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Red Internacional
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Política. Hipócrita: Cecilia Morel llama al respeto tras el plebiscito, mientras millones de mujeres son arrojadas a vivir en la pobreza

Ayer, Cecilia Morel, primera dama, hizo un llamado a las mujeres a votar y para que tras el plebiscito “podamos convivir en paz y respeto, como personas que podemos pensar distinto, pero que compartimos un mismo futuro". La misma que hace un año atrás, temiendo perder sus privilegios, trató a millones de manifestantes de "invasión alienígena", entre ellas a miles de mujeres que salieron a las calles cansadas de vivir en la pobreza.

Viernes 23 de octubre de 2020

El día de ayer, desde La Moneda, Cecilia Morel esposa del presidente Sebastián Piñera, junto a la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Mónica Zalaquett, en compañía de ministras y subsecretarias del Gobierno, hizo un llamado a todas las mujeres a votar este domingo en el plebiscito.

Indicando que "en este plebiscito, independiente de nuestras legítimas diferencias, opiniones o sensibilidades, permitámonos ser una vez más las protagonistas de nuestra historia y forjadoras del devenir de nuestro país. Que este 25 de octubre sea un día donde como mujeres demos el ejemplo de civilidad, protección y proyección de nuestra democracia. Que sea un día donde nos escuchemos y respetemos la voz de la mayoría”.

Para concluir manifestó que “espero, y esperamos quienes estamos aquí reunidas, que aprendamos de las lecciones de nuestra historia, y que tras los resultados del domingo podamos convivir en paz con tolerancia y respeto, como personas que podemos pensar distinto, pero que todos somos parte de la misma patria y compartimos un mismo futuro”.

Primero es importante señalar que la unidad a la que llama Morel es totalmente imposible, ya que ella como parte de una de las familias más millonarias del país, dista enormemente de las precariedades que debe sufrir la inmensa mayoría de las mujeres trabajadoras y dueñas de casa, y del futuro complejo que se avecina para éstas, sobre todo cuando la política del Gobierno es que la crisis económica recaiga en los bolsillos de las y los trabajadores y sus familias.

Por ello cuando habla de que tras el plebiscito podamos vivir en paz, con tolerancia y respeto, a lo que se refiere es que permanezcamos en silencio frente al hecho de que el plebiscito tramposo a la medida del régimen y los partidos de los 30 años, no terminará con el hecho de que la precarización en Chile tiene rostro de mujer. Quiere que nos callemos y no salgamos a manifestarnos a las calles.

Y no el rostro de Morel ni menos el de las empresarias a quienes su gobierno respalda y cuida sus bolsillos, sino el de las millones que se encuentran sin trabajo, o que trabajan con sueldos miserables, en malas condiciones de higiene y expuestas al contagio, con agobio laboral como las que realizan teletrabajo, y muchas que son parte de esas 3,6 millones de personas que ni siquiera tiene contrato, según Fundación Sol.

Cecilia Morel, nuestra lucha va por caminos distintos pues ¡estamos divididas en clases sociales!

Mujeres como la esposa de Piñera jamás estarán en los zapatos de aquellas que están profundamente endeudadas, siendo principalmente jefas de hogar, teniendo que mantener hijos sin saber si podrán llegar a fin de mes, o que directamente viven con pensiones de hambre, viéndose obligadas a trabajar jubiladas tras una vida de sacrificio. Así lo dejaba entrever Morel en un audio en octubre del año pasado donde relataba que “vamos a tener que disminuir nuestros privilegios y compartir con los demás“.

Así es mientras ella temía por la posibilidad de perder algunos de sus privilegios- o todos-, tildaba de “invasión alienígena” a los millones que se hicieron parte de la rebelión popular, entre ellas una inmensa mayoría de mujeres, trabajadoras, dueñas de casa, estudiantes y pobres, que salió a las calles cansadas de más de 30 años de la herencia de la dictadura.

Hasta la fecha las demandas reclamadas al calor de octubre no han tenido respuesta, y no la tendrán en el proceso constituyente que se avecina, donde si bien en la primera papeleta millones aprobamos derribar con la constitución de Pinochet, en la segunda la Convención Mixta y la Convención Constituyente son un engaño. Por esto debemos redoblar las fuerzas por la conquista de salud, pan y trabajo, y para eso debemos organizarnos, retomando el camino de la movilización que mostró su fuerza con el paro nacional del 12 de noviembre e imponer una verdadera asamblea constituyente libre y soberana, sin Piñera y Morel, para que podamos ser nosotras junto al pueblo trabajador, estudiantes y sectores populares quienes podamos decidir.