El presidente francés, François Hollande, prolongará el estado de emergencia, que debía expirar el próximo 26 de julio, tres meses más y aumentará la militarización del país.
Juan Andrés Gallardo @juanagallardo1
Viernes 15 de julio de 2016
El presidente de Francia, Francois Hollande, dijo que el ataque del jueves en la ciudad de Niza fue claramente un atentado terrorista y que el estado de emergencia impuesto desde el ataque en París en noviembre de 2015 sería extendido por otros tres meses.
En cadena nacional, tras una reunión de emergencia en la madrugada del viernes, Hollande aseguró que al menos 77 personas murieron en el ataque en que una persona dirigió un camión a alta velocidad en contra de una multitud que observaba los fuegos artificiales por las celebraciones del día de la Toma de la Bastilla.
"No se puede negar la naturaleza terrorista de este ataque, un nuevo ejemplo de la forma más extrema de violencia", aseguró Hollande.
Más tarde, el ministro del Interior Bernard Cazeneuve aseguró que la cifra de muertos superaba las 80 personas.
Aunque hasta la madrugada del viernes no existen pruebas de que se tratara de un atentado y ninguna organización se había adjudicado el ataque, Hollande aseguró que "toda Francia está bajo la amenaza del terrorismo islamista".
El presidente dirigió una reunión del comité ministerial de crisis antes de reunirse en el Palacio del Elíseo junto a su primer ministro, Manuel Valls, con quien viajará este viernes a Niza tras presidir un Consejo de Defensa durante la mañana.
Una mayor militarización
Entre las medidas a corto plazo, además de la prolongación del estado de emergencia, Hollande también anunció que se mantendrá a alto nivel la Operación Sentinel, que permite movilizar a 10.000 militares.
También decidió "llamar a la reserva operacional" para reforzar a los gendarmes y a la policía nacional, especialmente en el control de fronteras.
Al igual que en los ataques anteriores, en enero y noviembre de 2015, Hollande refuerza la militarización del país y ensaya un discurso de unidad nacional, con el que intentará fortalecer su deteriorada figura. Si bien no está descartado que en lo inmediato pueda lograr cerrar filas detrás de su discurso securitario, la compleja realidad francesa puede hacer fracasar sus planes.
Las importantes movilizaciones contra la Ley de Trabajo, la “rebelión” interna en el Partido Socialista (que incluyen a parte de su bancada parlamentaria y al ministro de economía, Macron, que se presentó como candidato a sucederlo en el Eliseo), y el envalentonamiento de la derecha xenófoba tras el brexit en el Reino Unido, pueden complicar el futuro de Hollande tras los ataques de Niza.
Juan Andrés Gallardo
Editor de la sección internacional de La Izquierda Diario