En las últimas semanas se ha demostrado aún más la impunidad de carabineros. Los asesinatos de Jorge Mora “Neco” y Ariel Moreno, ambos barristas de Colo Colo, fueron desestimados por la justicia, lo que trajo más rabia e impotencia entre quienes se movilizan día a día a derrotar a este gobierno y todo el legado de la dictadura de Pinochet.
Sebastián Avilés Profesor. Militante de Partido de Trabajadores Revolucionarios PTR y de la Agrupación de Trabajadores de la Educación "Nuestra Clase"
Jueves 6 de febrero de 2020
Esta semana se anunció el cierre de la 60° comisaría instalada al interior de la estación Baquedano del Metro de Santiago. Antes de la revuelta popular del 18 de octubre, que ya lleva más de tres meses, el rol que jugaba carabineros al interior del metro se limitaba a la persecución de vendedores y artistas ambulantes que buscaban ganarse la vida ante el creciente desempleo que inauguró el gobierno de Chile Vamos.
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La semana previa al 18 de octubre a su rol de perseguir a la pobreza, se le sumó la brutal represión a los cientos de secundarios que saltaron torniquetes en protesta ante las sistemáticas alzas del transporte público, golpeándolos e hiriéndolos con perdigones. Desde aquel día, y tras los constantes abusos y casos de corrupción, la figura de carabineros fue decayendo hasta llegar a un masivo y generalizado repudio entre la clase trabajadora y los sectores medios. Una institución que asesina, viola y tortura con la venia del gobierno de Sebastián Piñera y amparados por el poder judicial.
El subsecretario del Interior Juan Francisco Galli refiriéndose al cierre de la estación dijo: "esta estación es muy importante para la ciudad y por eso creemos que hay que respetar las decisiones como la de no mantener una comisaría". Este dicho, junto a la idea de “recuperar los espacios públicos”, muestra claramente la política de normalidad que quiere imponer la derecha ante la llegada inminente de marzo.
Si profundizamos solo un poco veremos la máscara de esta decisión, pues Baquedano durante el toque de queda y las semanas que prosiguieron tuvo innumerables denuncias que acusaban el uso de la estación de metro como un centro de tortura, con jóvenes amarrados y golpeados.
Esto no fue solo focalizado en Plaza Dignidad, sino en todas las regiones del país se develó el verdadero propósito de Carabineros de Chile. El violento actuar de Fuerzas Especiales en Antofagasta, Valparaíso, Temuco y Concepción, solo por nombrar algunas ciudades, muestra el uso excesivo de la fuerza que desencadenó en más de 300 mutilaciones oculares y miles de heridas por perdigones y balas.
No más impunidad
Por esto es más necesario que nunca terminar con la represión de este gobierno y levantar una gran campaña por terminar con la impunidad de los responsables políticos y materiales de las violaciones a los derechos humanos. Las organizaciones de Unidad Social deben convocar a movilizaciones para rechazar la represión.