
Esto se vincula con una pregunta que quizá vendrá después sobre porque se establece una suerte de relativa diferenciación en términos de análisis historiográfico, que también puede ser términos políticos, entre lo que todavía es la oposición de izquierda y lo que luego va a ser identificado con el trotskismo.
Técnicamente la oposición de izquierda es el primer estadio de una corriente que luego adopta total autonomía en todos los planos con la constitución formalmente en 1938 de la Cuarta Internacional. Pero no fue así en los inicios, y eso es un poco lo que yo quise demostrar en mi artículo en el que precisamente no puse la palabra trotskismo. Mi artículo de la revista Archivos se llama: Contra la corriente. La oposición de izquierda en Argentina del 1929 a 1933. Me parece que es un periodo de cuatro años que tiene su propio perfil, que hay que estudiarlo en su especificidad.
Nosotros que somos historiadores nos gusta precisamente eso, historizar mucho los fenómenos, y no hacer análisis anacrónicos o teleológicos. Es obvio que el desarrollo del trotskismo en la Argentina y en el mundo tiene que ver con los primeros pasos que da la oposición de izquierda, pero no necesariamente, incluso porque hubo algunos componentes que estuvieron en la oposición izquierda, pero que luego no fueron trotskistas. Y lógicamente, trotskistas que llegaron a hacerse trotskistas luego, sin haber formado parte de la experiencia de la oposición de izquierda.
Lo que yo vi en primer lugar e intenté mostrar en el artículo, es de un modo como plantear un concepto, que me pareció que podía definirse como campo comunista. ¿Qué quiero decir cuando hablo de campo comunista? Advierto que al menos en Argentina, (ya que esto ocurre en otros países), el PC argentino -como venimos de señalar- fue el más consolidado de Sudamérica, que se fue desenvolviendo con un aparato importante, que fue ganando inserción en el movimiento obrero. Como señalo en otro libro “A la conquista de la clase obrera” e identifico hacia el año 1925, que es cuando se adopta la estructura de células obreras y se conoce un proceso de inserción en el movimiento obrero importante, siendo todavía una corriente en minoría respecto al sindicalismo revolucionario, incluso al propio socialismo, pero que va ganando peso sobre todo en el movimiento obrero industrial. Este es un elemento que hay que tomar en consideración, porque es un PC que se va volviendo cada vez más obrero y que se va consolidando sobre todo en la segunda mitad de 1920.
Ahora el otro elemento es que es un PC, que va a ir consolidando y coagulando una dirección histórica, que vaya si fue fuerte porque luego duró 50 años, con la dupla Codovilla y Ghioldi. Yo antes ya mencionaba a estos dos nombres, pues son tipos muy vinculados a la Comintern y a Moscú, a donde empiezan a viajar con frecuencia.
Esa dupla se va a convertir en la dirección histórica del PC por muchísimas décadas, y no sólo del PC argentino, porque el mismo tuvo esa capacidad de influencia, hegemonía y casi intervención en otros PC de la región. Pensemos que el PC argentino fue interventor de tantos PC latinoamericanos, a donde Codovilla incluso viajó como interventor sobre los PC de Cuba, México, Chile, e incluso España. Si bien se va a terminar entronizando esa dirección, van a haber fuertes discusiones, y en Argentina va a tener varias divisiones. La primera fue la de 1922, la Corriente Nacional de los Frentistas, con un esquema muy básico, podríamos decir que fue una ruptura más bien por derecha, al ser un grupo que planteaba la necesidad detrás de la consigna de frente único propiciada por Lenin en 1921, en acuerdo con las bases obreras que sobre todo estaban en las filas del Partido Socialista, y que propugnaba por la necesidad de un frente único proletario. Esta corriente lo que planteaba, era llevar ese frente único casi hasta su máxima dimensión y casi hacer una alianza permanente con el Partido Socialista. Ese sector fue expulsado y actuó autónomamente durante un breve período.
Lo menciono porque, por ejemplo, dos futuros dirigentes de la oposición de izquierda y luego incluso de las filas del trotskismo, como Pedro Milesi o incluso Luis Coiffman fueron parte del frentismo. Es decir, habiendo tenido la posición, si se quiere más a la derecha en 1922, luego viraron a una posición más a la izquierda. Esto habla de cómo hay que estar muy atentos a esos cambios, no todo es tan lineal, sino que hubo avatares que hay que reconstruir con mucha minuciosidad.
