Durante semanas, docentes y estudiantes mostraron en las calles la fuerza del reclamo. El acuerdo paritario docente cerró un primer round pero la pelea contra el macrismo está lejos de darse por terminada ¿Cómo y para qué seguimos organizados?

Leo Améndola TW/IG: @aladelos
Martes 31 de mayo de 2016 12:34
Macri toma nota de la fuerza del reclamo, y busca dividir.
Desde que asumió Macri, los ataques contra los trabajadores, no se hicieron esperar. Con despidos y tarifazos, también demostró los planes que tiene para la educación pública. Las dos importantes marchas en CABA y en La Plata por el boleto educativo, las cientos de clases públicas en todas las facultades de la UBA y terciarios, la toma de las facultades de Psicología, Filosofía y Sociales, la “marcha de las antorchas” en La Plata y, obviamente, la histórica marcha más de 40 mil estudiantes, docentes y no docentes en la CABA, fueron la respuesta.
El macrismo puso en juego dos estrategias: por un lado, ninguneó oficialmente el problema presupuestario de las universidades, con declaraciones como las que hizo el Ministro de Educación Bullrich, sobre que era "falso que las universidades no tengan para pagar la luz" (La Nación, 11/5) y, por otro lado, cuando con el conflicto fue subiendo la bronca, anunció una partida presupuestaria extraordinaria a las universidades y la nueva oferta salarial, ambas insuficientes. La dirección de los gremios docentes Conadu (alineada con el kirchnerismo), y Conadu Histórica, (conducida mayoritariamente por el PCR y el PO) firmaron el acuerdo propuesto por el gobierno sacando de las calles a uno de los dos actores que venía motorizando las acciones.
El descontento se mantiene
Hoy, la comunidad educativa enfrenta un ataque innegable. Y, aunque la marcha canalizó por un instante la bronca, en los cursos y entre los estudiantes es evidente que no se terminan los problemas para la universidad pública. Los recortes presupuestarios, la necesidad de miles de estudiantes y docentes de un boleto educativo para afrontar el tarifazo (que en provincia existe pero Vidal se niega a aplicar) y el estado de precariedad en que se encuentra la educación pública en general (con facultades que dicen que no llegan a pagar la luz, y trabajadores precarios que ponen en riesgo su vida), son motivos suficientes para que la bronca no se vaya. Sin embargo, la conquista de estos reclamos dependen en gran medida del grado de organización y lucha se den en esta nueva etapa. Y especialmente la que sea desarrollada por el movimiento estudiantil que desde hace mas de una decada se encuentra en un nivel de relativa pasivización. No vamos a hacer acá un recuento un recuento histórico de los hitos que ha protagonizado el movimiento estudiantil, pero sí es importante destacar que ninguna lucha a fondo de la “comunidad educativa” que haya sido tomada en serio se ha realizado sin contar con el rol protagónico del movimiento estudiantil. Que el cierre de la paritaria docente haya sacado -por el momento- al movimiento de la calle y logrado bajar el grado de organización, habla de la inmadurez y falta de experiencia de nuestro movimiento estudiantil.
Para enfrentar al macrismo además de decir hay que hacer
Las agrupaciones del radicalismo y (Franja Morada) y las alineadas con el kirchnerismo (Campora/UES) jugaron a apagar cualquier chispa que anduviera por ahí dando vueltas. En las facultades donde dirigen centros de estudiantes, los que querían enfrentar el ataque , o por lo menos expresar su descontento, tuvieran que hacerlo en espacios “autoconvocados”. Asambleas, comisiones y clases públicas surgieron “a pesar” de estas conducciones. El modelo de centro de estudiantes dedicado a garantizar un buen apunte, un café caliente y alguna medialuna a costos razonables no está preparado ni por cerca para enfrentar el ataque de un gobierno. Y esto no es por la incapacidad de los chicos y chicas que están al frente de los centros de estudiantes de Derecho, Económicas o Sociales, sino por la política a la cual responden. Están alineadas al régimen universitario que pretende convivir en status quo con el gobierno macrista, para conservar sus privilegios y seguir haciendo sus negociados, con “la caja chica” que dan los recursos propios.
¿Que tiene que hacer la izquierda estudiantil?
