Las Federación Irlandesa de Fútbol anunció ayer que las selecciones femenina y masculina cobrarán lo mismo por representar a su país. Se une así a Noruega y Finlandia. En Argentina, mientras tanto, luchamos por la profesionalización y la desigualdad entre los grandes clubes y los más humildes.
Viernes 3 de septiembre de 2021 13:18
No es novedad para nosotras y nosotres que la brecha salarial es una forma más de profundizar la desigualdad de géneros, que nos golpea sobre todo a las trabajadoras y pobres y que, sumado a los períodos dedicados al trabajo no remunerado, nos condiciona a la hora de poder dedicar nuestro tiempo a los momentos de ocio y recreación. Confirma así que, bajo los marcos del sistema capitalista, las mujeres, lesbianas, travestis, trans, acceden al “mercado” de trabajo remunerado de manera asimétrica. En nuestro país y el mundo, las futbolistas no están excluidas de esta realidad.
Ayer, Irlanda fue noticia. En un país que no es de los más tradicionales en la práctica del fútbol como deporte masivo, las jugadoras de la Selección Femenina conquistaron el derecho a cobrar lo mismo que la Selección Masculina. De este modo, todos los bonos que correspondan a la selección masculina por sus competencias internacionales (Copa del Mundo, Eurocopa, Nations League y clasificatorios) equipararan los premios con el equipo femenino.
La capitana, Katie Mc Cabe indicó que es “un día histórico” para ellas. Por su parte, el portador de la cinta de entre los varones, Seamus Coleman, afirmó que “era lo correcto de hacer”. ¿Qué esconde esto? No se sumó presupuesto para el Femenino, se le quitó al Masculino (que accedió) para poder anunciar esta igualdad en materia económica. Según el último ranking FIFA, Irlanda rankea número 47 en la rama masculina y 33 en la femenina. Por el exitismo feroz, el machismo y la forma de vivir el futbol aquí, ¿se imaginan a Messi o Di María cobrando lo mismo que Aldi Cometti o Vanina Correa por jugar con la celeste y blanca?
Los tiempos para AFA en cuanto a las futbolistas y sus derechos parecen ser otros. En 2018, y en plena Copa América en Chile, las jugadoras del Seleccionado Nacional, como medida de lucha, decidieron posar en la foto oficial antes de un encuentro de ese certamen con sus manos detrás de los oídos, pidiendo ser escuchadas en sus reclamos. Llegaron hasta allí sin indumentaria, sin viáticos, pagando todo de su bolsillo, en un torneo donde se ponían en juego las plazas para el Mundial 2019. Acceso que conseguirían luego en una cancha de Arsenal de Sarandí repleta, hecho inédito para el femenino en Argentina. Ese reclamo y ese campo de juego lleno fueron el punto de partida para un cambio que trajo un apoyo un poco más firme.
A la hora de pensar en objetivos que aún son lejanos y de repercusión para el fútbol femenino en Argentina en cuanto a su crecimiento, podríamos mencionar el hecho de que la semi profesionalización, una enorme conquista que parte de la lucha de miles hace años, sigue siendo un escollo para muchas futbolistas. El viernes pasado, en el Estadio Diego Armando Maradona de La Plata, Lucía Zarza, jugadora de Gimnasia y Esgrima, había convertido dos goles en la victoria del Lobo por 4 a 2 ante Deportivo Español y fue elegida como la futbolista destacada del encuentro. Hace apenas unas semanas, se confirmó que todos los encuentros de la Primera A de AFA, serían televisados. Los gritos de Zarza, y de las Triperas y Gallegas, se pudieron ver y disfrutar en vivo, y la periodista que laburó en cancha se acercó a entrevistar a Lucía. Se destacó su felicidad y los golazos que convirtió, pero también algo de sus declaraciones resaltó por sobre el resto: la chaqueña es madre y labura en una heladería en Florencio Varela. La mejor jugadora de la Fecha 5 de AFA, necesita trabajar aunque cuente con un sueldo de parte de su club (uno de los pocos que tiene a todas sus futbolistas con contrato). Por suerte, hace apenas unos años, AFA dejó de considerar “lesión” al embarazo por parte de una futbolista. Hoy, se le da el tiempo para transitar la gestación y conservar su lugar en los clubes. La maternidad y el nacimiento de sus hijes, para aquellas jugadoras que son madres no gestantes (por ejemplo Lorena Benítez, de Boca, cuya pareja fue quién quedó embarazada), son cuestiones que, por su parte, la resolución de la AFA no contempla. La realidad de las deportistas es que deben congeniar la maternidad/crianza, el trabajo, el deporte y las tareas de cuidado. Dedicarse 100 % al fútbol para las pibas hoy, conforma aún un horizonte lejano.