Entonces, hubo una ruptura en 1922, y luego otra ruptura en 1925 ahora si por izquierda, de un grupo de cuadros sobre todo muy fuertes en la clase obrera y algunos dirigentes como Angélica Mendoza, o figuras como Héctor Raurich del campo intelectual. Todo ese grupo venía de la experiencia de la revista Insurrexit, que era un grupo medio libertario que adhirió a la Revolución Rusa y entró al PC en 1923. Muy destacados todos, entre los que estaba Raurich, Hipólito Etchebehere, Mika Feldman, José Paniale y otros.
Ese grupo terminó siendo expulsado del PC en 1925 por sus posiciones digamos” izquierdistas”, y formó el Partido Comunista Obrero, conocido como Chispista, porque el periódico que sacaron se llamó La Chispa. Hay un error muchas veces, porque como algunos cuadros del chispismo en los 30 se hicieron trotskistas, hubo una tendencia a confundir que el PCO o el chispismo fue trotskista o proto trotskista, y no fue así. De hecho, en mi artículo muestro cómo el chispismo en el año 1926/1927 se ocupó de decir “nosotros no tenemos nada que ver con Trotsky”. Por eso sería una anticipación y una caracterización incorrecta, porque luego sí hubo muchos chispistas que se hicieron trotskistas. Esa ruptura es de 1922 y luego se da otra en 1927, quizás la más grande, que es la que protagoniza José Fernando Penelón, una figura clave, porque antes de Codovilla y Ghioldi, el gran dirigente del PC argentino había sido José Fernando Penelón, que era un dirigente obrero gráfico, dirigente del ala izquierda que fue echada y formó el PCI.
Es decir, cuando se funda el PC y se funda el PC en el XX, Penelón es más importante que Codovilla y Ghioldi, incluso también tiene vínculos con Moscú a donde viaja y llega a encontrarse con Lenin. Pero luego Penelón, que es un tipo que tiene bases propias porque es un dirigente conocido, que además había sido electo dos veces como concejal del partido. Es una figura reconocida y un dirigente obrero, un dirigente del gremio gráfico de la propia Fora. Bueno, tenía bases propias y entonces surgió la idea de Penelón de ganar autonomía respecto a los aparatos más moscovitas tipo Codovilla y Ghioldi. Esto quiere decir que fue una ruptura más bien dirigencial, donde es cierto que Penelón fue expulsado y rompió entre 1927 y 1928, cuando formó su propio Partido Comunista.
Entonces para el año 1928/1929 formalmente hay tres partidos comunistas, el Partido Comunista oficial de Codovilla y Ghioldi, el Partido Comunista Penelonista y el más pequeño, Partido Comunista Obrero Chispistas. La vieja corriente frentista casi se había ido al olvido, y después quedan muchos en el medio de esas disidencias, o que van y vienen. Es por eso que yo hablo de campo comunista, porque me parece que ese concepto nos permite entender en qué contexto surge la oposición de izquierda, en un campo comunista que está en disputa. Ellos dicen bueno, esto, está en discusión y está en una crisis la Unión Soviética, siendo ellos quienes alertan que en la Unión Soviética hay un proceso de degeneración en donde surge una camarilla burocrática que tomó el control del partido y del régimen, y que hay que expulsarla.
Pero en ese momento, lógicamente, la oposición de izquierda cuando surge en Buenos Aires, como en otros lugares del mundo, no está diciendo hay que crear un nuevo Partido Comunista. Porque ellos reivindican ser parte de la internacional comunista, sólo que son la fracción de izquierda que quiere regenerar a la revolución, el régimen y el partido de la Internacional de su desviación derechista. Incluso en termines más estrictos se le decía degeneración centrista en ese momento. Es decir, un centrismo que alejaba a la Internacional de las grandes enseñanzas de los primeros cuatro Congreso de la Comintern.
