El pasado sábado 29 a partir de las 11hs la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) de la matanza encabezado por su principal referente Pablo Pimentel, realizó un acto e inauguró la obra “30 mil Mundos” en homenaje a las víctimas y sobrevivientes que pasaron por el ex centro clandestino de detención “El Vesubio”, que funcionó en Puente 12 (Camino de Cintura y Autopista Riccheri, Aldo Bonzi).
Martes 2 de diciembre de 2014
Allí casi 2.500 personas estuvieron detenidas durante la dictadura y la mayoría permanece desaparecida, entre ellas figuran el autor de El Eternauta, Héctor Oesterheld, el escritor y periodista Haroldo Conti.
El vesubio es uno de los 14 ex centros de detención que se conocen funcionaron en la matanza, alli cerca funcionó también “El Banco”, dependencia Policial Brigada Güemes de la provincia de Buenos Aires y “Omega (División Cuatrerismo)”también dependiente de policía de la Provincia de Buenos Aires.
En la inauguración estuvieron presentes sobrevivientes del centro de detención, familiares de las víctimas, organismos de Derechos Humanos de la zona como HIJOS matanza e HIJOS zona oeste, la titular de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Nora Cortiñas, la hermana de Luciana Arruga, Vanesa Orieta, la mamá de Lucy y Diego, recientemente liberados con una falsa condena y familiares de Gabriel Blanco, asesinado por la policía de Casanova en 2007.
A la convocatoria también adhirió la kirchenirsta CTA de la zona, y fueron invitados miembros del municipio. Desde la secretaria de derechos humanos y la comisión directiva del SUTEBA adherimos a la inauguración, pero lamentamos no haber escuchado una de las principales demandas de los organismos al gobierno que es la apertura de los archivos de estado, la exigencia de aparición con vida de Julio López y el repudio a Cesar Milani, jefe del ejercito vinculado a los crímenes de lesa humanidad.
Espinoza y Scioli apuestan a las fuerzas represivas
A pocos metros de donde se realizaba el acto, hacia unas horas Scioli y el Intendente apadrinaban a diez mil policías que se recibieron de la escuela Vucetich, una muestra de que tienen una firme convicción de profundizar la represión atendiendo en su carrera proselitista del 2015 a la agenda de la derecha.
Rescatamos algunas palabras de Vanesa Orieta como oradora del acto del Vesubio: “No podemos tomar los derechos humanos como algo ocurrido en el pasado en la dictadura militar, porque hoy en democracia, se tortura, se mata y se desaparece. El aparato represivo del estado, el mismo que desapareció a nuestros hermanos antes, es el mismo que lo hace hoy con los jóvenes de los barrios humildes. (…)
Necesitamos una memoria activa, los jóvenes pobres están en peligro, estamos entrando en un juego de hablar de la inseguridad de que los jóvenes peligrosos son los pibes chorros, que tenemos identificados en nuestra cabeza, todas las políticas injustas todo el peso de la justicia recae sobre este sector de la sociedad, sobre nuestros pibes sobre este sector invisibilizado de la sociedad. En lo que va de la democracia hay más de 4000 pibes muertos por el gatillo fácil, han desaparecido más de 200 personas (…) No me quiero ir de acá sin decir lo siguiente, hace un tiempo que venimos denunciando hechos de violencia pero cada vez se hace más difícil porque cada vez hay más fuerzas de seguridad nuevas, ante los pedidos de inseguridad. A nuestros pibes hoy los golpean los del CPC (comando de patrullas comunitario), no sabemos quién es el jefe, de quien reciben órdenes, son los encargados de levantar a nuestros pibes, golpearlos y después depositarlos en una comisaría. Ayer estuvimos acompañando a dos jóvenes que se les tiro con balas de goma por ayudar a dos amigos y tratar de evitar que se los llevara presos el CPC.
También estuvimos denunciando otro caso con la secretaria de derechos humanos de SUTEBA, de un pibe de Virrey del Pino también golpeado por el CPC. Ya no se trata de tal pibe o de Luciano arruga, esto ya es una problemática, que merece que nos organicemos para defender los derechos de nuestros jóvenes y realmente empecemos a escribir un nunca más”
