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Red Internacional
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24 M. Hijas La Plata- Ensenada: “Seguimos levantando las banderas de nuestras madres y padres”

Cecilia Porfidio y Maine García, integrantes de la agrupación, dan su testimonio en un nuevo aniversario del golpe genocida y convocan a marchar este 24 de marzo contra el ajuste y la impunidad de ayer y de hoy.

Valeria Jasper

Valeria Jasper @ValeriaMachluk

Miércoles 23 de marzo de 2022 16:20

Al calor de las luchas del movimiento de mujeres y a partir del 8 de marzo, hijas de detenidas y detenidos desaparecidos junto a otras compañeras fundaron Hijas La Plata- Ensenada para continuar la lucha, que desde hacía 26 años llevaban adelante Hijos, pero desde una perspectiva de género, en defensa de los derechos de las mujeres y disidencias.

“Somos HIJAS, hijas de una generación de revolucionarias y revolucionarios que luchó por el Socialismo, enfrentándose a la dictadura genocida. Nos reencontramos para continuar con el histórico reclamo de Juicio y Castigo a todos los genocidas y sus cómplices; para continuar con la búsqueda de nuestras hermanas y nuestros hermanos apropiados; para seguir denunciando la violación de los Derechos Humanos en la actualidad, pero esta vez visibilizando desde una perspectiva de género, muchas cuestiones que fueron quedando tapadas y por eso decidimos hacernos visibles siendo HIJAS, alzando nuestra voz tantas veces silenciada. Alzando juntas la voz contra los femicidios y los trans travesticidios, contra la violencia machista y patriarcal, por la abolición del sistema prostituyente, por el efectivo cumplimiento de la ley de IVE y contra todo tipo de opresión y explotación”, manifiestan en sus redes sociales.

En un nuevo aniversario del último golpe genocida, hablamos con Maine García y Cecilia Porfidio.

Gustavo y Matilde, por Maine

Mi papá se llamaba Gustavo Delfor García Cappannini. Nació el 20 de Mayo de 1951. Estudió Física en la facultad de Ciencias Exactas, donde estudió con mi mamá y se pusieron de novies. Trabajaba en el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, desde sus 18 años de edad. Dibujaba y pintaba hermosamente. Era militante de la organización Montoneros. Tenía mucha formación teórico política. Tenía 25 años al momento de su secuestro el 14 de octubre de 1976. Estábamos viviendo en Bernal. Estuvo secuestrado en la ESMA.

Mi mamá se llamaba Matilde Itzigsohn. Nació el 10 de Agosto de 1949. Era la cuarta hija de mis abueles. Estudió Física. Trabajaba como operadora de IBM en el Astillero Río Santiago. El 1 de Julio de 1972 comenzó trabajando con un contrato, recién en 1974 fue efectivizada en planta permanente. Era una luchadora gremial con mucho coraje. Luchaba por las mejoras en las condiciones de trabajo, teniendo una perspectiva de género. Entre otras cosas, peleaba por una guardería dentro del Astillero. Era miembro de la Juventud Trabajadora Peronista y de Montoneros. Integraba la lista Celeste de ARS. Tenía 27 años al momento de su secuestro.

El 24 de Marzo de 1976, 60 trabajadores de Astillero Río Santiago son detenides. Una de ellas fue Ana María Nievas, quien contó en el Juicio por la Verdad en La Plata, que esa tarde la bajaron colectivo y fue llevada clandestinamente por la Marina a las instalaciones que la misma posee en Río Santiago. En los interrogatorios, los represores le preguntaban por sus compañeres de trabajo y le preguntaban insistentemente por mi mamá. Le decían si conocía a “Tili”.

En La Plata la represión era feroz, es una de las ciudades con más desaparecides del país. Mi mamá estaba muy buscada. El 31 de marzo de 1976 fue despedida por la ley 21.260 que autorizaba a dar de baja por razones de seguridad al personal del estado vinculado a actividades de carácter “subversivo o disociadoras”.

Mi mamá en el momento de su secuestro trabajaba de secretaria de un consultorio médico. Desde el secuestro de mi papá vivíamos en Capital Federal. El 16 de marzo de 1977 a la tarde nos dejó en el departamento de mis abueles maternes en Almagro y no volvió más. Fue secuestrada en las inmediaciones del departamento de mis abueles ubicado en Díaz Vélez 3900. Los intentos de mi familia para que mi mamá se exiliara con nosotras fueron en vano porque ella pensaba que nuestro papá estaba con vida y no lo quería abandonar.

Otros miembros de mi familia también fueron perseguides: mis abueles maternes en 1976 tuvieron que irse a Capital Federal. Mi abuelo era director del observatorio de la UNLP y lo despidieron por tener una hija “subversiva”. Mis tíes “Moni” Alicia Naymark y Mariano Bruno están desaparecides. Mis tíes Salo y Marita y mis primes exiliades, mis tíes abueles y sus hijos también.

Beatriz y Roberto, por Cecilia

Soy hija de Beatriz Quiroga y Roberto Porfidio. Nacidos en el partido de la Costa, vinieron a estudiar a La Plata. Él era profesor de Letras y trabajador de Atulp. Beatriz era profesora de Filosofía, trabajó en el Colegio Nacional de La Plata y fue secretaria académica de la Facultad de Humanidades. Primero se suma ella a las columnas de las FAR, luego de casarse se suma Roberto cuando se forma la agrupación Montoneros.

Mi papá es una de las víctimas de la calle 30 (allí fueron asesinados varios militantes y fue secuestrada Clara Anahí, nieta de Chicha Mariani. NdR) Supe, por lo que me han contado, que eran muy intelectuales los dos y muy combativos, sobre todo ella. Dentro de la agrupación realizaron algunas acciones juntos de las cuales tengo testimonio.

Una vez que mis padres son secuestrados, yo estoy con varias familias, con varios compañeros de ellos. Fortuitamente alguien contacta a mi abuela que vivía en Mar de Ajó. Y me crié allí, bastante ajena a toda la historia hasta que empiezo a interesarme y vengo a vivir a La Plata y a saber un poco más.

Por ellos y los 30.000 nuevamente a las calles

Desde HIJAS La Plata-Ensebada invitan este 23 en La Plata y el 24 en Capital y otras ciudades del país a movilizarse:

“Seguimos reclamando que el Estado abra los archivos de la dictadura para saber cuál fue el destino de nuestras madres y padres desparecides y el de nuestres hermanes apropiades, más de 300 hijes que desconocen su identidad. También peleamos porque se reconozca la responsabilidad empresarial. Los grandes empresarios que impulsaron el golpe no fueron sentados en el banquillo. Exigimos cárcel común perpetua y efectiva para todos los genocidas y que se acaben las domiciliarias, al tiempo que denunciamos la fragmentación de los juicios que son a cuenta gotas. Podemos decir que hoy son menos de dos genocidas por campo de concentración que fueron condenados, sabiendo que hubo al menos 700 centros clandestinos de detención en Argentina.

La dictadura genocida vino a cambiar la estructura económica, social, política y cultural del país para que se enriquezcan cada vez más los capitalistas tanto nacional como internacionales. La pelea sigue vigente por cambiar de raíz esta sociedad que empuja a más del 40% de la población a la pobreza de la mano del acuerdo con el FMI.

Siguiendo el camino de nuestros padres y madres, peleamos por cambiar de raíz la sociedad. Quienes se enriquecieron con el golpe genocida, que fue un genocidio de clase, hoy celebran este nuevo pacto con el FMI que traerá más pobreza y miseria. Por eso peleamos por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres”.