Ese es quizás un poco el contexto en el cual surge la oposición. Y paradójicamente, el primer grupo que surge, lo funda un tipo llamado Robert Guinney, un petrolero argentino y migrante, como tantos otros en la historia de las izquierdas argentina, en donde aparecen algunos cuadros de origen migratorio. Robert Guinney era un inglés que había venido no hacía mucho al país, se había radicado a principios de los años 20, y en 1923 había entrado el PC argentino junto con su hijo Manuel y había tenido una militancia más o menos destacada, era un cuadro intermedio. Pero en el año 1928 empieza a conocer las posiciones de la oposición de izquierda, aparentemente en un intercambio que tiene con Cannon, es decir con uno de los referentes de la oposición de izquierda en Estados Unidos que luego va a fundar el SWP norteamericano.
Yo ahí destacó un elemento que parece accidental, pero que es muy importante, y es que maneja varios idiomas. Hablaba el inglés, el francés y ruso, y eso fue fundamental para que él pudiera conectarse vía epistolar con la oposición de izquierda internacional, traer materiales y empezar a conocer las posiciones.
Empieza a conocer las impugnaciones de Trotsky a la desviación, a la degeneración, lo que lo lleva a irse con Penelón. Y mira esto que es curioso, porque muestra como el primer brote de oposición de izquierda no surge en las filas del PC oficial mayoritario, sino en el de un PC disidente, el PC de Penelón.
Él quiere discutir junto con otros pocos militantes, su hijo y otro militante también inmigrante español, Camilo López, que venía de un pasado sindicalista revolucionario y había entrado al PC de Penelón. Son ellos tres los que empiezan a querer plantear en las filas del partido Penelonista las posturas de la oposición de izquierda, a lo que no los dejan porque Penelón no quiere saber nada con el trotskismo. Son virtualmente expulsados y fundan entonces a fines de 1929 lo que va a ser oficialmente, si uno quiere contar la historia de la oposición de izquierda en la Argentina, claramente la primera estación muy pequeña. No diría anecdótica porque tuvo un peso de importancia histórica y fue la fundación del llamado Comité Comunista de Oposición. Fíjate el nombre precario, es un comité porque todavía no es ni una liga. Es un organismo pequeño que obviamente se posiciona en el campo de los partidos comunistas, y dicen que no quiere crear otro Partido Comunista, porque quieren luchar por la libertad de crítica, la libertad de tendencia, la libertad de opinión, la reincorporación de los expulsados del comunismo en Argentina y el mundo, la reincorporación de Trotsky en las filas de la Internacional. Quieren que se debata todo y que se discuta para poder recuperar el camino perdido, de los primeros años de la revolución, por el cual una burocracia ha expropiado a las masas de su iniciativa.Es una posición claramente regeneracionista, y son los otros los que los llaman trotskistas, porque es un epíteto peyorativo. No porque ellos repudien a Trotsky, todo lo contrario, ellos adhieren a Trotsky, pero ese nombre es el que les elige el enemigo para mostrar su costado externo, y ellos se quieren mostrar en realidad y se autodenominan como bolcheviques leninistas, como los continuadores bolcheviques y leninistas que adhieran a las posiciones de Trotsky, que es el que quiere recuperar el bolchevismo de Lenin.
Bueno, esto es todo un desafío desde el punto de vista de conceptos como identidad, cultura política, porque fíjate que lábil, ellos adoptan una identidad que está como en transición. Ellos se reivindican como ala izquierda, y como fracción pública del comunismo, pero obviamente los comunistas locales oficiales no los reconocen. Entonces es un posicionamiento difícil, porque ellos reivindican ser parte de algo del cual son negados,es una identidad política como en transición. Esto va a durar unos años, y mi planteo es que esto va a durar hasta el 33.
3) Partiendo de la existencia de otros grupos oposicionistas en el continente, como podemos ver en los demás artículos que forman parte de esta misma compilación de la Revista Archivos ¿Qué relación tenían estos grupos argentinos con sus pares en Latinoamérica?
