Con un amplio margen de votos a favor de la huelga, una vez más un sindicato universitario arremete contra la precarización laboral y la carestía de la vida. Desde la tarde de este martes mantiene el control de las instalaciones en exigencia de sus demandas.
Miércoles 14 de febrero de 2018
Integrantes del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Chapingo (STUACh) realizaron una votación en la cual por un amplio margen se mostró la voluntad de avanzar en las medidas de presión para que se cumplieran una serie de demandas, entre las cuales destaca el cumplimiento del proceso de homologación y retabulación de los salarios de acuerdo a la inflación, así como el pago de apoyos de fin de año atrasados desde ya hace varios meses.
Así, las primeras horas de este martes, cientos de trabajadores universitarios estallaron la huelga, luego de que las negociaciones con la Rectoría fracasaran. Hoy estos trabajadores hacen una nueva experiencia de movilización entre una larga lista de conflictos universitarios en varias latitudes del estado y el propio país.
Al igual que otros sindicatos como el de la Universidad Autónoma Metropolitana, que tuvo una tentativa de huelga en semanas anteriores, el STUACh demandó un aumento salarial de 20% lo cual corresponde a un ajuste de acuerdo a la inflación así como al aumento de precios de la canasta básica.
La Comisión Negociadora, que desde hace varios días se ha mostrado incapaz de presionar por sí sola a las autoridades correspondientes, fue criticada por muchos de los huelguistas, responsabilizándola del alargamiento del conflicto sin una posible salida favorable para los trabajadores. Alegaban que si bien la actitud de los administrativos representantes de la rectoría deja claro la nula sensibilidad que existe ante las condiciones de quienes sostienen la universidad a diario, el estrangulamiento y pauperización de la comunidad universitaria y por lo tanto de los trabajadores, es responsabilidad principal del gobierno federal que mediante la SAGARPA y la Secretaria de Hacienda asfixia a la institución recortándole recursos.
Los estragos de la reforma educativa se extienden
Esta situación que hoy se desarrolla en la universidad agrícola más importante del país (y para muchos de América Latina), es sin duda una más de las consecuencias de la Reforma Educativa. Ésta recorta el financiamiento a las universidades con el pretexto de la tendencia a la “autonomía económica”, la cual se traduce en un verdadero abandono, paulatino en algunas ocasiones y tajante en otras, como lo demuestran las ya más de media docena de universidades, muchas de ellas estatales, en quiebra técnica, esto en varios estados del país.
Los trabajadores son los que recienten principalmente este abandono, el cual se traduce en una carestía cada día más palpable. Ya sea en la insuficiencia para sostener el conjunto de los servicios de los campus universitarios o en la imposibilidad de satisfacer sus necesidades mediante un salario ya de por sí insuficiente.
La respuesta en más de un plantel es reflejo de esta política impuesta por todos los partidos, las instituciones, y por supuesto las autoridades universitarias de las distintas instituciones, quienes son los ejecutores internos de estas medidas, así como garantes de la continuidad de las mismas contra el conjunto de la comunidad universitaria: académicos, trabajadores y por supuesto estudiantes.
Una alianza es posible
La experiencia que se acumula en todas las movilizaciones, en las asambleas, en los paros, en las huelgas (aunque muchas no lleguen a estallar), de conjunto, tiene un gran valor en el proceso de preparación de defensa de nuestros derechos o de exigencia de los mismos. El magisterio y el normalismo han sido punta de lanza en la lucha contra la reforma educativa y hoy, conforme van sintiéndose los estragos de la reforma en su totalidad, son más y más los sectores afectados. El malestar existe podemos verlo expresado en cada uno de estos procesos.
Este 15 de febrero se cumplirá el fin del emplazamiento a huelga que los académicos de la misma institución acordaron para que se diera cumplimiento a sus demandas. En muchos puntos, sus demandas son similares a las de sus compañeros trabajadores, por lo cual, de no recibir respuesta satisfactoria, los docentes estarían sumándose a reforzar la huelga. De concretarse, esta acción tiene toda la legitimidad para extenderse, para confluir por las demandas de todos aquellos que pelean y recienten los embates de un mismo Estado y sus instituciones pro patronales.
Jesús Pegueros
Estudiante de la Facultad de Economía de la UNAM
