Inicia la Cátedra Libre Karl Marx en la Facultad de Filosofía y Letras, esta vez en la segunda sesión de su XXI ciclo. El giro a derecha en el continente y el golpe institucional en Brasil, así como diversos elementos para un balance crítico de los gobiernos posneoliberales fueron el centro del debate.

Yara Villaseñor Socióloga y latinoamericanista - Integrante del MTS - @konvulsa
Miércoles 12 de octubre de 2016
Pablo Oprinari, columnista de La Izquierda Diario y parte del equipo de coordinación de la Cátedra Libre, expuso ante un salón lleno, un análisis del ascenso de distintos gobiernos de derecha en el continente y la crisis de los proyectos llamados “progresistas”, así como las perspectivas políticas para la izquierda socialista. En ese sentido, se planteó la crisis del proyecto neoliberal que imperó durante los años 90 en el continente, que a inicios de la década pasada enfrentó a los regímenes con crisis económicas y políticas en varios países.
En México y Centroamérica, como consecuencia principalmente de la relación de subordinación política y económica con el imperialismo estadounidense, los ritmos fueron sin duda distintos y se gozó de mayor estabilidad política. En el cono sur, la Guerra del Agua en Bolivia o las jornadas revolucionarias en Argentina (2001) fueron ejemplo de enormes procesos de movilización popular que significaron un ascenso en la lucha de clases sin el cual no se explica el periodo de gobiernos posneoliberales, que fueron una solución para evitar la apertura de situaciones claramente revolucionarias.
Uno de los aspectos en común es la composición popular de estos procesos, con el movimiento obrero diluido entre el protagonismo de sectores campesinos, indígenas, pobres urbanos y franjas de la clase media -por ejemplo en el caso argentino o boliviano.
Precisamente estos sectores movilizados constituyeron una base importante de los gobiernos “progresistas”, que ubicados como oposición durante el anterior período neoliberal, lograron llegar al gobierno por la vía electoral, sin procesos de ruptura con el sistema capitalista y sin quebrar las instituciones burguesas.
Más bien se configuraron como nuevas fuerzas políticas que dentro de los límites de las democracias burguesas, y apoyadas en el ciclo de crecimiento económico que generó el alza de precios de materias primas -de los que estos países son productores e intercambiaban principalmente con el mercado chino-, pudieron otorgar determinadas concesiones parciales en el nivel de vida del movimiento de masas, a la par que administraban los negocios capitalistas y se mantenía el carácter subordinado de estos países al imperialismo, aunque con mayor grado de maniobra.
Estos gobiernos posneoliberales, con el desarrollo de la crisis capitalista del 2008 y en particular desde la desaceleración de las economías emergentes -cuyo caso más significativo es China y las consecuencias de esto en las exportaciones del resto de los BRI(C)S- se vieron obligados a avanzar sobre las concesiones del periodo previo, aplicando distintos ajustes “diferidos” que comenzaron a minar las condiciones de vida (inflación, ajuste fiscal, recorte del gasto público).
La exposición se ocupó particularmente del caso de Brasil. Es así que, bajo el gobierno del PT, y apoyado fuertemente sobre los sindicatos y el movimiento obrero, se implementaron -antes y después del inicio del segundo mandato de Dilma- alrededor de 2 millones de despidos de trabajadores, una escalada inflacionaria y ataques represivos al movimiento popular, la juventud y los pobres urbanos -negros de las favelas-. Incluso durante pleno golpe institucional, el PT propuso un plan de recorte enorme al presupuesto que afectó principalmente a salud y educación.
Sobre esa situación es que operó el ascenso de la derecha golpista y el impeachment, que como en otros países donde volvieron al gobierno las fuerzas más derechistas (como en Argentina), responde a la necesidad por parte de la burguesía y el imperialismo de avanzar más frontalmente contra el movimiento de masas. Frente a este avance, la salida del PT y sus organizaciones sindicales fue convocar a preparar el voto petista en las próximas elecciones, una política totalmente impotente frente al ataque que significa la llegada de un gobierno abiertamente pro imperialista para los trabajadores y el movimiento de masas.
Ante el proceso de impeachment, la organización hermana del Movimiento de los Trabajadores Socialistas, el Movimiento Revolucionario de Trabajadores de Brasil, a través de la Esquerda Diario (portal brasileño de nuestra Red Internacional de Diarios Digitales), levantó una política para repudiar enérgicamente el golpe institucional, llamando a la movilización obrera y popular contra el mismo. Esto es, una política independiente del gobierno del PT, y que planteaba la necesidad de impulsar la lucha por una verdadera Asamblea Constituyente Libre y Soberana, a la par que sostenía una estrategia para luchar por un gobierno de los trabajadores y el pueblo pobre. Hoy Esquerda Diario tiene un promedio de 250 mil visitas mensuales y este mes superó su récord con más de 600 mil entradas.
Después de plantear la necesidad y oportunidad de formar organizaciones revolucionarias en los distintos países de nuestra región, ejemplificando la práctica política de las distintas organizaciones hermanas del MTS, la sesión terminó con una interesante ronda de participaciones.
Al final de la misma, los asistentes se tomaron una foto solidaria en repudio a la represión que el gobierno de Mancera descarga sobre trabajadoras de intendencia del IEMS que se organizan por mejores condiciones laborales y denuncian despidos injustificados. La próxima sesión se realizará en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, sala Fernando Benítez del edificio F a las 14 horas del próximo jueves 13 de octubre.