Siguen llegando denuncias sobre las precarias condiciones en que se encuentran los distintos sectores de la salud en medio de la pandemia. Hoy es el turno del Hospital Gutiérrez de La Plata, noticia por los casos de Covid -19 entre el personal que allí trabaja.
Viernes 24 de abril de 2020 10:24
Créditos| Facebook Hospital Gutiérrez La Plata
El hospital Gutiérrez de La Plata fue noticia en varios medios estos últimos días por la gran cantidad de trabajadores contagiados por Covid-19, produciendo el cierre de un sector muy necesario como es la maternidad y el malestar entre los trabajadores.
Con la cuarentena declarada, los trabajadores comenzaron a pedir los insumos necesarios como barbijos, camisolines hemorrepelentes y sobre todo protocolos de procedimiento. Sin embargo, la respuesta de un sector de la Dirección fue que no eran necesarios.
Los primeros contagios se dieron en el servicio de Maternidad. Circularon dos videos de trabajadoras obstetras de dicho sector, denunciando las negativas de los directivos a proveer elementos de protección personal para aquellos profesionales que no atendían directamente casos sospechosos de Covid- 19; desconociendo lo que ya era inocultable, el enorme porcentaje de la población que cursa el virus de forma asintomática y contagia con la misma gravedad que los que presentan síntomas.
Dentro del hospital comenzó la preocupación ante esta situación y al mismo tiempo, ante la falta de directivas claras.
“No se implementaron protocolos claros y a tiempo. Antes de conocer la confirmación de los primeros casos, los trabajadores no teníamos medidas de bioseguridad, ni de distanciamiento social, ni tampoco los elementos de cuidado a nuestra disposición”, cuenta una trabajadora recapitulando lo ocurrido en estos días dentro del hospital (que tiene una gran impronta materno-infantil y por esto, destaca en las áreas de Pediatría, Maternidad y Neonatología) “Llegaron al extremo de regimentar que los barbijos se entregaban a contrareceta”, remató indignada.
La guardia cuenta con ocho consultorios; cada uno está destinado para una especialidad diferente y a la terapia. La gran ausente en este hospital de referencia en la región fue la planificación. A la falta de entrega en cantidades suficientes de los Equipos de Protección Personal (EPP), se suma que no hubo jornadas informativas ni de reorganización con respecto a cambios en el modo de trabajo y en las costumbres dentro del establecimiento.
Cuando se confirmó el primer caso positivo de una trabajadora de Maternidad tampoco se detuvo la rueda para testear a los trabajadores en contacto, seguir la ruta de contagios, realizar los aislamientos correspondientes a los casos sospechosos y sus grupos de contacto, como establecer los protocolos, al menos en los papeles y prevenir la propagación del virus. Ni test, ni EPP, ni protocolos. Solo desidia. Sólo los médicos del servicio de Tocoginecología fueron puestos en cuarentena, mientras que los enfermeros del sector de Maternidad, así como limpieza, camilleros, mucamas y administrativos siguieron trabajando normalmente. Cada uno que tomaba su recaudo de higiene, como el uso de barbijo y antiparras, eran tratados de exagerados.
En simultáneo, los empleados siguieron pidiendo insumos y las respuestas siguieron siendo las mismas: "Vamos a entregar, pero a ciertos sectores", lo que hacía que sigan siendo insuficientes.
Pasaron los días y el número de casos positivos aumentó. No fue una exageración.
A varios días ya y con 14 casos positivos, se podrá caminar por las instalaciones del establecimiento y se observará a todos los empleados con barbijo, pero en su mayoría no son los adecuados, son barbijos sociales, guardándose el barbijo quirúrgico para el contacto con el paciente. “Ante la falta de camisolines, se llegan a improvisar con bolsas de consorcio, para proteger el ambo” cuentan desde el hospital.
“El Hospital Gutiérrez, los pacientes y nosotros, sus trabajadores, estamos olvidados por las autoridades sanitarias. Hemos llegado a escuchar que al ser el hospital más chico de la ciudad, primero van a dar provisiones a grandes hospitales como el San Juan de Dios y San Martin y por último, si sobra al Gutierrez”, relatan los trabajadores con una mezcla de bronca porque siempre los gobiernos se olvidan del Hospital público y tristeza de que además haya que soportar que “nos culpen a nosotros mismos de nuestros contagios”
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Y continúan denunciando que “los barbijos mandados por el Ministerio son de friselina, caseros, por eso hasta se recibieron algunas donaciones de distintos lugares que se encargan de realizar impresiones 3D y empleados que tienen talento con la costura se encargan de realizar barbijos sociales, camisolines de nylon, otros consiguieron bolsas de consorcio para usarlas tipo pechera etc.”
Esta situación que se oculta, inculpando desde las máximas autoridades sanitarias a los propios trabajadores de la salud de contagiarse por sus “descuidos”, tiene que salir a la luz. El pico no llegará sino hasta dentro de algunas semanas según estimaciones de los epidemiólogos y sin embargo ya la situación se vuelve crítica para muchos trabajadores que exigen los cuidados que corresponden.
“Necesitamos que la desinfección sea completa, porque la Municipalidad solo limpió a Maternidad. A la vez, por la propagación de los contagios reclamamos el hisopado para todo el personal, porque no sabemos quiénes hemos estado expuestos al virus y quiénes no y queremos cuidarnos, a nosotros, a nuestras familias y a nuestros pacientes”. Y continuaron: “Sin insumos, porque siguen escaseando, no se puede trabajar como queremos y sabemos los profesionales de salud, nos formamos para estar en la primera línea y por eso decimos convencidos: señor Ministro, los trabajadores no somos los culpables”.
Es necesario que los trabajadores estemos organizados, para denunciar estas situaciones y para que nuestra voz sea escuchada en esta crisis sanitaria. El aporte de los empleados no es escuchado por los Comité de crisis. El desarrollo de Cuerpos de Delegados que unan a todos los sectores del Hospital, nos permite llevar como una sola voz nuestras demandas.