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Red Internacional
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MADRID SANIDAD. Hospital Gregorio Marañon: no bajar la guardia y organizar la lucha hasta derrotar la privatización del servicio de limpieza

Con la paralización temporal de la licitación culmina un primer round en la lucha contra el intento de privatización del servicio de limpieza del Hospital Gregorio Marañón de Madrid. Pero esta medida no es definitiva y el combate continúa. Es necesario impulsar un plan de lucha decidido en asambleas democráticas y la coordinación de las distintas luchas del sector sanitario.

Lucía Nistal

Lucía Nistal @Lucia_Nistal

Miércoles 8 de julio de 2020

Después de haber estado trabajando en primera línea durante los peores momentos de la crisis sanitaria, las trabajadoras del servicio de limpieza del Hospital Gregorio Marañón de Madrid se han encontrado con la “recompensa” de un intento de privatización del servicio, el último de titularidad íntegramente pública de los hospitales de Madrid.

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Una de las empresas que podría optar a hacerse con el control de este servicio sería Clece, de Florentino Pérez. Una de las grandes de la “marca España” que ha hecho negocios millonarios con el sector de las residencias y que después de la gestión criminal de estos centros durante la pandemia exige compensaciones económicas a las administraciones por la disminución de ingresos a causa de las muertes de ancianos por el coronavirus.

El ataque viene siendo resistido por las trabajadoras del servicio de limpieza del Hospital. Así, después de las importantes jornadas de lucha y de huelga durante las últimas semanas, la licitación del lote número 7 del que formaba parte el servicio se ha paralizado a espera de que se resuelvan el recurso interpuesto por CCOO y UGT. El proceso se ha pospuesto hasta nuevo aviso, pero no se ha eliminado definitivamente. Y por ello, la lucha sigue.

¡La lucha continúa! Hay que parar definitivamente la privatización

María, una de las trabajadoras que ha estado en primera línea a lo largo de la crisis sanitaria y también durante la lucha, nos dice que van a seguir peleando: “Es una buena noticia para darnos empuje para seguir luchando, tenemos que seguir luchando para conseguir que se elimine la licitación y la privatización del lote 7”. En esa misma línea Elvira, otra trabajadora del hospital, plantea: “la lucha debe de seguir, debería ser una lucha constante, no parar y esperar a septiembre”.

El intento de privatización del Gregorio Marañón forma parte de la dinámica de los últimos treinta años de ofensiva neoliberal contra la sanidad pública. Un modelo mercantilización de la sanidad que a pesar de haber mostrado su fracaso con listas de espera interminables y saturación de los trabajadores y centros como llevan denunciando durante años, y que ha vuelto a demostrarlo de manera aún más rotunda durante la pandemia, continúa en la agenda del gobierno de la Comunidad de Madrid.

Pero si bien el gobierno del PP en la Comunidad de Madrid es uno de los grandes delfines de la privatización de los servicios públicos, la legislación que abre las puertas de nuestros hospitales y centros de salud a las empresas es estatal. Hablamos de la Ley 15/97, aprobada también con los votos del PSOE y con el apoyo público de CCOO y UGT y que supuso el marco jurídico necesario para el negocio privado con la salud.

La derogación de esta ley, igual que el reforzamiento total de la sanidad pública, deberían haber sido las primeras medidas del plan de emergencia del Gobierno, así como intervenir directamente para terminar con el intento de privatización del Gregorio Marañón. Medidas que tampoco se están tomando ahora, mientras comienzan los rebrotes y los y las trabajadoras del sector de la salud advierten de la falta total de medios y de personal con la que cuentan para hacer frente a nuevas crisis.

En este sentido, nos decía María: “También es el momento de pedir cuentas al gobierno central porque ellos tienen mucho que hablar en este asunto, la culpa la tiene la comunidad de Madrid por su gestión, pero el gobierno también tiene mucha culpa por no hacer nada al respecto”. Para Elvira, “el gobierno tendría que haber tomado medidas en este asunto al ver que no se están haciendo las cosas como se deben. Sí, nos defienden en una asamblea, hablan mucho de nosotras, vienen y se hacen la foto, pero nadie da el golpe encima de la mesa”.

Por todo ello, para derrotar definitivamente el intento de privatización del hospital hace falta un plan de lucha, organizado desde abajo, en asambleas en las que las propias trabajadoras y trabajadores decidan las próximas medidas a tomar, como próximos paros parciales y huelgas. Al mismo tiempo, hace falta impulsar una Caja de Resistencia para sostener la lucha, buscando la solidaridad y el apoyo de pacientes, familiares y toda la comunidad. Es necesario imponer la unidad a todos los sindicatos presentes en el conflicto (CCOO, UGT, MATS, CSIT y AMYTS) mediante asambleas democráticas de trabajadores y trabajadoras, buscando la coordinación con otros Hospitales y los Médicos Residentes que irán a la huelga el 13 de julio.

Comités por la sanidad pública en todos los Hospitales y coordinación de las luchas

Frente a los ataques a la sanidad pública, son varias las plataformas y sectores que están en lucha. Los “Sanitarios necesarios” que han salido cada semana y se han movilizado por la sanidad pública, la Coordinadora Antiprivatización de la Sanidad (CAS) que convocó una movilización por el centro de Madrid exigiendo la derogación de la Ley 15/ 97 o los Médicos Residentes que van a una huelga indefinida a partir del 13 de julio para exigir mejores condiciones para hacer su trabajo.

Sin embargo, el punto débil de estas luchas es su fragmentación y falta de coordinación necesarias para la defensa de los derechos laborales y una sanidad pública y de calidad. Una situación de la que son responsables en primer lugar las lógicas corporativas de las burocracias sindicales de CCOO, UGT, pero también la falta de una orientación en favor de la coordinación democrática por parte de los sindicatos sectoriales y la izquierda sindical.

Es necesario combatir esta atomización. Una manera de hacerlo sería impulsando Comités de defensa de la sanidad pública en cada hospital y centro sanitario, con la participación activa y directa de los y las trabajadoras, pero también de las y los usuarios de cada distrito sanitario, que se coordinen entre sí y constituyan un único frente en las luchas de la sanidad, como es la huelga del MIR o la del servicio de limpieza del Gregorio Marañón.

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Frenar el proceso de privatización en el Gregorio Marañón y conquistar las reivindicaciones que plantean los MIR requerirá en primer lugar la unidad entre estos dos conflictos y la participación en la lucha y la toma de decisiones del conjunto de los trabajadores y trabajadoras de la sanidad, así como de los que están fuera del sector sanitario y de los movimientos sociales y vecinales. Hay que transformar estas dos luchas en curso en un gran combate por una sanidad pública 100% pública y de calidad contra el modelo neoliberal que ha costado miles de vidas.

A los ojos de todo el mundo ha quedado clara la importancia de un sistema de salud público y de calidad, especialmente en un escenario en el que la amenaza de un nuevo rebrote de COVID-19 es cada vez más real mientras millones de trabajadores desarrollan su actividad sin las medidas de protección adecuadas únicamente para seguir engordando los beneficios de los grandes empresarios.

Desde la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT), que impulsamos Izquierda Diario, ponemos todos nuestros esfuerzos en desarrollar un gran movimiento de lucha por la sanidad pública de calidad, bien dotada mediante fuertes impuestos a las grandes fortunas, revertir todos los procesos y leyes de privatización, expropiar la sanidad privada y que sus recursos pasen a la pública, para que sean los capitalistas con sus beneficios y no la clase trabajadora con sus vidas los que paguen las consecuencias de la crisis sanitaria.