Tanto la Comisión Nacional Prorreferéndum como la Campaña contra Toda la LUC entregarán hoy las firmas recolectadas para habilitar el recurso de Referéndum que permita que el pueblo se expida sobre una ley antidemocrática, represiva y privatizadora.
Jueves 8 de julio de 2021
Este jueves 8 de julio a las 17hs vence el plazo para la presentación de las papeletas. Allí se pondrá en manos de la Corte Electoral las firmas, para que empiece su fiscalización. El objetivo es alcanzar el 25% del padrón electoral, con el que se deberán certificar 650 000 firmas válidas, según exige la ley. Siendo esta es la cifra mínima que permitirá asegurar la convocatoria a la consulta popular. La Comisión Nacional Prorreferéndum, que impulsa la derogación parcial (de sólo 135 de un total de 457 artículos de la Ley) informó que habrían llegado a las 700 000 que se pretende presentar. Mientras que la Campaña contra Toda la LUC (que aspira a derogar la totalidad del articulado) también informó que, a pesar de todas las dificultades, presentarán en tiempo y forma las firmas obtenidas.
La juntada de firmas sin dudas que no fue tarea fácil. Ambas iniciativas debieron sortear la actitud antidemocrática del Parlamento, que negó la posibilidad de extender los plazos, ante las limitantes de movilidad y en medio de una pandemia que se sigue cobrado la vida de decenas de uruguayos por día. La imposibilidad que generó el temor al contagio, sumado a las mismas restricciones de reunión impuestas por el gobierno y las últimas temperaturas invernales, hicieron de esta tarea un verdadero desafío. Los parlamentarios de la Coalición Multicolor demostraron que de democráticos no tienen nada, y que su rechazo y negativa a la extensión de los plazos, está en línea coherente y en concordancia, con todo lo antidemocrático que encierra la LUC en su contenido.
Con el sólo hecho de lograr la convocatoria a Referéndum para que decida la mayoría de la población, se estaría dando un acontecimiento político de gran envergadura. Este sería un golpe importante al gobierno y a la Coalición Multicolor, y a su política de restricción de las libertades democráticas más elementales (como el derecho a la huelga y a la ocupación) a su línea represiva de mano dura, de criminalización de la pobreza y de la juventud, a su política privatizadora de las empresas públicas y mercantilizadora de la enseñanza.
Ya hemos visto que a la coalición de gobierno no le tiembla el pulso al imponer tantas medidas restrictivas y ofensivas contra el pueblo, cuando a la vez, usa el aparato de propaganda desinformando a su favor, disfrazando sus imposiciones, con justificaciones arbitrarias y engañosas, vistiendo de bondades a una ley que es altamente perjudicial y mezquina para el presente y futuro del pueblo uruguayo.
Campaña Nacional Prorreferéndum: un primer balance crítico
Esta campaña, impulsada centralmente por la Intersocial, el PIT-CNT y el Frente Amplio, ha ido aumentando su presencia en las calles, y ha sido tomada por muchos sectores de la militancia sindical y frenteamplista. Es justo reconocer la impronta puesta en los últimos dos meses y la intensificación de la militancia para asegurar la convocatoria, y también denunciar al gobierno, que negó la solicitud de utilizar la Cadena Nacional de Difusión para que la información llegue a toda la población.
Sin embargo, y aun sorteando todos los obstáculos, es necesario hacer un balance crítico al respecto.
En primer lugar, y tal como denunciamos desde un principio, no hubo una firme postura de rechazo al proyecto de ley, y en sus 90 días de “debate” en el parlamento, el PIT-CNT en una actitud conciliadora y obsecuente con el gobierno, no convocó a la movilización, reemplazando la posibilidad de derrotar esta ley en las calles, por la ilusoria posibilidad de que los parlamentarios frenteamplistas pudieran suavizar y limar los aspectos más aberrantes de la misma. Así el PIT-CNT, en una demostración de pérdida total de independencia política, terminaba subordinándose al Frente Amplio, que había votado afirmativamente más de la mitad de los artículos.
