La lucha en el jardín botánico por un convenio colectivo duró 45 meses. La semana pasada se firmó un acuerdo. Los trabajadores recibirán igual salario para igual trabajo, o casi.
Miércoles 28 de septiembre de 2016
El miércoles pasado tuvo lugar la veinteava negociación entre el sindicato Ver.di y la empresa Jardín Botánico y Museo Botánico. Después de dos horas llegaron un acuerdo y los trabajadores festejaron la noticia.
Lo más importante es que todos los trabajadores, también los de la empresa subcontratista, serán pagados a partir de ahora según el convenio colectivo. El acuerdo prevé un aumento gradual: un aumento retroactivo para el 1 de enero de este año al 80 por ciento del nivel del convenio. En 2018 será un 90 por ciento y el 2019 finalmente se pagará el 100 por ciento.
En un poco más de dos años por fin se pagará “Igual salario por igual trabajo” como vienen exigiendo los trabajadores. “De golpe recibo más de 500 euros mensuales adicionales”, dice un trabajador a Klasse Gegen Klasse y corresponsales de Izquierda Diario.
Obviamente el acuerdo tiene varios problemas. Aunque los trabajadores de la empresa tercerizada están acoplados al convenio colectivo, no son parte del mismo. Esto significa que para ellos siguen vigente otras – peores – condiciones de trabajo. Finalmente, la Universidad Libre (FU) a la que pertenece el jardín botánico, aún puede anular el contrato si el senado de Berlín no les asigna los fondos necesarios. Si bien los socialdemócratas que seguirán en el gobierno de la ciudad han prometido que cumplirán, es fácil desconfiar.
La lucha por el fin de la subcontratación y el pase a planta permanente no termina, pero se ha conseguido una victoria importante.
Durante más de un año y medio los trabajadores lucharon por “igual salario por igual trabajo”. Esta lucha no solo incluyó tres paros de advertencia. En cada evento en el jardín los trabajadores estaban presentes con sus reclamos, intervinieron en las reuniones de la directiva universitaria, organizaron charlas junto con estudiantes y entraron en las clases para explicar su situación y la lucha. Estudiantes solidarios acompañaron a los trabajadores con acciones propias, se convirtió en un ejemplo de lucha.
Los trabajadores no confiaron en los políticos que les prometieron ‘ocuparse del asunto’ mientras les pedían que ‘mantengan la calma’ -es decir, que no lucharan-. Un miembro de la directiva universitaria dijo que esta lucha fue el conflicto laboral “más estresante” que había vivido.
La realidad es que la victoria se consiguió porque los trabajadores confiaron en sus propias fuerzas y aportan a todos los trabajadores y jóvenes de Berlín una conclusión: ¡es posible ganar!
Los trabajadores del jardín botánico son un ejemplo para las decenas de miles de trabajadores del sector público que trabajan por sueldos de hambre en empresas tercerizadas. Ellos mostraron que con una lucha dura y persistente se pueden conseguir las demandas obreras.
Traducción: Peter Robe
Wladek Flakin
Periodista freelance e historiador. Vive en Berlín y es redactor del portal Klasse gegen Klasse.
