A nivel nacional el gobierno de Piñera viene atacando a los trabajadores de la salud con cientos de despidos con la excusa del fin del presupuesto COVID dependiente del estado de catástrofe.

Karla Peralta Díaz Médica en Antofagasta, Pan y Rosas
Martes 28 de septiembre de 2021
Piñera anuncia el fin del estado de catástrofe, terminándose finalmente los toques de queda, sin embargo, con esta medida también se pone fin al presupuesto extraordinario para salud, con el que se financió la contratación de trabajadores a honorarios para suplir las mayores demandas durante la pandemia.
Ante esto, el gobierno de Piñera sigue adelante con su camino empresarial y se propone precarizar la salud pública despidiendo a cientos de trabajadores que fueron contratados ante la contingencia COVID, un ataque que se realiza a nivel nacional a la primera línea que enfrentó la pandemia exponiéndose a contagios y sobrecarga laboral. Dicha medida resultará en mayor agobio para el personal de salud quienes tendrán que realizar el trabajo con una menor cantidad de personal y además irá en desmedro de las y los usuarios del sistema público de salud, quienes se verán afectados con mayor congestión en la atención y mayores tiempos de espera que resultarán de manera evidente ante la reducción de personal.
Esta misma situación se está viviendo en el Hospital Regional de Antofagasta, donde en conversaciones entre el director y los gremios del hospital se anunció que habrían por lo menos 170 despidos entre los diferentes profesionales de la salud que fueron contratados en contingencia COVID. En ese sentido, en reuniones de jefaturas con el personal de salud se afirmó que en urgencia se despedirán 20 de 40 trabajadores que trabajan actualmente, es decir una reducción a la mitad del personal en uno de los sectores claves del hospital que se encarga de atender las situaciones más críticas de salud de la mayoría de la población y la más precarizada.
Además, en el hospital del norte, actualmente funcionan dos sectores de urgencia definidas como “urgencia respiratoria” y “urgencia no respiratoria” lo cual también se va a reducir a un solo sector reduciendo no solo el personal, sino también, la infraestructura disponible para la atención de pacientes.
También la unidad de pacientes críticos se verá afectada, disminuyendo la cantidad de camas que se habían incrementado durante la pandemia. Así mismo, se cerrará el anexo que funcionaba en el Hospital Clínico de la Universidad de Antofagasta (Hospital Antiguo) que ayudaba a descongestionar el Hospital Regional, hospitalizando a pacientes de baja complejidad.
Al respecto, Néstor Vera, médico del hospital regional y candidato a diputado por el distrito 3, señala que: “Si el gobierno plantea que no hay fondos para mantener a los trabajadores es fundamental impulsar urgentemente un impuesto a las grandes fortunas que financie la salud pública. Y también, en perspectiva mayor la nacionalización de los recursos naturales bajo gestión de los trabajadores para financiar cuestiones tan fundamentales como es hoy día la salud pública.”
Natalia Sánchez, médica de la urgencia y concejala por el Partido de Trabajadores Revolucionarios, toma como ejemplo la lucha que dieron las trabajadoras del sindicato Siglo XXI, que con lucha y organización lograron doblar la mano a la concesionaria Sacyr conquistando las demandas de su huelga, en ese sentido señala que: “Creo que la única manera de defender la salud pública y los puestos de trabajo de la primera línea es por medio de la organización en asambleas de honorarios que exija fin a los despidos, el paso a planta de todos los trabajadores de la salud, porque nadie sobra y así repartir las horas de trabajo disminuyendo la jornada laboral”
Sin duda, todo lo anterior demuestra que lo único que defiende el gobierno de Piñera es el negocio de los empresarios mientras sigue precarizando la salud pública, teniendo en cuenta que históricamente ha sido un sector con sobrecarga laboral, turnos agobiantes y colapso hospitalario, cosa que se vuelve más crítica dentro del panorama epidemiológico en el que los contagios han empezado a aumentar y se reportan cada vez más casos de COVID variante delta. Por eso, el ejemplo de lucha de las y los trabajadores del aseo, mantención, residuos y lavandería nos muestra que si es posible luchar por las demandas de las y los trabajadores de la primera línea.