En la Primera División del fútbol femenino, la brecha hoy es entre los propios clubes y sus posibilidades, sus distintas realidades y las decisiones de las Comisiones Directivas. No todas las futbolistas tienen contrato, no todas cobran lo mismo, algunas pueden acceder a ingresos generados por marketing y patrocinios, que contemplan más que nada indumentaria y/o beneficios para acceder a esta. Lo cierto es que perciben montos que llegan a ser en un 85% inferiores a los del masculino. Hay quienes excusan esta brecha en el incipiente crecimiento de la disciplina. Otres pensamos que más presupuesto no solo en materia sueldos, concretaría el desarrollo necesario del fútbol femenino en el país. Material y calidad hay de sobra.
Pero, volviendo a Europa y a la realidad de algunas de sus selecciones y Ligas, los datos indican que en la Unión Europea la brecha salarial es del 20% entre hombres y mujeres, llevado al mundo de fútbol, esto se agrava. En 2018, los 40 millones de dólares del sueldo de Neymar equivalían al salario anual de 1.693 mujeres de las principales ligas de fútbol femenino. Las futbolistas se organizaron y pelearon por un paliativo a tanta desigualdad: el 16 noviembre de 2019, los sindicatos Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), la Unión General de Trabajadores (UGT) y Futbolista ON, junto los clubes de la Liga, iniciaron una huelga indefinida. El objetivo era crear un convenio colectivo de fútbol femenino pidiendo un salario mínimo de 20.000 euros. El acuerdo se cerró en febrero del año siguiente y estableció un sueldo mínimo de 16.000 euros para todas las futbolistas. Ningún derecho se conquista sin organización y lucha, sin reivindicación de derechos.
"La Asociación Irlandesa de Fútbol se enorgullece de anunciar que los jugadores que representan a los equipos masculinos y femeninos de la República de Irlanda recibirán las mismos salarios en partidos internacionales, con efecto inmediato", informaba el comunicado de la Federación. El combinado masculino ha llegado a un acuerdo para reducirse los emolumentos para que el organismo que rige el fútbol irlandés pueda subir el que paga a sus jugadoras y equipararlo.
Otros países que se habían comprometido previamente en pos de esta equiparación salarial han sido Australia, Brasil, Inglaterra y Nueva Zelanda.
Mientras tanto, en la Argentina que respira fútbol en cada provincia y barrio, el sueldo promedio de una jugadora de Primera División en Argentina oscila éntrelos 22 mil y 25 mil pesos según la AFA, aunque algunos equipos pueden llegar a pagar hasta sueldos de $30.000 (teniendo en cuenta que algunos conjuntos abonar mucho menos que $20.000). Estos montos se asemejan a los que reciben los hombres en la Primera B Nacional, la B Metropolitana, el Federal A y la Primera C.
Hasta ahora, el fútbol femenino recibe dinero por parte de la AFA con el objetivo de que las instituciones no dejen de apoyar la disciplina. Los equipos luego distribuyen los 162.000 pesos para el contrato de las futbolistas, con un mínimo de ocho y un máximo de once. Pero si el club desea tener más jugadoras con contrato debe utilizar dinero propio. De los 17 equipos que juegan en la primera división, sólo Boca Juniors, la UAI Urquiza, San Lorenzo y River les pagan el sueldo máximo a casi todas las jugadoras. Y, junto con Gimnasia, tienen a todas sus jugadoras con un contrato. De la Segunda División o División “B”, no hay muchos datos, pero se sabe que la desigualdad es aún mayor. Sobre todo para los equipos que no son de la provincia de Buenos Aires, en ambas categorías. Los gastos y el tiempo para estas futbolistas, representa otro gran escollo. Sin olvidarnos de los clubes que no militan en la Primera División en la rama masculina, y si lo hacen en la Femenina.
