La tormenta más feroz en casi una década, se dirigía a Bahamas y la costa estadounidense. En su paso por Haití causó estragos y provocó muertos y heridos entre los sectores más pobres.
La Izquierda Diario @izquierdadiario
Miércoles 5 de octubre de 2016 10:05
El huracán Matthew, la tormenta más feroz del Caribe en casi una década, se dirigía a Bahamas y la costa estadounidense el miércoles a primera hora, después de azotar Haití y Cuba con lluvias torrenciales que causaron estragos, principalmente entre la golpeada población haitiana.
Calificada por la ONU como la peor crisis humanitaria que azota a Haití desde el devastador terremoto del 2010, Matthew impactó el martes Cuba y Haití con vientos de 230 kilómetros por hora, destrozando pueblos, tierras de cultivo y complejos turísticos.
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Cientos de miles de personas fueron evacuadas por la tormenta, que causó graves inundaciones y provocó la muerte de al menos ocho personas en República Dominicana y Haití, los dos países que comparten la isla La Española.
Matthew, un huracán de categoría cuatro hasta el martes, fue degradado a tormenta de categoría tres en las primeras horas del miércoles, dijo el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos, con sede en Miami.
Haciendo más difícil de evaluar la gravedad del impacto en Haití, Matthew arrasó las comunicaciones en muchas de las áreas más afectadas, incluyendo los principales puentes que conectan gran parte del país con la península suroeste.
El gobierno de Haití y los cascos azules de la misión de la ONU, que han sido acusados de todo tipo de vejámenes contra la población, fueron absolutamente incapaces de reconstruir los barrios pobres del país como de organizar un plan sistemático para la evacuación de los posibles damnificados. Es por esto que existía una particular preocupación por los miles de haitianos que siguen viviendo en tiendas de campaña y casas improvisadas desde al terremoto de 2010, que dejó más de 200.000 muertos.
En Cuba, por su parte, los reportes iniciales de medios estatales informan que la isla no sufrió daños especialmente graves.
A la inversa de lo sucedido en Haití, en Cuba existe tradicionalmente un plan centralizado para enfrentar los huracanes en los sectores que pueden ser más vulnerables, y en esta ocasión las autoridades pasaron horas organizando a los voluntarios para lograr que los residentes y sus propiedades estén seguros.
El huracán se dirige ahora hacia Bahamas y las costas de Estados Unidos.