Después de las jornadas de huelga históricas de la semana pasada de la educación pública en Catalunya, este miércoles se ha convocada una nueva huelga, en este caso contra la imposición del 25% de las clases en castellano y que pone en peligro el modelo de inmersión lingüística de Catalunya.
Miércoles 23 de marzo de 2022
Este miércoles 23 se ha convocada una nueva huelga en la educación pública catalana, después de que la semana pasada empezaran las primeras jornadas de una huelga histórica contra la gestión de la educación en las últimas décadas por parte de los diferentes governs de la Generalitat.
En el caso de la jornada de huelga de hoy, los sindicatos Intersindical, USTEC, CUERPO y SEPC convocan en defensa del modelo de inmersión lingüística en las escuelas e institutos de Catalunya tras la sentencia del Tribunal Supremo que impone el 25% de las clases en castellano.
Con la ratificación de los jueces del Supremo obligando en los centros educativos a impartir este 25% de la docencia en castellano se pone no solo en riesgo el modelo de inmersión la lingüística conseguido con la lucha del movimiento obrero en Catalunya durante la Transición, sino que profundiza también en la persecución contra la riqueza cultural, poniendo en peligro la lengua catalana.
Una sentencia derivada de una judicatura que pasó intacta del franquismo a la "democracia" y que interpreta las leyes según como convenga al poder. Pero además, esta decisión judicial no sigue ningún precepto pedagógico y promueve el perjuicio segregador a nivel de lengua y calidad educativa hacia los hijos e hijas de la clase trabajadora que estudian en la red de enseñanza pública.
Los sindicatos convocantes exigen el mantenimiento de la inmersión lingüística y que el modelo que se aplique sea en su totalidad en catalán. Y en este sentido, reclaman también que el Goverm impulse una regulación que permita blindar el modelo de inmersión en catalán.
Pero sobre todo se exige que desde la Generalitat no se traspase la responsabilidad de decidir qué modelo aplicar a los directores y directoras de los centros educativos.
Y es que con el traspaso de la responsabilidad a las direcciones de los centros escolares, el Govern obedece nuevamente las imposiciones del poder judicial. Un acatamiento más de los ataques del Régimen del 78 contra la cultura y el movimiento democrático catalán.
Pero tampoco se puede esperar mucho más por parte de un Govern que sigue al milímetro las políticas de recortes y la infrafinanciación que empezó Artur Mas hace una década y que ha contribuido de forma activa durante los años posteriores, configurando una situación de retroceso y precariedad tanto de la educación pública como de la misma lengua catalana.
Ante tal ataque al catalán, es imprescindible que surja un gran movimiento que pueda torcerle el brazo no solo a las imposiciones de la judicatura española y al Régimen del 78, sino a las políticas de acatamiento del govern de Pere Aragonès en la línea de una vuelta al autonomismo.
En este sentido, la huelga de este miércoles puede ser un buen punto de partida, junto con las jornadas de huelga que se produjeron la semana pasada. No obstante, es necesario también que en vez del divisionismo que hay respecto a las diferentes convocatorias de huelga, en especial por parte de los sindicatos estudiantiles, se pueda golpear de forma unitaria, sumando fuerzas también para impulsar y coordinar asambleas en institutos y que las jornadas de huelga de este 23, pero también las que siguen el 29 y 30 puedan poner los cimientos para revertir una década de recortes, defender la inmersión lingüística y oponernos a todas las contrarreformas neoliberales que se pretenden continuar imponiendo, tal y como promueven desde la agrupación estudiantil y anticapitalista de Contracorriente.