Se realizó el segundo encuentro Interprofesional (asamblea de coordinación intersectorial) de la región parisina, un paso adelante en la coordinación de los diferentes sectores en huelga, especialmente del transporte y docentes.

Philippe Alcoy París
Sábado 14 de diciembre de 2019 00:30
El discurso del primer ministro Edouard Philippe, más allá de sus aspectos comunicacionales y de pequeñas pseudo-concesiones, deja al menos una cosa en claro: el gobierno no pretende ceder nada respecto de lo esencial y está dispuesto a una lucha dura y de largo aliento si fuera necesario.
Esta es la certeza del centenar de participantes del segundo encuentro interprofesional (asamblea de coordinación intersectorial) de la región parisina este último miércoles, que contó con la presencia del personal de numerosas cabeceras, estaciones y establecimientos de metro y buses de la región metropolitana (RATP), ferrocarriles (SNCF) y de la educación, entre los más representativos.
Esta "Asamblea Interprofesional" es un espacio que estuvo precedido y preparado por los encuentros RATP-SNCF y que no solo apunta a la coordinación de diferentes sectores en huelga contra el ataque del Gobierno a las jubilaciones. Para los participantes, el objetivo es construir un marco de autoorganización con representantes de las diferentes asambleas locales con el fin de que los huelguistas sean dueños de los destinos del movimiento, y evitar así que sean las burocracias sindicales las que decidan o negocien en su lugar.
Muchas intervenciones durante la reunión iban en ese sentido. Anasse Kazib, ferroviario de Bourget y militante de Révolution Permanente, que venía mandatado por la Asamblea General (AG) interservicios de París Norte, declaraba: "Si nos organizamos desde la base, ¿quién va a decirnos que volvamos al trabajo?". Por su parte, Fred, maquinista del centro bus de Lagny afirmaba: "Es necesario que las direcciones sindicales nos escuchen, de lo contrario van sufrir las consecuencias".
Para reforzar este aspecto de organización de los huelguistas desde las bases, contrariamente a la primera reunión en la que el perímetro era más amplio, esta vez participaron esencialmente los sectores en huelga, de los cuales algunos participantes habían sido mandatados por sus asambleas locales.
La votación de delegaciones mandatadas por las asambleas generales de los huelguistas para participar en la coordinación es fundamental para avanzar hacia una verdadera coordinación de lucha capaz de constituir una dirección democrática, apoyada en la base de los huelguistas.
Dicho de otro modo, una dirección alternativa a las direcciones sindicales burocráticas que negocian a espaldas de los trabajadores, a veces incluso sin estar en el movimiento como la CFDT (la mayor central obrera del país a la vez que la más conciliadora y burocrática).
Este inicio de coordinación de los huelguistas, que todavía hay que fortalecer y ampliar para que se vuelva aún más representativo del conjunto de los huelguistas, está dando pasos en este sentido.
Entre los sectores presentes podemos nombrar las cabeceras RATP de autobuses de Lagny, de Flandre, de Ivry, de Nanterre y el sitio de mantenimiento de Saint-Ouen. Por parte de la SNCF estaban los huelguistas de Paris Nord/Le Bourget/technicentre de Landy, de Saint-Lazare, de Austerlitz, de los talleres de Clichy, de Vaires-sur-Marne (77), así como del Technicentre de Châtillon.
También asistieron representantes del otro sector muy movilizado, el de la educación nacional. Docentes de diferentes grados de Nanterre, de Epinay, de Paris, de Saint-Ouen, de Orly, entre otros, se expresaron en el transcurso de la reunión. También había huelguistas participantes de las Asambleas generales interprofesionales locales o departamentales, e incluso en las asambleas de las ciudades.
Reforzar las asambleas locales y su coordinación
Pero si bien la puesta en marcha de las diferentes reivindicaciones surgidas de las asambleas locales es fundamental, un punto muy destacado en el debate fue la necesidad de fortalecer la autoorganización desde la base, de continuar convenciendo a los compañeros y de hacer que las asambleas locales sean lo más numerosas posible. Como decía Anasse Kazib: "la coordinación no puede sustituir a las asambleas generales locales; este trabajo local es primordial".
Al mismo tiempo, la coordinación de las reivindicaciones y propuestas a escala de toda la región parisina puede ayudar a los huelguistas a participar en las asambleas locales y que se conviertan en activistas en la huelga. El hecho de sentir que uno es dueño de su propia lucha, de que las propuestas locales pueden ser tomadas por el conjunto del movimiento, de que las discusiones de los huelguistas tengan un impacto real sobre la dirección que toma la lucha, no puede sino favorecer la participación activa de la base. Todo lo contrario a la política de las direcciones sindicales cuyos métodos burocráticos y antidemocráticos solo mantienen en la pasividad a los trabajadores.
La participación activa de los trabajadores es posible. Como afirmaba Adel, sindicalista UNSA y conductor del RER en la RATP, "en la práctica, la gente está dispuesta a dar la pelea, hasta el retiro de la ley, hasta el final". Pero si los trabajadores sienten que no influyen en cómo seguir la lucha y en las perspectivas del movimiento, ¿para qué van a trasladarse a participar en la asamblea general?