Con un presente mucho más profesional que el pasado, y un futuro más que esperanzador, partiendo de la televisación en los medios públicos (no todos los encuentros se pueden ver si no tenes internet, ya que a la TV Pública y a DeporTV se le suma el streaming como por ejemplo para el encuentro de hoy viernes de Las Santitas, últimas campeonas) y debido a esto más ingreso de dinero por la sponsorizaciòn, el fútbol femenino se encuentra en un momento de pleno crecimiento. Además, la actividad a nivel mundial alcanzó una presencia que antes no tenía y la FIFA ya llevó a cabo medidas para que continúe desarrollándose. Todo esto si hacemos foco en la Primera División AFA, la realidad en las provincias y ligas regionales es bien diferente. Las peleas que se están dando, como en la Liga Cordobesa, es por la franja etaria y la coartación de la carrera a las futbolistas mayores de 35 años, en una competencia que es Amateur y representa la posibilidad para mujeres y feminidades que son madres y trabajadoras por ejemplo, de concretar el derecho al ocio y al esparcimiento plantándose en una cancha y disfrutando del deporte que les gusta.
Las leyes y medidas, el Ministerio de la Mujer, la Ley Micaela, Ley del Deporte, y otras que aún se están tratando, no han hecho más que anunciarse, pero su implementación y alguna posibilidad de cambio o de equilibrar la balanza a nuestro favor siguen siendo una deuda pendiente para les que queremos dedicarnos al fútbol, ya sea como jugadoras, técnicas, preparadoras físicas, ayudantes de campo o dirigentes. Esta situación no sólo se visibiliza en el salario, sino que también se puede experimentar en la divulgación, sponsoreo y espacio de participación. Están ausentes las propuestas de crear Comisiones de Géneros en todos los clubes como espacio de lucha y transformación hacia clubes más inclusivos. No todas las instituciones las tienen, aunque algunos de los clubes más importantes del país hayan tomado nota y estén trabajando en las mismas, aunque con poco presupuesto y voz, y las Secretarias y Espacios de Géneros son una realidad que esperemos que se extienda a todas.
El papel de las jugadoras, su organización y activismo demostró que es fundamental. Luego de años de lucha, de amateurismo y estar sumamente relegadas dentro de los clubes y la AFA, pudieron acceder al reconocimiento como profesionales, como trabajadoras (aunque son niveles de precarización que generan mucha bronca).
Las asociaciones están dirigidas principalmente por varones que toman decisiones sobre ellas, que no son escuchadas, respetadas ni valoradas como deportistas.
Tampoco se las tiene en cuenta para cargos de mayor jerarquía como entrenadoras, dirigentes o como parte de las comisiones directivas de las instituciones. Si bien existe la Ley del Deporte, que establece un cupo de al menos el 20% de mujeres y jóvenes en las nóminas dirigenciales de las asociaciones y entidades deportivas, ésta no se cumple y si se hace, no supera ese cupo mínimo que está fijado por ley. La necesidad también incluye que las mujeres y feminidades que son incluidas, sean las que bregan por la real equidad.
La realidad de las futbolistas a nivel nacional, sin siquiera hablar de disidencias sexuales, contempla un futuro auspicioso porque hay pibas que se plantan y, en silencio o no, mueven todo a su alrededor para cambiar lo que es el fútbol femenino hoy, por un espacio que reproduzca la igualdad de derechos. El argumento de que el fútbol femenino “no vende”, es un mito que se cae por su propio peso con solo pasar por un club de barrio y ver a decenas de niñas pateando una pelota, o a pibas copando canchas de fútbol 5, de 11, clubes, Ligas, etc. Hay mucha disparidad por enderezar y muchas cuestiones por desmitificar. La lucha continúa pero sobran cuerpos para ponerse al frente.
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