Más de 30.000 refugiados atascados en la frontera norte de Grecia. Una crisis que se agrava. Merkel y Hollande buscan convencer a Turquía para que detenga el paso de refugiados.
Sábado 5 de marzo de 2016
Foto: EFE/Simela Pantzartzi
La situación en Idomeni al norte de Grecia es insostenible para más de 10.000 refugiados, hombres, mujeres y niños. Con frio, bajo la lluvia, sin condiciones mínimas de salubridad, miles de enfermos; la frontera con Macedonia se ha transformado en una trampa a cielo abierto.
Ante esto la respuesta de Europa es siniestra. El próximo lunes se reúne la UE con Turquía para intentar convencer al gobierno de Erdogan: que cumpla con sus compromisos para reducir el flujo de entradas de inmigrantes a Grecia por el mar Egeo.
Ese fue el principal mensaje de la reunión este viernes del presidente francés, François Hollande, con la canciller alemana, Angela Merkel, para preparar la cumbre del lunes entre una UE muy dividida sobre la gestión de los refugiados y una Turquía acusada de chantajear a los europeos y de atizar el conflicto en Siria.
Hollande insistió en que "los refugiados sirios (...) deben ser acogidos lo más cerca posible de su país" y en que entre los que están llegando a Europa por el Mediterráneo oriental hay que determinar “quiénes pueden pedir asilo” y los que no deben ser devueltos al lugar de donde salieron, esencialmente Turquía.
"Francia y Alemania trabajan con el mismo ánimo y con la misma voluntad" y "aportan la misma respuesta, Europa", señaló antes de desgranar el contenido de la concertación que van a llevar al resto de los socios de la UE: "controlar las fronteras exteriores" para "volver a poner en orden Schengen".
Eso pasa por convencer a Turquía de que "debe respetar sus compromisos", en particular el de readmitir a los inmigrantes que entran clandestinamente a Grecia y que no pueden acogerse al derecho de asilo en Europa. Es una forma de decir que Europa expulsará masivamente a los refugiados y espera que Turquía los contenga.
En esa misma línea, Merkel dijo que "Alemania y Francia están totalmente de acuerdo en proteger las fronteras exteriores" para que se puedan levantar progresivamente los controles interiores que se han establecido en los últimos tiempos, pero también "por razones de seguridad", para poder verificar quién entra en el espacio Schengen.
La canciller reiteró que el lunes hablarán con Turquía -a la que la Unión Europea ha prometido 3.000 millones de euros por asumir la carga de los refugiados- para trabajar en "la readmisión de inmigrantes", e hizo notar que Ankara ya ha admitido recibir a "un número importante" procedente de Grecia.
Hollande anunció que Francia pondrá un barco para la misión que está llevando a cabo la OTAN en el Egeo, entre Grecia y Turquía, y reiteró su compromiso para recibir a 30.000 de los 160.000 refugiados que los europeos acordaron repartirse en septiembre. Una cifra que ha quedado en nada, porque no se han “repartido” ni siquiera 500 refugiados entre todos los países.
Francia esgrime que si ese reparto no se ha llevado a cabo es porque los centros de registro de los inmigrantes que tendrían que haberse puesto en marcha en los puntos de entrada a Europa en Italia y sobre todo en Grecia no estaban operativos. La UE está presionando en extremis a Grecia para que instale ya estos centros de registro, el primer paso para poder “aceptar” a algunos y rechazar masivamente al resto.