Luego de los 641 compañeros en la calle, el Hospital Posadas podría sufrir un nuevo embate de esta política macrista a fin de año.
Viernes 2 de septiembre de 2016 15:07
En una nota realizada por el semanario “Tiempo Argentino” al secretario general de ATE, Hugo Godoy, sobre las conversaciones de éste con el Ministerio de Modernización, empezamos a confirmar lo que ya se sabía en marzo. A fin de año se viene otra oleada de despidos en el estado.
Según datos oficiales la cantidad de despidos en el mes de marzo del corriente fue de 13.000 aproximadamente. Sin embargo según datos del CEPA (Centro de Economía Política Argentina) los despidos ascienden a 61.000, tomando todas las dependencias a nivel nacional provincial y municipal. Recordemos que los despidos vinieron de la mano del gobierno macrista y gobiernos provinciales y/o municipales también kirchneristas.
La diferencia del número no sólo es vergonzoso y patético, sino criminal. Parece que de los viejos métodos del Indec, ahora el macrismo hace escuela en “maquillar datos”. Según Godoy, en modernización ya se habla de al menos 12.000 jubilaciones forzadas sólo a fin de año, otras miles los subsiguientes años y otros tantos despidos “elegantemente elegidos” para darle apariencia de análisis biométricos de asistencia y productividad.
Según el dirigente sindical a los trabajadores se les pide que llenen planillas en las que deben explicar las tareas realizadas. Y luego “cruzarán datos”. Aún se desconoce cual será el alcance, pero con esta información ya hablamos de flexibilidad laboral en clave de lo más siniestro.
De esos 61.000 personas que fueron echadas a la calle, 800 aproximadamente son del sector de salud y 641 pertenecían al Hospital Posadas. El hospital público más grande de nuestro país. Emblema, en calidad y complejidad. Claramente no fue sólo una reducción de personal, fue la intentona más salvaje de disciplinar a todos los trabadores de salud.
El kirchnerismo frente a los despidos
En el Hospital Posadas conviven muchos sindicatos, dividiendo la fuerza obrera. En la última asamblea general llamada por el secretario general de ATE Morón, Darío Silva, a sólo días del masivo envío de telegramas de despido -firmados por el entonces director Alberto Díaz Legaspe-aceptaba levantar todas las medidas, a cambio de una mesa de negociación. Para ATE Morón no era nuevo, ya había dejado pasar los despidos masivos del Municipio, como denunció la Agrupación Marrón en el FIT, meses antes.
Resultados: el reingreso de sólo un puñado de compañeros, el ingreso de la empresa privatizada a limpieza, condiciones laborales flexibilizadas, en fin, una herramienta para el abuso de autoridad de jefaturas y supervisiones. Y el problema de la precarización que se arrastraba de gestiones anteriores, ahora agravadas. Mientras, UPCN, metía miedo por abajo. Vergüenza dieron con su silencio, estos sindicatos, ante la intentona de la dirección de recibir a la banda del Colegio Militar el día del niño en el ex Centro de Detención Clandestino “El Chalet”.
En los pasillos del hospital ya corren como reguera de pólvora los ajustes de clavijas en materia de asistencia y puntualidad. Las jubilaciones son un plan que avanza, mientras los sindicatos silencian que sin el 82% móvil, no puede vivir nadie. La historia reciente obliga a preparase con todo. Si hay despidos, tiene que haber pelea.
Materia de debate es cómo enfrentarlo. Es que la cooptación de ATE Morón era una pieza clave para la avanzada macrista en el Municipio. Una vez cooptado, olvidaron su alianza con Nuevo Encuentro (recordemos que Diego Spina, dirigente de esta corriente trajo a su patota tras la muerte de nuestro compañero Emanuel y defendieron a Spaccavento, el entonces director del hospital, que puso Cristina y fue cuestionado por cientos de trabajadores en asambleas masivas) virando ahora a los globos amarillos. El único “proyecto” de la burocracia sindical, es la caja y la tregua con el macrismo para obtenerla.
Cuando fue el momento de defender con todos los recursos posibles a los compañeros y compañeras que fueron echados a la calle, Nuevo Encuentro mostró su impotencia: su tardía ruptura con ATE Morón, sólo dio algunas plazas, poco aguante y ni un solo paro contra los despidos. Personajes como Yapura (que formaba parte de la mesa chica de esta organización) director de la seguridad del hospital, fueron protagonistas de la flexibilización de las condiciones de trabajo de este sector. Como los despidos se impusieron en el municipio, dejaron condiciones favorables para que avancen en el hospital.
Marchar con empresarios para enfrentar los despidos?
Hoy estos sectores llaman a la Marcha Federal. Es importante aclarar que a través de esta acción se comienza a perfilar las alianzas políticas del peronismo hacia 2017.
El límite en la participación de la marcha en el caso de los docentes combativos del Suteba, lo explica Natalia Gonzalez Seligra, de la Secretaría de Derechos Humanos: “A propuesta de nuestra lista, en la asamblea del SUTEBA La Matanza se votó denunciar la utilización de nuestras demandas tras intereses políticos del “vuelve Cristina”. Repudiamos que se nos imponga marchar con sectores empresarios y patronales como Apyme y otras entidades que nada tienen que ver con nuestros intereses como trabajadores”. Los docentes combativos marcharán en una columna diferenciada.
Desde el Hospital Posadas varias organizaciones kirchneristas y sindicatos irán en micros. Es lamentable que ni un solo sindicato convoque a una asamblea, cuando ya anunciaron nueva ola de despidos en el estado y sin convocar un paro nacional unificado de todos los sectores, para enfrentar los tarifazos y el plan de despidos. Este es el escenario. Desde la Agrupación Marrón en el Frente de Izquierda, creemos que el 16 de septiembre, es el escenario para convocarlo, ya que el macrismo realizará audiencias para legitimar los tarifazos. El paro se construye con asambleas de base y movilizaciones. Para parar los despidos, para parar el ajuste, los sindicatos tienen que romper la tregua con el gobierno.
