El dirigente de la Uocra-La Plata fue detenido por extorsión y lavado de dinero, entre otras cosas. Los bienes incautados muestran una fortuna que poco tiene que ver con lo que gana un trabajador.
Diego Iung @IungDiego
Jueves 28 de septiembre de 2017 11:01

El martes por la noche finalmente se entregaba Juan Pablo “El Pata” Medina a la policía bonaerense, en la causa que encabeza el fiscal Álvaro Garganta, luego de horas de haber estado atrincherado en la sede de la Uocra de la ciudad de La Plata.
Además de Medina, fueron detenidas por la misma causa ocho personas más, entre ellas presuntos testaferros de Medina, su esposa María Fabiola García y uno de sus hijos, Agustín Facundo Medina.
Luego de su detención se realizaron más de 30 allanamientos por orden del juez federal de Quilmes, Luis Armella. El resultado fue la incautación de una verdadera fortuna en bienes: un avión, más de cien vehículos que incluyen un camión y autos de alta gama, un yate, un helicóptero, además de tres máquinas para contar dinero. De las cuentas de Medina también se incautaron 7 millones de pesos y trescientos mil dólares.
Según afirman hoy diversos medios, en la causa se estaría investigando el crecimiento desproporcionado del patrimonio de los presuntos testaferros de Medina: Juan Horacio Homs, Liliana Beatriz Frontan, dueños de Abril Catering. Según se sospecha, esta empresa se habría utilizado para encubrir actividades de intermediación financiera, compra y descuento de cheques.
El historial del “Pata” Medina muestra a las claras el prontuario de un verdadero representante de una burocracia que poco tiene que ver con la dura realidad de los trabajadores de la construcción. Ese sector está entre los que sufren los peores salarios y condiciones de trabajo mientras sus dirigentes -como Medina o el mismo Gerardo Martinez- viven como verdaderos millonarios.
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Pero también, la detención de Medina, como antes la intervención en distintos sindicatos, es una muestra más del intento del Gobierno de Cambiemos de aprovechar el descredito que tienen estos dirigentes mafiosos para intentar avanzar en su intervención de los sindicatos, buscando controlar cualquier asomo de bronca, mientras avanzan en “reducir costos” es decir, imponer mayor flexibilización laboral, como parte de la reforma laboral que vienen preparando para después de octubre.
No hay alternativa a estos dirigentes mafiosos si no es por la organización independiente de los propios trabajadores para pelear por sus organizaciones y por sus derechos. Cualquier intento de intervención del gobierno tiene que ser leída en esta perspectiva. Para pelear por esa organización y recuperar los sindicatos, para enfrentar la reforma laboral que vendrá después de las elecciones es que este último fin de semana se reunió en el hotel Bauen el Movimiento de Agrupaciones Clasistas impulsado entre otros por trabajadores de Pepsico, Madygraf, Zanón y donde también fueron parte cientos de trabajadores del PTS dentro del Frente de Izquierda encabezado por Nicolás del Caño y Myriam Bregman.