Antofagasta, es una de las regiones con mayor déficit habitacional del país, que ha vivido un aumento de campamentos durante los últimos años, generando una situación de vida de precariedad, con problemas de hacinamiento donde se produce un incendio y de inmediato quedan damnificadas más de una familia.
Domingo 16 de julio de 2023

Hace cuatro días ocurrió un incendio en el campamento “El Milagro”, dejando a 16 personas damnificadas, pero este siniestro no es un caso aislado, han ocurrido incendios previamente en algunos casos con más personas damnificadas, alcanzando hasta las 100 personas que quedan sin un techo, incluyendo adultos mayores y niñeces.
Es que nadie elige vivir en campamentos con alto riesgo de accidentes, aislamiento y poca movilidad y en muchos casos sin acceso a agua potable y servicios mínimos, vivir en toma de terreno o campamentos es una decisión obligada a los altos precios de la vivienda en la región, lo cual se produce tanto por los negocios de las grandes empresas inmobiliarias que tienen las viviendas al servicio de la especulación, así como por el alto precio del suelo, para explicar esto último no se puede separar de que estamos en un enclave minero, esto tiene que ver con el dominio capitalista del suelo y la conformación de un mercado de la vivienda que incluye a los bancos, que son los que otorgan los créditos hipotecarios a tasas cada vez más impredecibles, lucrando con una necesidad tan vital como lo es una vivienda.
Y no es que no haya terrenos donde construir, la región de Antofagasta es una de las tres con mayor cantidad de terreno fiscal disponible a nivel nacional (80% aproximadamente), sin embargo, es una de las que más ha aumentado su déficit habitacional durante la última década. Actualmente existe un Plan de emergencia habitacional y otras intenciones de parte del gobierno con el grupo empresarial de la Cámara Chilena de la Construcción, para enmendar el problema de la vivienda, pretendiendo construir 17.400 viviendas nuevas en la región para disminuir el déficit habitacional para el periodo 2023-2025. Mientras que el déficit supera las 25 mil viviendas y quizás más que no está censado ni cifrado.
Pero las políticas públicas y de gobierno están orientadas a una alianza público-privada que solo beneficia a unos pocos dueños de fundaciones, empresas, etc. Como es el ejemplo del escándalo de Fundación Democracia Viva, de Daniel Andrade, pareja de Catalina Pérez, ambos en su momento de RD y Frente Amplio, que con su política de mejorar el Estado capitalista, avalan el financiamiento a privados que lucran con derechos esenciales, en este caso la vivienda. Y que en muchos casos se transforman en promesas incumplidas de proyectos que no se llevan a cabo o se realizan con materiales de bajo costo.
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Los dueños de muchas viviendas son grupos como Penta, Santander o BBVA, aquellos que hacen negocios redondos con los créditos y encima les venden las casas y departamentos a los más pobres y las familias trabajadoras que terminan la vida entera pagando, mientras estos grandes grupos económicos se enriquecen, además tienen viviendas sin habitar, contradictoriamente todavía hay gente viviendo en rucos en la calle o en campamentos. Todas esas viviendas al servicio de la especulación de estos grupos y sectores altos de la sociedad deben ser expropiadas y utilizadas para resolver el déficit habitacional.
Es necesario elaborar un plan de emergencia habitacional que abarque las 650 mil viviendas faltantes, con financiamiento en base a impuestos extraordinarios a las empresas inmobiliarias para responder al déficit habitacional. Pero en el marco de un plan de obras públicas, financiado por la nacionalización de los recursos naturales y que sea a través de comités de las comunidades de trabajadores, pobladores y profesionales que se decida estos planes para responder de manera realista a las necesidades.

Nancy Lanzarini
Profesora de Lenguaje y Comunicación.