INDH ha puesto la alarma en la brutal brecha salarial que tiene a cientos de mujeres pensionadas en la extrema pobreza.
Domingo 4 de febrero de 2018

El Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) ha puesto la alarma en las brutales cifras que exponen la brecha salarial, según el informe anual “los hombres ganan más que las mujeres con cualquier nivel de educación, en cualquier tipo de empleo y tanto en firmas grandes como pequeñas”.
Las mujeres jubiladas reciben una pensión de 100 mil pesos, mientras que los hombres cuentan con 157 mil pesos, lo que significaría una brecha del 37%, brecha que con los años ha aumentado. Esto según los datos entregados por la superintendencia de previsión social del 2016.
Las alarmas están puestas en la discriminación, argumentando que el 59% de las jubiladas tienen pensiones bajo la linea de pobreza. Mientras en el caso de los hombres esta afectaría solamente al 26%. Sin embargo cabe reflexionar si realmente es un problema únicamente de discriminación.
La discriminación, cabe más bien dentro de las violencias que sufre las mujeres cotidianamente, no es solamente en las pensiones, si no que comienza con la educación que recibimos, con la división de los trabajos basados en los roles de género. Situación semejante es lo que ocurre con la jubilación de cientos de mujeres, sumadas a las cifras que cuentan que el 70% de la población más pobre son mujeres y niños.
Fin al subcontrato y a la AFP
Los colchones económicos para la desigualdad en los aspectos sociales para las mujeres son en primer lugar los trabajos feminizados -siguiendo los roles de género que nos muestran a mujeres dedicadas al cuidado y a la atención - como en las áreas de servicios, enseñanza, salud, hotelería y restaurantes. Mientras que en segundo lugar el subcontrato, que significa muchas veces inestabilidad laboral, sueldos de hambre y la imposibilidad de poder organizarse en sindicatos, en donde justamente son las mujeres el 70% de los subcontratados.
Además a esto le debemos sumar las lagunas en las cotizaciones y previsiones debido a los periodos en los que las trabajadoras deben dedicarse por completo al trabajo domestico y al cuidado de los niños, ya que históricamente ha recaído sobre sus hombros. En este sentido la doble jornada laboral y la posibilidad de poder ser madres hace mucho más difícil la búsqueda de un empleo y la mantención a largo plazo de este. Por otro lado el sistema de AFP, que afecta tanto a hombres como mujeres, pero con más fuerza a estas últimas, juegan un papel importante en la situación de pobreza al estar regido por los años trabajados y por el sueldo recibido.
Desde el Partido de Trabajadores Revolucionarios exigimos el fin del subcontrato y el término del sistema de AFP, por eso proponemos un sistema tripartito de reparto solidario, gestionado por sus propios trabajadores y usuarios, que asegure un monto de jubilación no inferior al 80% del sueldo recibido y al monto de la canasta familiar. Pero no sólo eso, si no que creemos que exigir todos estos cambios no es suficiente para mejorar las vidas de las mujeres y hombres de la clase trabajadora: es necesario acabar con este sistema capitalista de raíz, siendo la lucha por nuestros derechos y la formación de una herramienta política propia, como un partido de los trabajadores que lleve nuestras demandas más sentidas adelante. Esta es una tarea fundamental.