Yo muestro esos vínculos de un modo muy tenue, como apenas existentes. En la oposición de izquierda formalmente los primeros grupos casi surgieron al mismo tiempo, el de Argentina, el grupo México y el grupo en Brasil. Técnicamente por algunos meses, o más bien semanas, es el argentino el primero que toma ese nombre que dije antes Comité Comunista de Oposición, y lo anuncian de forma que es tomado en Europa, por lo que se está constituyendo como Secretariado Internacional de la Oposición de Izquierda Internacional. Que con mucha algarabía lo destacan, aunque son conscientes de que no son muchos, pero es importante porque se advertía que la posición izquierda que tenía como eje Europa y Estados Unidos, alguna presencia más lejana como en China, lograba tener una primera expresión en Sudamérica.
Fue muy valorado en ese sentido aunque los contactos fueron muy tenues en el momento que está surgiendo el Comité Comunista de Oposición el 1929, que como comento mi artículo en el año 30 da un pasito más y cambia su nombre por ICA (Izquierda Comunista Argentina) y ese va a ser el nombre que se mantiene hasta 1932/1933, de modo que las dos primeras siglas son esas: Comité Comunista de Oposición y después ICA. La ICA ya intentó establecer vínculos con Brasil, pero no lograron establecerse firmemente en estos años, hubo intentos de vínculo a través de cartas que yo en mi artículo comento muy rápidamente, pero en otro de los textos del dossier que sacamos en este último número de Archivo, que está dedicado a la historia de la oposición de izquierda y de los primeros albores del trotskismo en América Latina.
El artículo sobre Brasil, explica ese fenómeno y de donde surge, algo que yo planteó en tan solo algunos párrafos para establecer una comparación. En Brasil no son muchos más militantes que en Buenos Aires, yo los cuantifico y digo que tenía en 1929 más o menos unos cuarenta y pico de cuadros. Estos distintos grupos, los brasileros, no eran mucho más, pero sí es cierto que tenía mucha más inserción por una parte en el movimiento obrero, porque había cuadros obreros destacados de algunos sindicatos, y luego tenían intelectuales también muy destacados. De hecho, ellos sí funcionan como una especie de fracción del PC, de manera homogénea. Es decir, eso es lo que no ocurre en Argentina con el PC argentino que no se ve sacudido por una corriente que adopta las posiciones y la postura de la oposición de izquierda y rompe, sino que son rupturas moleculares. En Brasil, en cambio, es una corriente más orgánica. Tiene dirigentes sindicales como Rodolfo Coutinho, tiene intelectuales como Mario Pedrosa que luego en los años 30 pasó a ser de los grandes intelectuales de izquierda brasilero, crítico de arte y filósofo. Mario Pedrosa es el impulsor en Brasil del Grupo Comunista Lenin, que luego toma el nombre de Liga Comunista Internacionalista, para después en los años treinta llamarse el Partido Obrero Leninista.
Ese es el desarrollo de la oposición de izquierda y el trotskismo en Brasil. En estos primeros años de 1929/1930 los vínculos eran muy difíciles en parte por el contexto que se vivía donde había dictaduras. En el caso de Argentina, la dictadura de Uriburu que fue tremendamente represiva, y el PC obviamente fue fuertemente reprimido y también el grupo ICA que cayeron encarcelados y no pudieron sacar más sus periódicos. El primer periódico oposicionista que salió en Argentina, que se llamó La Verdad fue suprimido, las condiciones eran muy difíciles con clandestinidad y represión. Entonces hubo algunas posibilidades de contacto cuando vino un cuadro de oposicionismo brasilero a Buenos Aires, Arístides Lobo, que va para tratar de discutir con Prestes, que estaba exiliado en Buenos Aires. Pero ese vínculo no se estableció, sino que vino después y fue una articulación más bien hecha desde Europa. El Secretariado Internacional impulsaba a vincular a las secciones que durante un tiempo tuvieron el mismo nombre, porque el nombre que propició el secretario de la oposición internacional, era el de que las secciones se formarán bajo el nombre Liga Comunista Internacionalista Bolchevique Leninista. Ese fue el nombre que recién se tomó en el 33 en Buenos Aires y también en Brasil.
