Los equipos argentinos se aseguraron un lugar en los cuartos de final de la Copa Sudamericana. El Globo logró un triunfazo en el Ducó, Independiente empató para una merecida clasificación; River perdió en la altura pero aguantó y pasó de ronda.
Jueves 1ro de octubre de 2015
Foto: sitio web de Olé
River pasó con lo justo
River tenía una parada difícil en la altura de Quito. Tenía que hacer valer el 2 a 0 logrado en el Monumental por la ida. La Liga de Quito consiguió un ajustado triunfo por 1 0 con gol de cabeza de Mina (flojo de reflejos Barovero, la altura le jugó en contra). El primer tiempo fue parejo y en el segundo River arrancó mejor con Alario y Mora buscando quebrar el marcador. Pero a partir del gol se consolidó el equipo ecuatoriano y los de Gallardo tuvieron que aguantar. River apenas pudo intentar algunos contraataques y tuvo a la suerte de su lado cuando Alvez desvió un penal (inventado por él mismo al desplomarse en el área de River sin que lo toque nadie) y cuando “Cachete” Morales estrelló un pelotazo de tiro libre en el palo derecho de Barovero.
Resumen del partido, del canal Youtube River Plate DM
Pasó una dura prueba el actual campeón. Ahora espera al ganador entre Libertad de Paraguay y Chapecoense de Brasil, equipos que en los papeles parecen accesibles para el club de Núñez.
Independiente y una merecida clasificación
El rojo había ganado en Avellaneda 1 a 0 y corría con esa ventaja en el estadio Defensores del Chaco ante el equipo más copero de Paraguay, Olimpia. Los locales salieron con todo a buscar el triunfo en los primeros minutos del encuentro. Parecía que se les daba, como cuando un tiro libre por izquierda le cortó la respiración al estadio, cualquiera que conectara la pelota la mandaba al fondo de la red, pero salió intacta casi acariciando el palo izquierdo del Rusito Rodríguez. De ahí en más, el partido lo manejó Independiente.
Los de Pellegrino jugaron un partido muy inteligente, achicando espacios, intentando que corra el reloj teniendo la posesión de la pelota y buscando agazapado. Olimpia perdió la brújula y se fue diluyendo. Para colmo a los 37 minutos se quedó con uno menos por un pisotón inconcebible de Aranda a Toledo. Expulsión para el mediocampista paraguayo y ventaja para el equipo de Pellegrino.
Así el Rojo fue tejiendo algunas llegadas claras que no pudo concretar: una de Vera, un mano a mano que Cebolla Rodríguez no supo definir y contuvo el arquero Barreto (gran responsable del 0 a 0), y sobre el final un gol mal anulado a Lucero, que no se encontraba en posición adelantada (aunque estaba al límite, por eso los jugadores no lo protestaron).
El Independiente de Pellegrino sigue su camino triunfal; esta vez la clave estuvo en el orden defensivo y la gran actuación de Tagliaffico (hace rato que un marcador lateral no se destacaba en Independiente) y Pellerano. En los cuartos de final se enfrentará con el Independiente Santa Fe de Colombia.
Triunfazo de Huracán de la mano de “Wanchope” Ábila
Está levantando vuelo este Huracán. El piloto es Eduardo Domínguez, aquel que empezó integrando el plantel pero se bajó de emergencia y colgó los botines para ponerse el buzo de DT y pilotear desde el banco la nave que deambulaba en las aguas del fondo de la tabla. Y además de seguir invicto con su flamante DT, el Globo logró una clasificación contundente, para ilusionarse.
En la ida, el gol de visitante era clave pero no podían confiarse los quemeros. En el primer tiempo Sport Recife tenía mayor iniciativa, sin ser desequilibrante. Pero los brasileros jugaban con el cronómetro en contra y los nervios lo complicaron. Huracán, por el contrario, entendió que el mejor camino era buscar el arco rival y salió a jugar el segundo tiempo con ese convencimiento. Y ahí fue realmente un Huracán, al punto de que sus hinchas coreaban un “ole” ante cada toque del Globito, como hace años no sucedía.
En un par de minutos inclinó la balanza a su favor: primero “Wanchope” Ábila definió como los que saben (y él es uno de esos que saben) una contra que comandó Espinoza; le mandó un pase preciso que el zaguero de Recife no pudo despejar, “Wanchope” la bajó de lujo para acomodarse y –en el mano a mano- elegir a qué palo colocar el gol, levantando la vista. Golazo para el 1 a 0.
Cinco minutos después, un despeje defectuoso de la defensa brasilera le permitió a Bogado lanzar un bombazo desde afuera del área para el 2 a 0. Huracán se agrandaba, Sport Recife se derrumbaba.
Y a los 27 minutos de ese segundo tiempo soñado, una llegada a la línea de fondo de Espinoza (tras una linda combinación con Bogado) se transformó en centro atrás y cabezazo de Ábila; el arquero Fernandes adivinó la intención pero dio el rebote y “Wanchope” demostró porqué se tranformó en el máximo goleador de Huracán en torneos internacionales. En el rebote fue implacable y conquistó el gol del 3 a 0 definitivo.
Si se lo observa rápido, el delantero estrella de Huracán parece un gordito sin “cogote” que está para atajar en el potrero. Pero si se lo observa jugando es un delantero con mucho oficio. La manera en que levantó la vista en el primer gol de Huracán habla de sus condiciones mucho más que su figura. Un gran jugador que puede darle muchas alegrías más a los hinchas del Globo.
Ya con el 3-0 Sport Recife era pura impotencia y el juego brusco sin ningún sentido a esa altura le costó las expulsiones de Ferrugem y Wendel.
Los del Parque Patricios ahora deben esperar al ganador de la serie entre Lanús y Defensor Sporting de Montevideo. Pero mientras, quedan con el pecho inflado de “ole”.