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Red Internacional
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CASO DELFINO: EL FÚTBOL DE FIFA EN LA PREHISTORIA. ¡Ey, referí! ¡¿Qué cobrás?!

La clásica del fútbol: jugada difícil de ver para el árbitro, el pitazo desacertado encedió la llama, mientras la TV mostraba totalmente lo contrario a la opinión del juez que, esta vez, corrigió el fallo. Era Velez contra Arsenal. Luego vino la polémica y se elevó la temperatura. Un fútbol que no se aggiorna y pervive en la prehistoria. El único perdedor: el juego.

Jueves 9 de abril de 2015

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Foto: diario La Capital

En la canchita, entre amigos, si uno se tira actuando como Robben en el mundial, solamente es un matarse de risa y que siga el partido. Luego, con la coca o la cerveza, será cuestión de cargarlo un buen rato y en la semana en el laburo seguir la guerra de baja intensidad contra el "pájaro", o el "bailarín". Si alguien patea duro al rival, eso obvio que casi todos paran el partido y cobran el "ful". Códigos elementales de un juego que puede ser áspero, pero que tiene códigos, tanto para niños como para adultos. Pero en un partido de profesionales recontra bien pagos, con 4 árbitros y 40 cámaras de televisión, con 4 canales abiertos y por cable pasando el partido en vivo y en directo, si el árbitro se equivoca en una pitada, no puede acudir a la TV para verificar sus dudas y en todo caso corregir el error. Totalmente lo contrario al espíritu del juego, que es competir en un juego de iguales, sin ventajas.

En el Tenis tienen el "ojo de halcón", una especie de árbitro virtual que muestra donde cayó la pelotita, y el jugador puede reclamarlo cuando lo requiera. Y nadie se enfurece ni se queja por 20 segundos de tardanza. En el Rugby existe el "video reff": si el árbitro tiene dudas no cobra nada, pide el video y un cuarto árbitro le dice qué es lo que tiene que cobrar. Y si hay muchas dudas incluso en la TV, no se sanciona el fallo: tiene que haber total claridad para el "pitazo". Y nadie se vuelve loco por 2 minutos de retardo. En la NBA, para el cierre del partido, si es necesario, los árbitro mismos miran la TV en la mesa de control y sancionan si el jugador tiró antes o después del cierre del partido. Y si es necesario, se tarda una hora en decidirlo y no hay "tutías". Si el final de una carrera de atletismo es cerradísima, o el de una carrera de autos, se acude a la foto de llegada a la meta y se sacan todas las dudas. Incluso, en el automovilismo, se pueden hacer denuncias por maniobras en medio de la carrera y el comisariato pone en análisis la cuestión y resuelve si hay o no sanción antes de que termine la competencia. Y en casi todos los casos, ningún problema. Siempre y cuando no haya corrupción, soborno, pero esas son otras yerbas.

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Foto: diario Marca

El fútbol FIFA es distinto, aún persiste en vivir en la prehistoria arbitral. Y una muestra más de eso, pasó en el partido de Velez con Arsenal: centro al área, la bola se toca con la mano. El árbitro pita penal, el lineman señala lo mismo. La TV muestra cómo la pelota es tocada por la mano de un jugador, pero es la del delantero Pavone, de Velez, y no la del defensor de Arsenal, el colombiano Valencia. No era penal, y encima el árbitro expulsó al defensor. Pero la cosa no quedó ahí, el árbitro cambia el fallo antes de ejecutarse el penal: tiro libre para Arsenal y el colombiano vuelve a la cancha. Se desata la polémica adentro y afuera de la cancha: si el lineman y el árbitro vieron penal, ¿con qué argumento sostienen el cambio del fallo? El árbitro, fiel a las reglas prehistóricas del fútbol, no puede decir que es por la TV. Una mentira insostenible, tanto como la veda a las cámaras para el uso arbitral.

Estas situaciones pasaron y pasarán centenares de veces por año, pero la FIFA se mantiene incondicional: no se usa la TV para arbitrar. Y mientras no se acude a la tecnología más desarrollada, que -¡Oh casualidad!- el fútbol es la que más a disposición tiene, se viven situaciones innecesarias de subidas de tono, recalentamientos globales, y lo que queda para los programas de chimentos deportivos...

Ahora le buscan una sanción al árbitro Delfino que desoyó el mandato milenario. El propio juez dirá que no acudió a la TV para seguir con el credo, libre de pecado. No hay vuelta que darle: sostendrán la farsa y le darán de comer a los buitres. Pero ya es hora de decirlo claramente: la "mano de dios" fue en 1986, 30 años pasaron casi. Y Diego ya no juega más. Además, ¿quién nos lo puede quitar...? Que pongan las pantallas gigantes de los partidos a disposición de las decenas de miles de personas que acuden a los estadios, incluyendo al árbitro y los jugadores.