Entrevista a Hugo Colombini director de Impresiones Obreras, estreno jueves 21 de marzo Cine Gaumont
Martes 19 de marzo de 2019 23:47
Este jueves 21 se estrena el documental Impresiones Obreras, de Hugo Colombini, en el Cine Gaumont a las 21:30h.
La Izquierda Diario dialogó con su director:
¿Cómo nace la idea de Impresiones obreras?
En una de las escenas, Susana Fiorito cuenta y recuerda cómo se destruyó la prensa obrera, cuando ella investigaba en la Biblioteca Nacional, allá por los años ’50 del siglo pasado. Como se la llevaron en fardos a la intemperie, y se hizo pasta de celulosa. Barbarie. Pero también reconocimiento y miedo a viejos papeles. Esto me parece que materializó lo que viene ahora. Tratar de rescatar, aunque sea una parte, una memoria y una cultura de clase maltratada; y acercarla a nuestra historia.
Viene a cuento una reflexión de Trotsky, que combina periodismo e historia, en los primeros años de la revolución de octubre: “Para comprender el momento en que vivimos, no solo de una manera periodística, sino real y profunda, es preciso conocer el pasado de la humanidad, su vida, su trabajo, sus luchas, sus esperanzas, sus derrotas y éxitos. La astronomía y la cosmogonía son excelentes. Pero ante todo es preciso conocer la historia humana y las leyes, los hechos y personalidades concretas de la vida contemporánea”.
A mi me parece que el cine (base del lenguaje audiovisual) ayuda mucho a rescatar historias; más el cine documental e independiente, que en la Argentina resiste y también está siendo maltratado.
¿Qué rescatás de la experiencia del rodaje en forma colectiva con los trabajadores y trabajadoras de Madygraf?
Fue fundamental contar con obreras y obreros dispuestos a la aventura de hacer cine; y capacitados y sensibles para tratar con hojas otoñales. Y no desde una “nostalgia tanguera” (algo muy nuestro, dirán algunos), sino desde una”. nostalgia con pertenencia de clase (algo muy nuestro también en las lucha por la memoria).
Porque “la nostalgia supone un versión positiva del pasado -como dice Ricardo Piglia, a través de Renzi-, (y) no todo son ruinas o tragedias y derrotas, la memoria atesora momentos espléndidos, en medio de la lucha y los conflictos hay acontecimientos dichosos que uno quisiera revivir. La nostalgia está en el orden de la épica”.
Y esto de Piglia nos toca de cerca. Es hora de rescatar con profundidad y con sus matices la memoria de la luchas obreras y populares en la Argentina. No solo la barbarie militar y burguesa, que la hay y mucha, sino porqué, cómo y para qué se luchaba. En tal sentido, me parece, que las obreras y obreros de Madygraf avanzan en la película poniéndolo en claro
En la película se encuentran múltiples lazos entre la historia obrera y el presente de los protagonistas. ¿Cómo se fue descubriendo esa relación?
Con anterioridad, lógicamente, las formas de registro y puestas en escena estaban laburadas en el papel, pero también era una búsqueda de azar; de crear (re)encuentros. Y esos lazos de clase son los responsables de algunos abrazos y otras emociones.
¿Qué esperás en esta etapa de difusión del documental?
Digo por la juventud, porque cargamos con un corte histórico, que hizo desaparecer cuadros, ideas y luchas. Y no solo en la historia más cercana de los ‘’60 y ’70. Hay una tradición de la clase obrera argentina, que arranca desde bisabuelos y abuelos, 70 años antes de la llegada del peronismo. Y esto también anda desaparecido.
Los obreros clasistas del SITRAC – SITRAM escriben por agosto de 1971, que “la clase obrera argentina es heredera de luchas que libra desde 1878 con la fundación de la Unión Tipográfica, hasta la Semana Trágica de 1919; del levantamiento de los peones de la Patagonia en 1921, y de las grandes huelgas de la construcción de 1936, en condiciones durísimas de persecución; movilizaciones impulsadas por sindicatos clasistas en plena Década Infame (…)”.
Ojalá la película se extienda y guste; ojalá abra encuentros y debates entre la juventud y el pueblo trabajador.
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