En junio el Indec estimó una baja de las importaciones con respecto al registrado el año anterior pero los empresarios alertan una suba de los productos finales importados. Análisis y repercusiones.

Mónica Arancibia @monidi12
Jueves 4 de agosto de 2016
El Gobierno de Macri, entre las múltiples medidas implementadas en la economía, modificó el régimen de administración de las importaciones. Eliminó las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI) implementadas por el kirchnerismo y lo reemplazó por un nuevo esquema que es el Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI).
Las DJAI fueron implementadas por el ex secretario de Comercio Interior para restringir la fuga de divisas a través de las importaciones. Este sistema fue denunciado ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por prácticas ilegales por parte la Unión Europea, Estados Unidos y Japón.
El SIMI es una plataforma informática donde se establece para el conjunto de las mercaderías importadas licencias automáticas y para los productos que deben ser analizados se dividieron en licencias no automáticas que se autorizan en un plazo más largo.
Evolución de las importaciones
La trayectoria de las importaciones, según datos del Indec, fue en descenso de 5.760 millones de dólares en junio de 2015 para terminar en diciembre de 2015 en 4.516 millones de dólares. En el primer mes del año siguen en descenso en 4.046 millones de dólares y en marzo pegan un salto a 4.719 millones de dólares. El último dato de junio de 2016 ubica a las importaciones en 5.135 millones de dólares.
El Indec publicó en su último informe de Intercambio Comercial que las importaciones en el primer semestre fueron 5,8 % inferiores a las registradas en los primeros seis meses de 2015, como consecuencia de una baja en los precios de 13,7 % y un incremento en las cantidades de 9,1 %. Sin embargo, no alcanza este dato para corroborar lo que alertan los empresarios.
La industria nacional es dependiente de los insumos importados, por este motivo hay que analizar además qué es lo que se importó si se tratan de bienes intermedios o bienes de capital o bienes de consumo.
Los bienes de capital durante el primer semestre del 2016 aumentaron 1,6 % con respecto al semestre del año anterior pasando de 5.620 millones de dólares en 2015 a 5.710 millones de dólares en 2016; los bienes intermedios durante el mismo período cayeron 11,9 % respecto al primer semestre del 2015 (8.985 millones de dólares en 2015 a 7.917 millones de dólares en 2016) y los bienes de consumo tuvieron un fuerte incremento del 10,2 % en el primer semestre de 2016 con respecto al mismo período del año anterior (de 3.125 millones de dólares a 3.445 millones de dólares).
El incremento de los bienes de consumo en el primer semestre de 2016 de 10,2 % con respecto a los primeros seis meses del 2015 se debe a una caída de los precios de 9,8 % con respecto a la misma fecha del año anterior y una suba del 22,2 % en las cantidades en el mismo período analizado.
En el primer semestre del año las importaciones que más aumentaron fueron las importaciones de vehículos automotores de pasajeros que subieron 36,7 %, principalmente vehículos para el transporte de personas provenientes desde Brasil; e incrementos del 10,2 % en las compras de bienes de consumo, primordialmente de China.
Reclamos empresariales
Varias cámaras empresariales denunciaron el ingreso de productos importados y alertaron sobre el peligro de la competencia con productos que tienen precios inferiores a los productos locales. Sin embargo, la entrada de productos no afecta a todos los sectores.
Según un informe de la Fundación Observatorio Pyme, los sectores más vulnerables a las importaciones son los que tienen indicadores de baja competitividad internacional. El estudio sostiene que el 42 % de las firmas textiles, de prendas de vestir, productos de cuero y calzado se muestran amenazados y el 17 % de las firmas de esa actividad perdió mercado en el último año.
La Fundación Pro Tejer, que analiza los sectores textiles y de indumentaria, estimó que en el período de enero a febrero de 2016 las importaciones de la cadena de valor textil y confecciones fueron de 220 millones de dólares, lo que representa un aumento del 6,1 % en dólares, comparando con las compras del período de Enero-Febrero de 2015. En el primer bimestre de 2016 se registra un importante incremento de los ingresos de prendas de vestir, con una suba del 39,3 % en dólares comparando con el mismo período del año 2015.