Chile es un caso, que como muestra el artículo de Andrey Schelchkov, un investigador ruso, es muy interesante porque es un fenómeno bien distinto. Técnicamente la sección chilena fue la más fuerte, para poner un dato, en 1934 la sección chilena tenía mil militantes, mientras que en Argentina tenían entre 50 y 60 militantes. Pero como lo muestra bien el artículo hubo en parte una confusión, aunque por supuesto en Europa y el propio Trotsky veían que la sección chilena pasaba a ser una sección de las más fuertes del mundo. Pero lo que pasa es que la historia de la oposición izquierda en Chile es compleja, ya que tiene que ver con una disputa en el seno de la dirección del partido en el cual los dirigentes histórico Manuel Hidalgo Plaza en disputa con otro sector dirigente del PC, rompe y forman dos partidos comunistas, que incluso se presentan a elecciones en donde el PC de Hidalgo sacó muchos votos. Pero luego, por esas disputas, Manuel Hidalgo y algunos dirigentes del partido encuentran una posibilidad de reagruparse bajo las banderas de la oposición de izquierda, pero va a ser un camino que recorren en poco tiempo. Finalmente, Manuel Hidalgo termina saliendo de esa experiencia, incluso se inserta en el Partido Socialista y otros miembros vuelven al PC, y entonces el heredero de ese proceso de la izquierda comunista chilena, más adelante el POR van a ser expresiones muy pequeñas. Hay algunos vínculos con Chile, pero también son más bien escasos.
El cuarto caso es el de Bolivia, en el dossier pusimos un artículo, el de Steven Sándor John], que es un caso distinto porque es posterior, pero cuando surge lo hace con más fuerza que todos los demás países. Me refiero a la formación del POR, Partido Obrero Revolucionario con las tesis de Pulacayo, que convierten a ese partido, en el más fuerte, con una participación en la Revolución Boliviana luego, es decir un caso bien distinto. Por eso queríamos presentar estos cuatro casos para verlos de manera comparativa y ver sus semejanzas. Los vínculos son más bien tenues, aunque existen. De hecho, para entender la historia del POR boliviana es fundamental ver la militancia de varios cuadros en Argentina, de hecho, formalmente se funda el partido en Córdoba. O en la militancia de algunos adherentes bolivianos en su estadía en Chile como Aguirre, Gainsborg, o el vínculo de Argentina con Brasil, el vínculo de Argentina con Uruguay y la incipiente oposición izquierda uruguaya que también tiene un vínculo con Buenos Aires, obviamente directa. A mí me parece que reconstruir todos esos vínculos exigiría todavía más, nosotros publicamos este primer dossier para establecer estos casos, en donde habrá que incorporar a México y avanzar en los tiempos.
Y el quinto artículo es el de Alicia Rojo, que toma un periodo posterior al mío, toma más en la segunda mitad de los 30 y principios de los 40, cuando ya han surgido nuevas siglas y aparecieron en escena nuevas figuras, qué es Liborio Justo quien formó su propio grupo con la LOR, Liga Obrera Revolucionaria. Y el grupo que yo si estudio mucho en mi artículo, centrado en Antonio Gallo, Héctor Raurich y David Siburu, ha constituido otra tendencia que confluye en el llamado PORS, (Partido Obrero de la Revolución Socialista), en donde hay un debate entre la LOR y el PORS respecto a la cuestión de la liberación nacional y la caracterización del desarrollo capitalista en la Argentina, y la pertinencia o no de la consigna de liberación nacional y el papel que desempeñarán las burguesías nacionales latinoamericanas. Es un debate teórico muy importante que signa a toda la izquierda en Argentina y América Latina, particularmente en el trotskismo que debatió mucho. Y las funciones de Liborio Justo fueron muy discutidores de las posiciones de tipos como Gallo y Siburu. Yo en mi artículo adelantó cómo empieza a surgir esa caracterización de la burguesía nacional en Siburu y en Gallo, doy como los primeros avances pero que luego se potencian en la segunda mitad los 30.
4) En el marco del 80 aniversario del asesinato de Trotsky en manos de un agente estalinista ¿Por qué desde el comité editorial de la revista decidieron sacar un dossier especial sobre la historia de la oposición de izquierda en Latinoamérica? ¿Qué actualidad crees que tienen estos debates?
