La madrugada del pasado jueves 31 de marzo, un incendio consumió el Mercado San Juan de Dios de Guadalajara, el mercado techado más grande de Latinoamérica.
Viernes 1ro de abril de 2022
El incendio se habría originado a las 2 de la madrugada en el nivel 2 y habría consumido más de 300 locales. Las llamas continuaron hasta las 7AM, cuando el cuerpo de bomberos de Guadalajara pudo extinguirlas.
Los daños ascienden a cerca del 15% del mercado. El presidente municipal de Guadalajara, Pablo Lemus, declaró que los locatarios afectados recibirán asistencia.
"No se aprecian daños estructurales [...] hay mercado San Juan de Dios, mercado Libertad para muchos años. Hay que decir que la rehabilitación del mercado será conforme al proyecto arquitectónico de Alejandro Zohn", afirmó.
El área afectada es en su mayoría el de la venta de alimentos, en el cual había puestos de comida, carnicerías, así como joyerías y puestos de venta de productos electrónicos.
La causa del incendio habría sido un diablito que hizo cortocircuito y generó las llamas. A pesar de ello, las autoridades afirman que el sistema contra incendios del mercado funcionó.
Los fuegos eléctricos, sin embargo, no se comportan como los incendios químicos o físicos, ya que no hay como tal un combustible que reaccione (como lo es la gasolina o la madera), sino que el material alrededor de los cables expuestos es lo que se quema. Por ello, ante un fuego eléctrico es importante cortar la energía eléctrica y apagar las llamas ya sea con una manta o un extintor (dependiendo de la gravedad).
Por otra parte, cabe preguntarse por qué los locatarios utilizaban diablitos para abastecerse de energía.
El mercado San Juan de Dios fue inaugurado por el gobernador Agustín Yáñez en 1958 y es a su vez un mercado propiedad del gobierno municipal. En realidad, este tipo de mercados dependen directamente de los gobiernos locales y son asignados el presupuesto.
Si los locatarios usaban diablitos para jalar la electricidad, significa que el mercado no cuenta con la capacidad suficiente para los cientos de negocios que operan en su interior. No es un dato menor si consideramos que, por otro lado, el presupuesto de seguridad, según datos del gobierno de Jalisco, es de 10,066 millones de pesos, mientras que el presupuesto asignado para la infraestructura (donde entraría el mercado), según datos del gobierno de Guadalajara recogidos por El Financiero, sería de 1,821 millones de pesos, un aumento que pomposamente celebraron del 46%, pero que claramente el incendio demuestra que es insuficiente.
El gobierno tapatío es encabezado por Pablo Lemus, quien es empresario y expresidente de la COPARMEX de Jalisco, mientras que el estado es gobernado por el expriista Enrique Alfaro, ambos abanderados por Movimiento Ciudadano, que ha intentado infructuosamente presentarse como tercera fuerza y de "izquierda" para enfrentar al Morena y la 4T de López Obrador.
Es claro con esto que sus prioridades no están en garantizar políticas que vayan en beneficio de la población trabajadora y los sectores populares de Guadalajara, sino que su accionar va encaminado a garantizar los intereses de los empresarios del occidente del país. Ante esta situación, es necesario un plan de reconstrucción bajo control de los locatarios y clientes y aumentar los presupuestos de infraestructura, salud, etc., eliminando el sector de seguridad que se usa para armar a la misma policía que ha desaparecido jóvenes y estudiantes en el pasado.
Solamente la organización de los locatarios, trabajadores y consumidores del mercado podrá definir con claridad los problemas a resolver y las salidas para enfrentarlos, así como el orden de las prioridades, a diferencia de medidas dictadas por los intereses empresariales y de los partidos que los representan. Urge un aumento de presupuesto a infraestructura, no solo para mercados, sino para las escuelas que no se dan abasto, no cuentan con agua potable e insumos, o para hospitales que, como se demostró en la pandemia, no cuentan con capacidad ni recursos para atender dignamente a la población pobre y trabajadora.