El año pasado la cámara senadores aprobó una iniciativa de reforma del teletrabajo, también conocido como home office o trabajo en casa.
Miércoles 24 de junio de 2020
Aunque la iniciativa está estancada, es probable que en el marco de la pandemia por Covid-19 la cámara de diputados aproveche para aprobarla.
Durante la contingencia sanitaria esta forma de trabajo fue la elegida por las empresas y las dependencias gubernamentales. Esto acompañado claro, de la implementación de despidos y recortes salariales.
Si bien se habla de las “ventajas” del teletrabajo, como la reducción en los tiempos de traslado y un menor estrés por el tráfico de vehículos, lo cierto es que estos beneficios pueden ser relativos frente a una iniciativa que hoy no tiene una reglamentación adecuada para el respeto de los derechos de los trabajadores.
Con esta iniciativa se puede profundizar aún más la precarización laboral a la que ya se enfrentan gran parte de los trabajadores en el país.
Esta iniciativa establece que las tecnologías actuales permiten que las personas se pueden emplear en cualquier parte del país y del mundo para realizar trabajo a distancia.
Por una parte, el empleador (patrón) debe ofrecer las condiciones tecnológicas, de servicio y ambiente requeridos. Por otra parte, los trabajadores tienen la responsabilidad del manejo y el cuidado de estas herramientas. Además, el patrón tiene obligaciones y responsabilidades frente a los trabajadores como garantizar servicios de salud, seguridad y prevención de riesgos.
Hoy el home office puede ser una opción para preservar la integridad de los trabajadores en medio de la pandemia. El problema es que con el sistema laboral mexicano puede traer mayor precarización para los trabajadores.
Con la reforma laboral aprobada en 2012, la cual legalizó el outsourcing, se avanzó en la implementación de trabajos donde la patronal (o el gobierno) no reconoce la relación laboral con los trabajadores, deslindándose con ello de sus responsabilidades como salud y seguridad social, así como la generalización de la inestabilidad laboral para los trabajadores.
La reforma laboral en el gobierno de la cuarta transformación no solo no ilegalizó el outsourcing, sino que busca la fragmentación de los trabajadores y de los sindicatos, para imposibilitar su amplia organización frente los ataques de la patronal.
Por eso, una reforma en el teletrabajo, lejos de ofrecer beneficios para los trabajadores, parece más a una reforma que únicamente va a traer mayor precarización laboral en beneficio de las ganancias de los patrones que se puede traducir en una extensión de la jornada laboral por el mismo salario.
Es importante que en plena cuarentena se garanticen condiciones laborales dignas para los trabajadores, para eso es importante garantizar una jornada laboral de 8 horas y un salario acorde al costo de la canasta básica que cubra las necesidades de las familias trabajadoras.
Frente a la situación de la pandemia es importante suspender todas las actividades que hoy no estén destinadas abastecer el sistema de salud, la alimentación, el transporte y las telecomunicaciones. Para eso hay que alzar exigir licencia con el 100% de salario y la prohibición de los despidos.
Esto se puede realizar con impuestos progresivos a las grandes fortunas y destinando el presupuesto de la Guardia Nacional y la Marina para garantizar mejores condiciones de salud y de vida para la mayoría de la población.
Los trabajadores pueden conquistar esto con la más amplia unidad y movilizándose por conquistar sus derechos que poco a poco han ido arrebatados. Inclusive exigiéndole a los sindicatos que se reclaman democráticos y opositores que pongan sus fueras al servicio de estas reivindicaciones. Para esto las centrales sindicales tienen que romper su tregua con el gobierno.
Te invitamos organizarte en el movimiento nacional contra los despidos y la precarización.
