El gremio gráfico convoca a un paro y los trabajadores movilizarán Ministerio de Trabajo. Desde el sábado resisten el lock out patronal y los despidos masivos.
Juana Galarraga @Juana_Galarraga
Jueves 19 de enero de 2017
El conflicto y la lucha que protagonizan los trabajadores de AGR – Clarín, presenta todos los “condimentos” para tomarlo como botón de muestra de los tiempos que se vienen. Ejemplificador, testigo, ensayo, son calificativos y formas de nombrar el carácter del ataque lanzado por la empresa conducida por el CEO Héctor Magnetto: Lock out patronal y despidos masivos.
Cambiemos inicia el año con claras señales acerca de sus planes para lo que resta del año. En el conflicto de la planta gráfica ubicada en la localidad de Pompeya, el resto de la clase trabajadora argentina encuentra una clara muestra de ese plan y de todos los mecanismos y actores que se aprestan a hacerlo efectivo.
En respuesta, los trabajadores de AGR en lucha protagonizan acciones desde el sábado. Hoy habrá paro convocado por la Federación Gráfica Bonaerense, actividades en distintas gráficas en solidaridad, concentración en el Obelisco a las 15h y movilización al Ministerio de Trabajo.
Plan patronal/gubernamental
El acuerdo alcanzado en Vaca Muerta hace de la flexibilización laboral el mejor “logro” obtenido para las patronales de la industria energética. Tras esta primera señal del oficialismo, punta de lanza en materia de obtención de mayor “productividad” a costa de la precarización y la explotación al máximo de la fuerza obrera, Clarín de ninguna manera pretende quedarse atrás. La empresa periodística quiere lo mismo: barrer con la organización de los trabajadores para imponer más condiciones de flexibilización laboral y disolver los convenios colectivos de trabajo.
Para ello acudió a una receta conocida. Según denuncian sus trabajadores, AGR hace tiempo desarrolla maniobras de vaciamiento, derivando el trabajo de impresión e insumos hacia otros talleres. Cuando la alarma por parte de los trabajadores se encendió y denunciaron el vaciamiento, también acudió a un modus operandi que parece típico de las empresas del rubro: al igual que la patronal de la ex Donnelley, hoy Madygraf, dejó un cartelito en la reja para anunciar al personal que cerraría sus puertas y que todos se quedarían sin trabajo. La patronal aduce una crisis que no es tal y toma esta definición de forma totalmente ilegal, dado que no tramitó el debido concurso preventivo de crisis.
Las autoridades del Ministerio de Trabajo, por su parte, lejos de dictar la conciliación obligatoria, hasta el momento han admitido que el asunto los “excede” y hacen la vista gorda ante el burdo chantaje de la empresa. La dirigencia sindical por su parte, continúa la tregua y sigue sin mover un dedo mientras los ataques se endurecen. Como se ve, con la inestimable ayuda de la burocracia sindical, las patronales, el Gobierno y el Ministerio de Trabajo, confirman su empecinada decisión de torcer la relación de fuerzas existentes entre el capital y el trabajo, en favor lógicamente, de los intereses del capital.
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Cerco mediático
Que la patronal en cuestión sea el Grupo Clarín, es un dato ilustrativo, signo de los tiempos M. Tanta tapa a favor de Macri, tanta propaganda en campaña electoral, debe rendirle frutos a Clarín, que más allá de algún distanciamiento durante el último tiempo, puede calificarse como una empresa amiga del Gobierno. Clarín no quiere solo más facilidades para extenderse como multimedios, cosa que ya obtuvo de Cambiemos. No se conforma con más pauta oficial, cosa que también ya consiguió. Clarín quiere reventar lo más posible a su personal, como toda patronal.