La respuesta más sencilla es que se tiene que jugar con todas sus fuerzas y herramientas a organizar la bronca y el desconte que genera la política del gobierno, no solo frente a los temas educativos sino ante su plan general. ¿O le vamos a dejar la bandera de la oposición al Kirchnerismo y amigos?
Por eso desde nuestra perspectiva una instancia de asamblea interestudiantil donde nos pudiéramos reunir universitarios,terciarios y secundarios para discutir cómo enfrentar el ataque era una buena medida. Una instancia asamblearia, de debate, discusion y resolucion donde se pudieran escuchar las propuestas de los que estuvimos en los cortes de calle y las movilizaciones, en las clases públicas. Nada más y nada menos que una instancia para seguir encendiendo la mecha del conflicto y para ayudar a clarificar las distintas posiciones que hay sobre cómo hay que seguirla.
Este miércoles está convocada una instancia que mantiene el nombre de “interfacultades” o “interestudiantil” pero que no fue trabajada para que vayan mucho más que los militantes de las organizaciones. Y es que hay una preocupación mayor por parte de las organizaciones que propusieron esta interfacultades pero no movieron un pelo para que surgiera realmente. Esta preocupación superior es “el congreso de la Fuba”. De carácter solemne el mismo, y bajo la conducción del Partido Obrero y La Mella, está convocado con el objetivo de renovar autoridades. Es cierto que hace tres años no se puede reunir el quórum, y quizá “los conductores” sintieron vientos de éxito ante tamañas movilizaciones estudiantiles. Pero, convendría mirar la realidad a los ojos y notar que al 98% de los estudiantes movilizados (si 98%) la convocatoria el congreso de Fuba los tomará con el mismo cuidado que los anuncios de una nueva fragancia de desodorante Axe. O quizá menos he!. A veces el desodorante tiene cierta importancia.
Desde la Juventud del PTS vamos a participar de la convocatoria a la interestudiantil y convocamos a todos los que se han movilizado a participar por lo mismo que dijimos anteriormente. Con los límites que tenga, la “interestudiantil” servirá para dilucidar posiciones y escuchar de primera mano de algunos de los tantos actores de este conflicto como hay que seguirla.
La conducción de la Federación sin embargo, parece tomarla como parte de su Congreso, y no como una instancia de organización, de los miles que no se vieron referenciados en la Fuba durante este conflicto. Además deja un mensaje ambiguo que creemos que tiene que ser parte del debate. Por un lado el Partido Obrero propone discutir “como seguir”, cuando su propia corriente en docentes (La Naranja), decidió firmar el acuerdo que propuso el macrismo, desarticulando la pelea conjunta entre docentes y estudiantes que había sido uno de los motores del conflicto hasta ahora, priorizando los aspectos “sindicales”, y dejando el conflicto político, que es contra el modelo de universidad que nos quiere imponer el macrismo. Por otro lado. La Mella habla de la necesidad de defendernos de los ataques actuales a partir de una alianza en la Fuba con el kirchnerismo que, como dijimos antes, se lava las manos respecto de la precariedad en la que dejo la educación pública, facilitándole la tarea al PRO. Por no hablar de que son los gobernadores alineados con esta corriente, los que en Santa Cruz y Tierra del Fuego reprimen a los docentes que salen a pelear contra los aumentos. Las medidas para transformar a la Federación en una referencia de organización y participación, la critica a los aspectos estructurales que sostuvieron el macrismo con el kirchnerismo todos estos años, bien gracias.
Desde la Juventud del PTS por ende invitamos a todos a ir a esa asamblea a plantear la necesidad de organizarse e impulsar desde los cursos, las facultades y universidades, instancias de discusión en que podamos articular los debates sobre las necesidades de la educación pública y las formas de defenderla. Creemos que debemos ir hacia un gran congreso de defensa de la educación pública, en donde todas las universidades podamos debatir y organizarnos , con comisiones de base para preparlas, dossiers y paneles de discusión , y plenarios donde podamos definir medidas conjuntas para conseguir nuestras reivindicaciones, nacionalizando el reclamo.

Leo Améndola
Trabaja en el MTEySS y es delegado de ATE-Trabajo. Miembro de Izquierda Diario y militante del PTS