En su visita a Defensor Sporting de Montevideo empató sin goles y logró imponer con esfuerzo el 1-0 obtenido en el Palacio Ducó. El Globo ya está entre los 4 mejores de Sudamérica.
Miércoles 28 de octubre de 2015
Foto: AP
En un partido intenso y más trabajado que bien jugado, el Huracán de Eduardo Domínguez logró su pasaje a semifinales, tras el 0 a 0 ante Defensor. Tuvo algunas chances como para ganarlo y también pudo haberlo perdido: las claves del partido estuvieron protagonizadas por sus dos principales figuras, el arquero Marcos Díaz y el delantero “Wanchope” Ábila.
Sumando el partido de ida en Parque Patricios, en los 180 minutos fue Huracán el que estuvo un poco por encima ante un Defensor Sporting algo confuso y falto de claridad en cuanto a cómo encarar al rival. El equipo uruguayo por momentos debía luchar contra su propio desorden. Pero el Globo pasó con lo justo.
Sin dudas Marcos Díaz fue determinante en esta clasificación, como lo viene siendo en cada logro de Huracán (recordemos su papel en la obtención de la Copa Argentina 2014). En el partido de anoche sacó dos pelotas de gol memorables, en el primer tiempo ante un cabezazo de un Gómez solitario que se le escapó a los centrales, la segunda en el complemento cuando salió rápido a achicar y evitó que un delantero se la englobe.
Pero Huracán tuvo las más claras –en el primer tiempo, cuando buscó circular más la pelota- en los pies del Rolfi Montenegro que erró sólo ante un arco vencido y de un tiro con ángulo cerrado de Ábila que desvió el travesaño.
En el segundo tiempo, Huracán mostraba signos de cansancio y decidió esperar para aprovechar alguna contra. Defensor se iba sumiendo en la desesperación con el correr de los minutos y el partido se fue diluyendo.
Así, llego a semifinales este Huracán que no deja de dar sorpresas, cuando hasta hace poco más de un mes estaba debatiéndose entre la Primera y el Nacional B. Deberá enfrentar al ganador de la llave entre Independiente y su homónimo colombiano, el Independiente de Santa Fe. Pero ahora para el pueblo quemero es tiempo de esperanza y disfrute: el Globo está en un lugar muy alto en el plano internacional, el más alto en décadas. Está muy cerca de subir al podio.