Clarín no es cualquier cosa. Es un grupo empresario multimediático. Este conflicto permite observar otro elemento al que la clase obrera y el pueblo pobre debe prestar atención. El conjunto de los medios de comunicación masivos son parte de los apuntaladores del plan macrista. Ante otros conflictos y asuntos, cada empresa periodística cubre o no cubre, adopta tal o cual enfoque, de acuerdo a los intereses que impliquen los actores en juego. En este caso, la posición adoptada por las patronales de los medios de comunicación fue el encubrimiento, el silencio, la censura. Todos los grandes medios están interesados en que el avance flexibilizador se consolide para azotar a sus propios trabajadores. Todos cómplices. Si algo de la lucha que ya lleva casi una semana de desarrollo irrumpió en las pantallas de TV, fue gracias a las medidas de los trabajadores y organizaciones solidarias, en un esfuerzo indispensable para romper el cerco mediático a favor de Clarín.
Clarín por supuesto, ejerció el periodismo de guerra que mejor le sale: el antiobrero. La única alusión en sus páginas a lo sucedido en la planta de Pompeya, fue una mentira desastrosa sobre “violentos” ocupando sus instalaciones. Como contrapartida, delegados, comisiones internas y trabajadores de los medios se hacen eco de la denuncia de los trabajadores y se solidarizan con ellos. Qué diferente sería la información que circula masivamente, si las decisiones editoriales corrieran por cuenta de estos trabajadores y no de chupa sangres como Magnetto.
Espionaje y represión
Además de la cartera de Trabajo conducida por Triaca, otro estamento del Estado apareció esta semana como un brazo ejecutor de los planes patronal/gubernamentales. Las fuerzas represivas, entraron en acción. La gendarmería llegó el lunes y montó una provocación en la puerta de la planta, donde los trabajadores y organizaciones realizaban un acto. Mientras los laburantes mostraban cada vez más decisión a enfrentar el lock out patronal, se iba fortaleciendo el operativo intimidatorio por parte de la Policía Federal y la Gendarmería en las inmediaciones de la fábrica.
El martes, luego de una fallida negociación en el Ministerio, ambas fuerzas represivas avanzaron contra los obreros y sus familias, en un intento por desalojar la entrada de la planta. Los luchadores y luchadoras presentes resistieron y permanecen ocupando la planta en defensa de sus puestos de trabajo.
A su vez, así como en otros conflictos obreros importantes, la lucha de AGR es víctima del espionaje ilegal. Haciendo homenaje a la “pesada herencia K” con su proyecto X, la policía de Larreta se infiltra de civil con camionetas de la Policía y del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, haciéndose pasar por equipos de móviles periodísticos.
La clase obrera también ensaya
Como se ve en esta pelea, patronal, Gobierno, fuerzas represivas y empresas de medios, se juegan con todo a que el ataque pase. Sin embargo, los trabajadores en lucha se han organizado, ocupado la planta y se aprestan a pelear hasta el final en defensa de sus puestos de trabajo, sus conquistas, su convenio colectivo y contra el chantaje de Clarín.
Esta lucha que se desató hace menos de una semana también es un ensayo por la positiva: de organización, de coordinación y de voluntad a resistir el plan flexibilizador de Cambiemos. Los trabajadores toman medidas desde el sábado 14, ocasión en la que a través de un comunicado advirtieron sobre las maniobras de vaciamiento y definieron en asamblea comenzar una vigilia de 48 horas.
El lunes, ante la novedad de cierre reportada por la empresa a través de un cartel, votaron un paro por tiempo indeterminado. El martes marcharon al ministerio de Trabajo y denunciaron la truchada de la crisis con la que se excusa Clarín. Ese mismo día enfrentaron la represión. Mediante comunicados y conferencias de prensa desde adentro de la planta, se muestran cada vez más convencidos de pelear por sus puestos. A su vez, se encuentran rodeados de una solidaridad cada vez más amplia, por parte de organizaciones obreras, políticas, sociales y referentes de derechos humanos y la izquierda.
Ayer anunciaron nuevas medidas de lucha, como la creación de una comisión de mujeres y familiares y un festival solidario en la puerta de la fábrica para el viernes. A su vez ratificaron el paro convocado por el gremio gráfico para hoy y citaron a todas las organizaciones solidarias a apoyarlos desde las 15 h en el Obelisco para marchar hacia el Ministerio de Trabajo nuevamente.
La Izquierda Diario los acompañará, como desde el primer día de su lucha, para que este ensayo del plan macrista en favor de las grandes patronales, fracase.