Sábado 16 de marzo de 2024 16:41
La huelga de ATEN, que ya va por su tercera semana, está entrando en una etapa de confrontación superior con el gobierno, que acaba de decidir la implementación por decreto del aumento que fuera rechazado por las asambleas. También puso en marcha un intento de imponer suplentes para carnerear el paro. Dos herramientas del arsenal del viejo, conocido y ultrarreaccionario Jorge Sobisch, que ahora también utiliza la “progresista” ministra de educación de la provincia, Soledad Martínez. El sindicato de trabajadoras/es de la educación ya definió en sus asambleas 72 horas de paro para la semana que viene, medida que está vigente.
La propuesta consistía en sumas fijas en negro por el mes de enero, que tuvo una inflación de 24,5% en Neuquén. Una vez consolidado ese robo, se planteaba una actualización por IPC trimestral a partir de abril (tomando la inflación de febrero/marzo), en una provincia en que la canasta de alimentos está en los 700 mil pesos y el sueldo docente con un cargo en 400 mil pesos. Pero además implica valores miserables para las partidas de refrigerio (un tema muy sentido por la base docente que tiene que atender cotidianamente las necesidades de sus comunidades educativas): de 50 a 85 pesos por día por estudiante.
El gobierno de Rolando Figueroa no pudo imponer esta “propuesta” que fue rechazada masivamente por las asambleas: 3153 votos por el rechazo y 2065 por la aceptación.
La propia conducción de ATEN provincial había planteado públicamente –al igual que el gobierno– que esta era la mejor oferta del país. Luego del rechazo contundente de las bases y del decretazo del gobierno, un incómodo Marcelo Guagliardo salió en los medios a decir –con su habitual macartismo– que la izquierda “siempre vota en contra”, más allá de cuál sea la propuesta, pero al mismo tiempo tuvo que reconocer “la mejor propuesta del país” en realidad implicaba una rebaja salarial. Sucede que el rechazo ganó no solamente en las seccionales en las que la conducción está en manos de la oposición donde tiene peso la izquierda como Neuquén capital y Plottier, sino en seccionales consideradas “centros de gravedad” de la conducción provincial peronista como San Martín de los Andes o Centenario.
Esto demuestra la importancia de la instancia de asamblea para que las conducciones sindicales no puedan imponer la política del gobierno así nomás, tanto como la presencia de la izquierda clasista en los sindicatos para luchar por las demandas de la base y garantizar que se respeten los mandatos. Periodistas afines al gobierno y el gobierno mismo se quejan de este protagonismo de las asambleas, mientras trabajadores de otros sectores que no cuentan con esa herramienta miran con simpatía la lucha docente, como ocurre por ejemplo en los hospitales que se caen a pedazos, mientras la conducción de ATE cerró un acuerdo desfavorable.
La huelga de ATEN se está transformando en un catalizador del descontento social que existe en la provincia. En las escuelas se anudan un conjunto de problemáticas que se han agravado en los últimos años y meses en Neuquén: estudiantes que no comen si no es en la escuela, familias sin trabajo y/o a las que se le han recortado los programas sociales, en condiciones habitacionales pésimas o con graves dificultades para alquilar. A esto se suma el aumento exponencial del costo de vida que afecta de manera transversal a toda la clase trabajadora y sectores medios en proceso de pauperización. Todo esto ocurre en una provincia cuyo gobierno dice –al igual que Milei– que “no hay plata” para salarios, salud y educación, al mismo tiempo que presume de los altos números de la producción de petróleo y gas.
Les empresas petroleras facturaron en el mes de diciembre 24 mil millones de pesos por día y según los propios medios afines al gobierno provincial (aunque no hay datos oficiales) los ingresos por regalías se duplicaron desde entonces.
¡Hay que afectar las ganancias de las petroleras! ¡Que la plata vaya a salud, educación, vivienda y salarios! El gobierno dice que no tiene plata para aumentar los salarios de los trabajadores acorde con la inflación, pero la distancia entre los sueldos de los funcionarios y los de los trabajadores es obscena. ¡Que todos los funcionarios políticos cobren como una maestra!
La lucha docente es la lucha de toda la comunidad educativa, la clase trabajadora y el pueblo de Neuquén. Es necesario poner en pie iniciativas de solidaridad en todos los lugares de trabajo y estudio, así como luchar para unirnos para lograr todas las demandas postergadas. Hace falta un paro general provincial de la CTA y de todos los sindicatos de la provincia en apoyo a la lucha de ATEN y por las demandas de toda la clase trabajadora.