Hoy 13 de noviembre, se cumple un año de la muerte evitable de nuestro compañero Emanuel García del Hospital Posadas y el paciente psiquiátrico Ariel Morisse. Decíamos que “a Emanuel lo mató la desidia” de la salud pública en crisis, como también otros pacientes han tenido este triste final, sin que se cuestionara lo descabellado de mantener el sector de Psiquiatría en un séptimo piso con acceso público.
Viernes 13 de noviembre de 2015
Ya pasó un año. Estas muertes evitables nos impulsaron a luchar, porque condensaron el enorme malestar que acumulábamos por el estado calamitoso de la salud pública. En el lugar en que se busca cura, Emanuel y el paciente, encontraban la muerte. Una marea de ambos tomaba la autopista, incluso convocando a quienes nunca habían cortado una calle, pero ese día no podía ser otra nuestra reacción. Dijimos Basta! Muertes por desidia ¡Nunca Más!
Supimos superar las divisiones para salir a luchar: por servicios, por tareas, por contratos y le dimos a las direcciones gremiales una lección de unidad, imponiéndoles la unidad que necesitábamos para luchar, entre asambleas masivas y cortes de autopista. Los compañeros votábamos que se fueran los directivos del hospital, por ser cómplices, en asambleas de 500 trabajadores. Cuando conquistábamos más fuerza, ATE se retiraba de la lucha quitándole vitalidad. UPCN ni había ni asomado.
Es el puntapié para que empiece a actuar el gobierno para diluir la lucha. En una actitud claramente provocativa, voceros de Nuevo Encuentro (como Diego Spina, Presidente de Deportivo Morón) ayudaron al anterior interventor Spaccavento, a volver al hospital, de prepo, desconociendo la asamblea. Es el mismo vocero que hoy apoya la actual dirección del hospital. A un año de estas muertes, no hubieron cambios, haciendo apenas un pase de mano, entre dos gestiones que apoyan al gobierno nacional.
Luego promesas de un pase a planta en cuotas -que no se hizo efectivo y pone en riesgo la estabilidad laboral, haciendo concursar a trabajadores con más de 20 años de contratación- nos llenaron de cámaras de vigilancia en pasillos y servicios, reformaron la histórica entrada del hospital, sumándola a “Puerto Madero”, destinando millones de pesos mientras faltan insumos básicos. No bajaron más que la Guardia de salud mental a Planta Baja, mientras los pacientes psiquiátricos siguen haciendo cola en el 7 piso, que aunque parezca un chiste cruel, mantiene hoy la puerta de acceso abierta. Las condiciones que generaron la muerte de Emanuel y el paciente, siguen vigentes hoy, con la nueva gestión.
Justamente por eso tenemos que seguir organizándonos. Los trabajadores del Hospital Posadas medimos nuestra fuerza, debatiendo en asambleas masivas, parando el hospital, cortando la autopista, pusimos en debate nacional la crisis de la salud pública, palpamos la potencia que tenemos cuando nos une un mismo reclamo.
Vale la pena luchar contra esta desidia! Pero el requisito para continuar esta pelea es organizarse de manera independiente de la gestión del hospital, como de los proyectos políticos que ya han ajustado con la salud de los niños en el Hospital Garrahan: macrismo y FpV. Porque la única lucha que se pierde, es la que se abandona! Emanuel Presente!