Bueno sacamos un dossier sobre la oposición de izquierda porque a la revista Archivo le interesa la historia de las izquierdas de manera integral, si uno recorre los 17 números que nosotros hemos escrito y publicado, hemos armado decenas de artículos y dossiers sobre la historia del anarquismo, del sindicalismo revolucionario, del socialismo, del partido comunista, de los feminismos, de las nuevas izquierdas, de las organizaciones armadas, etc. Es decir, hemos tocado todos los tópicos y nos interesa una historia integral de las izquierdas y de las clases trabajadoras, de los vínculos y también de las propias especificidades de la historia de la clase trabajadora desde un punto de vista social, político y cultural y de las izquierdas.
Entonces nos fuimos preparando con mucho tiempo, porque queremos ofrecer un dossier muy potente y muy integral, empezando con la historia del trotskismo en sus inicios, sobre todo la formación de la oposición de izquierda y sus primeros desarrollos entre los 30 y los 40. Nos gustaba este enfoque comparativo y relacional de varios casos de América Latina, donde nos interesa a todos nosotros como revista y por la propia trayectoria por nuestra propia tradición, estudiar la historia de la oposición de izquierda y el trotskismo. Nos parecen elementos sumamente útiles no sólo para entender el devenir histórico de los explotados, los trabajadores y de las izquierdas en Argentina y América Latina de tantas décadas, sobre una corriente que finalmente va camino al centenario en términos muy amplios va camino a 100 años, entonces ya una mirada histórica, integral y relacional se impone y se hace necesaria.
Hay por supuesto y hubo avances sobre la historia del trotskismo en América Latina y el mundo, pero todavía es una tradición que requiere de más estudios e incluso del nuevo tipo, no solo la historia excesivamente institucional que hagan la historia de un grupo, sus disidencias, reagrupamiento, su carácter programático, sino también su vínculo con el movimiento social y con los aspectos culturales, que crucé con un estudio en perspectiva de género. Se puede seguir trabajando sobre esta tradición con muchos más elementos y nos parece sumamente interesante porque aparecen inclusive discusiones que son bastante actuales, debates que son efectivamente actuales, sobre la liberación nacional y la caracterización de la estructura económica-social de Argentina y América Latina. O el problema de qué tipo de partido, fíjate qué notable que son esas impugnaciones que uno encuentra en el viejo Guinney, en Milesi, Raurich, Gallo sobre el aplastamiento de las disidencias de la hostilidad el monolitismo que supone la llamada bolchevización a partir de una libertad de crítica.
Son cuestiones que son bien interesantes para pensar, como la vigencia de las tácticas del frente único, porque mira qué curioso como el trotskismo y la oposición de izquierda (en Argentina) surge por izquierda pero cuestionando el planteo ultraizquierdista del Partido Comunista Argentino y los partidos comunistas en general, porque la línea del tercer período del 28 al 35 fue una línea muy necia, de directamente bombardear cualquier posibilidad de frente único mínimo con las distintas bases obreras. El PC arma su propia estructura sindical, el CUS, y se niega a cualquier tipo de acuerdo en frente único con los trabajadores.
Entonces la oposición de izquierda surge cuestionando ese sectarismo y una especie de aventurerismo, y son cuestiones interesantes me parece que de un modo cuando uno repasa la historia de la oposición de izquierda y sus primeros pasos en lo que va a ser luego el trotskismo, encuentra elementos incluso útiles para pensar en cuestiones presentes. Con ello la identidad que marcó en todos sus trazos gruesos, más allá de las discusiones que uno pueda hacer o revisiones que pueda hacer aquí y haya, posiciones globales con las que uno encuentra fuerte identificación, como en la lucha con mucha valentía de Trotsky cuando expresó que ese régimen degeneró junto con un proceso revolucionario que a su vez degeneró en un régimen termidoriano, donde hay que analizar objetivamente las causas y volver a dar batalla por recuperarlo hasta que pueda ser recuperado.
Por eso termina mi artículo en 1933, cuando ya Stalin impulsa la política que tienen en Alemania, precisamente de destruir cualquier posición del frente único, favoreciendo la llegada de Hitler al poder. Ahí es cuando Trotsky plantea primero que el KPD alemán es un partido irrecuperable con una línea que fue casi conscientemente contrarrevolucionaria, y luego analiza ya la Comintern que es irrecuperable y entonces surge la necesidad de forjar una corriente totalmente autónoma.
Brenda Hamilton
Profesora de historia (UBA). Miembro del comité editorial del suplemento Armas de la Crítica.