En este día se inicia una semana clave para la discusión del proyecto de retiro del 10% de las pensiones. El debate se abre en la Comisión de Constitución del Senado, donde ya se han dado luces de intentos de ponerle nuevas limitantes a la propuesta.
Lunes 20 de julio de 2020
El día de hoy será clave para el proyecto del retiro del 10% de las AFP que fue aprobado en la Cámara de Diputados la semana pasada, ya que se discutirá en la Comisión de Constitución del Senado, donde los senadores podrán realizarle indicaciones al proyecto original.
Ya lo anunció el viernes pasado el senador del PPD, Ricardo Lagos Weber, quien anunció que en nombre de la "justicia tributaria" propondría una indicación que implique que quienes no hayan sufrido baja de ingresos y tengan mayores salarios tengan que pagar impuestos por el retiro de sus fondos.
Por su parte el senador UDI Iván Moreria dijo que apoyaría el proyecto, alineándose con la bancada evangélica de su coalición, pero con "indicaciones".
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Lagos Weber no tiene vergüenza alguna de hablar de justicia tributaria o de evitar "bicicletas tributarias", cuando según una investigación de CIPER él no pagó las contribuciones por una de sus casas de descanso durante más de 16 años.
Si bien con los votos que se anunciaron de 5 senadores de Chile Vamos que apoyarían el proyecto del retiro del 10% la votación estaría asegurada, no podemos confiarnos del Senado.
Recordemos que esta instancia es una Sala diseñada para "filtrar" los proyectos de la cámara de diputados. Es una cueva compuesta por 43 senadores, verdaderos representantes de la oligarquía nacional, donde los grandes grupos económicos concentran sus "apuestas políticas" y el financiamiento a sus representantes. Donde incluso las AFP tienen intereses directamente involucrados, como es el caso de Ximena Rincón, actual senadora DC, que fue parte de la directiva de la AFP Provida.
Frente a este escenario, ¡Ninguna confianza en el Senado ni en los partidos tradicionales! La ex Concertación ahora se pinta de crítica al modelo, cuando se dedicaron durante 25 años a administrar las pensiones de hambre y a enriquecerse con ellas.
La fuerza de la rebelión de octubre no ha sido derrotada: la votación en la cámara de diputados de la semana pasada es una victoria de la lucha del pueblo trabajador, y los cacerolazos y protestas del martes pasado, el llamado a paralización de los portuarios y las declaraciones de sectores mineros, da cuenta de que podemos ir por mucho más.
Es necesario que se ponga en movimiento la fuerza de la clase trabajadora y de sus sectores estratégicos, retomando el camino del 12 de noviembre del 2019, el paro más importante desde el fin de la dictadura militar, y para esto, hay que exigirle a la CUT que rompa su tregua criminal con el gobierno y convoque a un paro nacional ya.
Esto, en perspectiva de una huelga general para derrotar al gobierno de Piñera, para tirar abajo el modelo de AFP y conquistar una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, para que sea el pueblo trabajador el que decida, y no un puñado de oligarcas como ocurre en el senado, para discutir un programa de conjunto frente a esta crisis sanitaria y social, que integre un sistema de pensiones controlado por trabajadores y jubilados.