Para la Fundación, el comportamiento de las importaciones del mes de Febrero se debe a un importante stock de declaraciones juradas de importación (DJAI) aprobadas previo a la implementación del nuevo sistema de monitoreo de importaciones (SIMI).
Por su parte, la Confederación Argentina de Mediana Empresa (Came) publicó en junio un relevamiento a más de 300 industrias pequeñas y medianas del país, de las cuales el 79 % afirma que la apertura de las importaciones representa una amenaza para su empresa, mientras que el 49,5 % sostuvo que en el último trimestre se han visto perjudicados, perdiendo ventas en manos de los productos importados.
Sin embargo, un 17 % de las industrias sostiene que se están viendo favorecidas por la apertura de importaciones porque les permite obtener materia prima más barata, insumos que no se fabrican en el país, e importar equipos, partes y piezas necesarias para el proceso industrial.
La consultora Abeceb, en las importaciones de los productos más sensibles, no estima un ingreso más alto que el año pasado, a pesar del cambio en el sistema de comercio exterior.
Dante Sica, director de Abeceb, informó al Cronista que “el empresario que estuvo durante muchos años protegido, con un mercado casi cerrado, empieza a salir de una zona de confort", y agrega que hay que discutir el problema de competitividad del país, más allá del tipo de cambio.
Las importaciones y la baja del consumo
Si bien hay sectores industriales que por el ingreso de productos del exterior están siendo afectados, hay otro factor que se hace sentir en la industria que vende al mercado interno y es la caída del consumo.
El Indec publicó recientemente el Estimador Mensual Industrial y el retroceso de junio es del 6,4 % interanual. Para las fábricas nacionales es la quinta caída consecutiva del año producto de la recesión en Brasil y el parate del consumo interno.
Los datos de las importaciones muestran un aumento de los bienes de consumo importados, habrá que ver en los próximos meses si se verifica una mayor apertura.
Por lo pronto, especialistas del sector advierten que muchas posiciones arancelarias siguen con regímenes de licencias no automáticas. Es decir, que el gobierno aún no realizó una apertura indiscriminada de importaciones.
La semana pasada, Cambiemos oficializó el nuevo régimen “puerta a puerta” que permite hacer compras en el exterior y recibir los productos en el domicilio que ya generó críticas en el sector empresarial.
La consecuencia del freno de la industria son los despidos, entre diciembre y mayo hubo 107 mil puestos de trabajo menos. Hay empresas que con la excusa de las importaciones comenzaron a despedir o suspender.
Sigue vigente la dependencia
Con despidos, suspensiones y mayor ataque al salario, los industriales buscan compensar el atraso en la industria, que perduró durante la “década ganada” a pesar del discurso desarrollista del kirchnerismo, empeorando las condiciones de vida del pueblo trabajador. Los límites del empresariado que actúa localmente para competir en el mercado mundial remiten a las ataduras con las potencias imperialistas que el macrismo pretende profundizar.
El kirchnerismo si bien tuvo un discurso de desarrollo y protección de la industria nacional lo cierto es que dejó una industria altamente dependiente de las importaciones como la electrónica y la automotriz y una fuerte extranjerización de la economía.
El problema de fondo es que no hay “política industrial” que pueda transformar la estructura industrial dependiente del capitalismo argentino.
El macrismo desde su asunción ha rendido pleitesía al capital extranjero y sus guiños a los mandatarios de las grandes potencias muestran que está dispuesto a profundizar la penetración del capital trasnacional en la economía, pero también conoce el atraso de la industria nacional y aún no parece querer enfrentarse a ese sector industrial que fue “protegido” durante la década pasada.
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Mónica Arancibia
Nacida en Bs. As. en 1984. Es economista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas. Coedita la sección de Economía de La Izquierda Diario.