Apoyo a las acciones de los huelguistas
Una constatación que hicieron todos los participantes es que, a diferencia de los días precedentes, comienza a haber elementos de represión contra las acciones de los huelguistas y contra quienes las apoyan, sobre todo, contra los piquetes en las cabeceras de buses. En efecto, el miércoles a la mañana, varias cocheras fueron desbloqueadas por la fuerza por la Policía; en Aubervilliers incluso un docente fue arrestado violentamente y sigue en prisión preventiva.
Es en ese sentido que la coordinación discutió la necesidad de reforzar la ayuda a los sectores que la necesitan para llevar adelante las acciones de bloqueo u otras. Estas acciones son realizadas en gran parte por los docentes y los estudiantes, lo que es un gran beneficio para los trabajadores de la RATP que luchan contra la reforma, de los cuales algunos no pueden hacer huelga porque todavía no tienen tareas y por lo tanto corren el riesgo de represalias de la dirección.
Efectivamente, la solidaridad activa en las acciones es una manera de movilizar a trabajadores y jóvenes en lucha a favor de quienes tienen una mayor capacidad de bloqueo de la economía. Stéphanie, profesora del colegio Jules Vernes, lo expresaba de la siguiente manera: "En este momento es difícil volver al trabajo (por la huelga en los transportes), ¡y mejor así! Esto instaura un ambiente de lucha, y esto puede motivar a algunos para luchar por la huelga indefinida".
Por la generalización de la huelga indefinida
En este sentido, la cuestión de dirigirse a otros sectores también fue planteada, sobre todo, a las empresas privadas (los ferrocarriles, metro y colectivos son estatales) pero también a los docentes que participaron en forma masiva en las movilizaciones de las jornadas de huelga nacional, pero que siguen aún en el marco de una "retención de tareas" en vez de una huelga propiamente dicha.
En este sentido Mathilde, docente del distrito 92, decía: "A pesar de las repetidas luchas luego de los ataques al sector, no existe aún una dinámica de huelga indefinida por el momento en los profesores" pero al mismo tiempo, "los profesores no se quedaron tranquilos con las declaraciones del primer ministro".
Thomas, profesor de francés del comité de huelga de Vaires-sur-Marne, aportaba su opinión: "En los profesores, hay bronca pero también un sentimiento de debilidad, necesitamos coordinación para sostenernos, para darnos fuerza".
Este sábado habrá una asamblea nacional de profesores en París, y abrirá sus puertas a la tarde para un momento de discusión en Interprofesional en la que participará une delegación de huelguistas de la RATP y la SNCF.
Otro elemento discutido en la reunión para ayudar a los compañeros a hacer huelga indefinida fue la cuestión del fondo de huelga. Mientras que el gobierno no va a ceder en nada sin una lucha resuelta y que se anuncia de largo aliento, la cuestión financiera se volverá central para muchos huelguistas.
Radicalizar la huelga
"Hemos sido muy amables hasta aquí, ahora es necesario radicalizar la lucha". Así comenzaba su intervención Clément, ferroviario militante del Sud-Rail en el centro técnico de Châtillon. "¡Entré en ese taller a los 15 años, si es para morir allí, ya es la muerte!", continuaba. Lo mismo planteaba Samir, sindicalista CGT (otra de las centrales obreras francesas, menos numerosa pero con más tradición de lucha) del taller de mantenimiento RATP de Saint-Ouen: "La pregunta es simple: ¿queremos morir trabajando o no? Si queremos morirnos, retomemos el trabajo inmediatamente".
En efecto, el gobierno y la patronal, a pesar de los intentos de engañar a todo el mundo (que no parecen marchar muy bien por otra parte), están decididos a ir hasta el final con este ataque histórico contra el derecho a la jubilación. Macron y su gobierno tienen mucho en juego; el fracaso de esta reforma podría "poner fin al quinquenio".
Pero si bien las clases dominantes tienen mucho en juego, del lado de los trabajadores lo puesto en juego es todavía más importante, se trata de nuestras condiciones de vida, de trabajo y, además, de nuestra dignidad y de nuestro futuro.
Este gobierno y la patronal no entienden otro lenguaje que el de la lucha y la relación de fuerzas. Es por eso que a pesar de las muy elevadas tasas de huelguistas, en ciertos sectores la lucha todavía debe ir más lejos, debe radicalizarse y paralizar el conjunto de la economía.
El núcleo y la punta de lanza de la protesta en los ferroviarios, trabajadores y trabajadoras de la RATP y en los profesores deben fortalecerse y unirse a los batallones del sector privado. Es en este sentido que la coordinación parisina de huelguistas quiere avanzar, unir a estos sectores pero también dirigirse a los demás asalariados que todavía no entraron en lucha. Esta coordinación no está más que en sus inicios y los huelguistas seguirán trabajando para que se convierta en una verdadera coordinación de los diferentes sectores en huelga en la región parisina, convocando a los trabajadores de otras ciudades y regiones del país a hacer lo mismo.
Al final de la reunión, los presentes propusieron hacer citas para columnas en común de la RATP, de la SNCF, de docentes y de sectores en huelga indefinida, para enviar una fuerte señal, conjunta, en las calles, levantando la consigna del retiro de la reforma y la unidad del sector público y el privado. La próxima reunión de los huelguistas se hará el lunes 16 de diciembre.
Traducción: Rossana Cortéz