En aquel momento decíamos: “Mientras las bases y los militantes del FA rechazan más categóricamente la iniciativa del gobierno, sus dirigentes aparecen mucho más dubitativos. La derogación parcial, parece más un intento de quedar bien con esa base crítica propia y a la vez ser una oposición "responsable" que comparte aspectos centrales de la ley. Al fin y al cabo Lacalle y sus socios avanzan sobre el terreno que dejó el Frente Amplio en sus 15 años de gobierno donde permanecieron intactos puntos claves del modelo neoliberal que se ha impuesto desde los tiempos de la dictadura en adelante”.
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El PIT-CNT de conjunto tuvo una actitud bastante pasiva por esos momentos, mientras varios gremios sindicales, estudiantiles y organizaciones sociales (de mujeres, juveniles y ambientalistas) convocaban a manifestaciones con la concurrencia de miles de personas en las calles, que llegaban al pie del Parlamento exigiendo la derogación total de esta ley nefasta para el conjunto de la población. Mientras tanto la Convención proponía el “dialogo nacional.” Esto iba en sintonía con una postura generalizada de la dirección de la Convención, la que desde un comienzo se perfiló desde este lugar.
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Allí se impuso la opción por un referéndum parcial, postura impulsada por el PIT-CNT y el FA, mientras muchas de las organizaciones sociales (FUCVAM y FEUU, en un primer momento) y sindicatos (entre ellos AUTE, SUGHU, ADEOM, la Federación Nacional de Municipales, SUATT, UF, SINTEP, AFPU, SOOFRICA, UFC, SUNTMA y varios otros) que participaban de la Intersocial manifestaron su postura de ir contra toda la LUC. Al no lograr “consenso”, la “mesa chica” propuso 135 artículos que nunca estuvieron puestos a discusión en ningún espacio.
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Nunca estuvo ni claro, ni sólido el planteo de por qué se eligió el camino por la derogación parcial. De haberse respetado el mandato de la mayoría, toda la energía se hubiera puesto al servicio de la derogación total; cosa que se podría haber logrado con el mismo (o mayor) esfuerzo y empuje, y con todo el aparato del PIT-CNT a disposición. Una Campaña unificada contra TODA la LUC hubiera generado una fuerte empatía en el conjunto del movimiento social, y habría constituido un claro posicionamiento político de la clase trabajadora y los sectores populares contra el gobierno y sus políticas neoliberales y represivas. Se podría haber demostrado que la clase trabajadora, hegemonizando al conjunto de los sectores oprimidos de la sociedad, puede convertirse en el principal sector de oposición a un gobierno de derecha y luchar consecuentemente.
Nuestra postura contra TODA la LUC no impidió juntar firmas por la parcial
En varias oportunidades, desde las páginas de La Izquierda Diario hemos manifestado nuestro rechazo total a la Ley de Urgente Consideración y la necesidad de que la clase trabajadora organizada, junto con los sectores populares y los movimientos sociales, implemente un plan de lucha que incluya movilizaciones contundentes en las calles – y no solamente la salida del referéndum - para darle un golpe certero al gobierno y a su proyecto de ley regresivo.
Desde el comienzo, abrazamos la Campaña contra TODA la LUC participando de sus asambleas, realizando actividades como bicicleteadas y festivales, y mantuvimos durante meses la mesa de recolección de firmas en el Parque Rodó, en Montevideo, y en la Ciudad de Colonia del Sacramento, junto a compañeras de la Agrupación de Mujeres Pan y Rosas y compañeros independientes y de otras organizaciones.
Los últimos dos meses, y viendo el giro que tuvo la Campaña Nacional Prorreferéndum y la posibilidad de llegar con las firmas requeridas, tomamos la decisión de juntar por ambas iniciativas.
De concretarse la posibilidad de un Referéndum, entendemos que debe ser acompañado con la movilización de todos los sectores en las calles, y no esperar pasivamente su resultado. Este primer triunfo debe ser un punto de apoyo para desarrollar una lucha unificada en las calles por todos nuestros reclamos, única manera de derrotar las políticas neoliberales y represivas del actual gobierno.