La agencia represiva para perseguir migrantes en Estados Unidos, conocida por su brutalidad, somete a confinamiento solitario a aquellas personas enfermas de COVID-19.
Óscar Fernández @OscarFdz94
Lunes 26 de julio de 2021
Foto: AP/Lynne Sladky
El infame Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés), que durante la administración de Trump cobró relevancia por cazar migrantes incluso cuando ya poseían residencia legal desde hacía décadas para ponerlos en campos de concentración, además de separar familias y encarcelar menores de edad, ahora somete a confinamiento solitario a quienes se enfermen de COVID-19.
El confinamiento solitario suele ser ya sea una medida disciplinaria hacia los presos que incurran en conductas consideradas inapropiadas o una sentencia para aquellas personas encarceladas por graves ofensas —como lo puede ser un asesino serial, un violador recurrente, etc.—, pero en el centro de detención de Pine Prairie, Louisiana, ubicado a tres horas de la ciudad más cercana, esa medida se usa para aquellas personas diagnosticadas con el coronavirus.
Las personas detenidas tras sus muros se refieren a él como un "lugar sin retorno". Este y otros datos fueron revelados por el Centro de Derechos Humanos Robert F. Kennedy en su último informe.
Este campo de concentración es administrado por GEO Group, la segunda empresa carcelaria más grande de Estados Unidos. En Estados Unidos, las empresas carcelarias también contribuyen a la generación de mercancías, siendo los presos muchas veces ellos mismos mano de obra barata, de ahí la necesidad estructural de mantener las cárceles activas, a lo que se suma el racismo sistémico que hace que las poblaciones negras y latinas sean desproporcionadamente altas.
La manera en que lidian con los enfermos de COVID-19, donde no realizan pruebas a quienes estuvieron expuestos a la persona con síntomas, es un signo de que el capitalismo imperialista no considera a los migrantes como seres humanos, sino como inferiores que infestan su país con su presencia. La movilización de la comunidad inmigrante y latina, en alianza con la comunidad negra y del movimiento #BlackLivesMatter, así como los trabajadores del gigante del norte, incluyendo los blancos, son quienes pueden derribar esta situación indignante para dar paso a una sociedad verdaderamente igualitaria, donde todos los grupos étnicos y culturales puedan vivir sin estar segregados por su color de piel.
Óscar Fernández
Politólogo - Universidad Iberoamericana