No se nos esconde, como dijimos en los discursos de aquella sesión histórica en Diputados, que aún saliendo la media sanción, en el Senado dominado directamente por los gobernadores feudales del PJ, Cambiemos y los partidos provinciales, no iba a ser fácil que se sancione.
Nicolás del Caño @NicolasdelCano
Jueves 9 de agosto de 2018
Aquella mañana del 14 de junio cuando le dábamos media sanción a la legalización del aborto en Diputados, escribíamos: "No se nos esconde, como dijimos en los discursos de esta sesión histórica, que aún saliendo esta media sanción en Diputados, en el Senado dominado directamente por los gobernadores feudales del PJ, Cambiemos y los partidos provinciales, no va a ser fácil que se sancione. El poder oscurantista de la Iglesia va a fortalecer toda su maquinaria al servicio de mantener la mafia del aborto clandestino. El viernes pasado María Eugenia Vidal y Carolina Stanley visitaron a Bergoglio en el Vaticano. Allí se habría de terminado de sellar el pacto para tratar de evitar por todos los medios que la fuerza de la movilización por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito se pudiera colar en las reaccionarias instituciones de este régimen, como es este Congreso".
Y no nos equivocamos. La Iglesia utilizó todo su poder y los privilegios que el propio Estado le da para imponer su oscurantismo y evitar que las mujeres tengan el derecho a decidir sobre su maternidad.
Tuvieron como aliados a gran parte de los partidos patronales, el PRO, la UCR, el PJ y hasta el kirchnerismo. Y a una institución reaccionaria como el Senado. El Frente de Izquierda es la única fuerza política nacional que tiene al aborto legal, seguro y gratuito en su programa, y actuamos en consecuencia.
A la hora de acordar con el FMI, de rebajarle las asignaciones familiares a millones de trabajadores, de poner a los militares nuevamente en su rol de represores, salen decretos a sola firma del Presidente.
Pero cuando se trata de un derecho de millones de mujeres y de acabar con el negocio del aborto clandestino y con las muertes que éste provoca, tiene que pasar por todo un sistema institucional puesto para evitar que salga nada que moleste a los poderosos, en este caso a la cúpula de la Iglesia y sus aliados. Y cuando hablamos de aliados, no solo digo los partidos políticos mayoritarios, sino también a la mayoría de la dirigencia sindical, que no quiso poner la fuerza de lxs trabajadorxs al servicio de esta lucha, y muchos de ellos, cual dinosaurios, se pronunciaron abiertamente en contra del aborto legal.
A los que hablan de "las dos vidas", no les importa la vida de las mujeres.
La movilización verde de hoy fue inmensa, multitudinaria, pese a todos los que nos quisieron desalentar y un temporal verdaderamente hostil. Fue al menos diez veces mayor y con mucho más energía y juventud, que el pobre despliegue celeste que organizaron las iglesias y sus colegios confesionales.
Desde hace meses millones de mujeres de todas las edades tomaron en sus manos esta lucha ejemplar, histórica, en las escuelas, facultades, lugares de trabajo, barrios. Trabajadoras, estudiantes, actrices, todas con el apoyo de gran parte de sus compañeros.
El revés que sufrimos hoy no nos puede desalentar.
Esta lucha vino para quedarse.
La Iglesia no puede seguir teniendo el poder que tiene. Basta de privilegios. Impulsemos con todo la derogación de las leyes con las que se les paga a los obispos y auxiliares, como el proyecto que presentamos en Diputados. ¡Tenemos que ir por la separación definitiva de la Iglesia y el Estado!, y retomar con todo la lucha para acabar con el aborto clandestino y que todas las mujeres tengan el poder de decidir si quieren ser madres o no, para imponerlo con lo único que entienden: la lucha y la movilización.
#AbortoLegal Así será.
Nicolás del Caño
Es diputado nacional por el Frente de Izquierda y dirigente del PTS. Es autor del libro Rebelde o precarizada. Vida y futuro de la juventud en tiempos de FMI.
