Hay una reforma del plan de estudios en marcha. La mayoría de los docentes y estudiantes quedamos por fuera de esta discusión.
Jueves 4 de octubre de 2018 14:01
Seguro algo escuchaste: se abrió un proceso de reforma del plan de estudios de Historia. Sin embargo te estarás preguntando qué reformas se darán. Bueno, por ahí pasa la cuestión, porque si hay algo que caracteriza al proceso de reforma es el hermetismo con el cual se maneja la gestión de la junta departamental.
Tras la reelección de Silvia Finocchio como directora de la carrera, en la segunda sesión del año, la minoría estudiantil conformada por El Colectivo (agrupaciones kirchneristas de la facultad que integran el mismo espacio político que la gestión) presentó un proyecto de funcionamiento sobre una eventual reforma del plan de estudios.
El plan de nuestra carrera tiene más de treinta años de antigüedad. En todo ese tiempo ha habido diversos procesos que han cuestionado su estructura y sus contenidos. Desde En Clave Roja, hemos votado a favor de iniciar un proceso de discusión, porque estamos dispuestos a debatir modificaciones. Pero está más que claro que en un contexto como el actual, donde el macrismo está llevando adelante un desfinanciamiento a la educación pública y a la ciencia y técnica, en una facultad que sostiene planta docente ad honorem y contratos precarios, la reforma implica peores condiciones.
Sin ir más lejos, en la última junta departamental tanto en palabras de Fabio Nigra (del claustro docente) como en las de Finocchio en una asamblea interclaustros convocada en el medio del paro docente y cuando la mayoría de las clases no habían empezado, dejaron en evidencia que la reforma debe realizarse a partir de resoluciones del CIN y las exigencias de Catalina Nosiglia, de la secretaría de asuntos académicos de la UBA (radical, conocida por ser miembro de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria –CONEAU-, un ícono de la Ley Federal de Educación del menemismo y ser funcionaria de De la Rúa). Una gestión que se dice opositora al ajuste en educación, es la encargada de ser la mera reproductora de los planes de Cambiemos para la universidad.
¿Quién decide?
Si pueden pasar esta reforma, tiene que ver con la desproporcional y antidemocrática representación de la junta departamental, por donde la gestión y El Colectivo indicaron en su proyecto que debería pasar esta decisión. Los docentes, son separados entre aquellos concursados que son en su mayoría titulares de cátedras del resto de los mismos que realizan el mismo trabajo: el claustro docente, que tiene 4 votos fue electo apenas por 24 personas; el mal llamado “graduados” que tiene 3, por 441. Los estudiantes somos los más subrepresentados: 1710 contamos con solo 3 votos. Aquellos que son quienes están cocinando esta reforma, vienen realizando reuniones cerradas (cuyo carácter rectificaron en la última junta departamental) a espaldas de la mayoría y sin hacer públicos sus posicionamientos, solo indican que “tenemos un plazo de uno o dos años”. Al mejor estilo UniCABA, un pequeño grupo que no informa nada al conjunto de la comunidad educativa opera con la promesa de que nuestro título será mejor. Ni siquiera ha planteado, por escrito ni en la junta ante los consejeros opositores, qué modificaciones quiere hacer, solo ideas vagas mientras avanza el plazo que ellos mismos establecen.
Desde En Clave Roja, planteamos que una verdadera reforma democrática no puede ser resulta entre cuatro paredes, sino más bien llena de enorme participación. Somos la juventud que demostró a lo largo de todo el año que viene a cuestionarlo todo, que viene movilizada ante el ajuste en educación y que se organiza en asambleas, en comisiones, que votó delegados en varias cursadas. Por eso exigimos reuniones interclaustros convocadas por el departamento, donde se difundan con anticipación y en horarios centrales, no meramente consultivas. Que en las cursadas se pueda discutir y traer ideas. Que todas las reuniones sean abiertas y que las decisiones no pasen por un órgano restringido como la junta sino que sean asambleas de toda la comunidad educativa quienes decidan. Vamos por un claustro único docente, por la mayoría estudiantil y por la elección directa de las autoridades. ¡Que una persona valga un voto, y que nadie pueda decidir por nosotros!