La noticia sobre este posible fallo ha generado un quiebre interno en la Conferencia Episcopal Chilena. Mientras un grupo de sacerdotes se ha mostrado abierto al pago, hay otros (entre ellos Ezzati) que desean evitar el pagar millonarias sumas de dinero como compensación por las atrocidades cometidas por su iglesia.
Viernes 26 de octubre de 2018
El domingo 21 de Octubre una noticia remeció a la Iglesia Católica, y es que el diario La Tercera daba cuenta de la condena al Arzobispado de Santiago y pago de una indemnización por más de 450 millones de pesos a las víctimas del caso Karadima. El día siguiente, el presidente de la Novena Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, Miguel Vásquez, salió a desmentir la información afirmando que aún no se ha decidido un veredicto.
A pesar de esto, el debate ya se había instalado en la opinión local e internacional, así como también en la misma Conferencia Episcopal Chilena, en donde el posible pago a los abusados por Karadima, ha fraccionado a los sacerdotes. Por parte del Arzobispo Ezzati y de su círculo más cercano, se han mostrado más reacios a la hora de hablar de una indemnización, queriendo evitar que se desembolse la suma.
Pero, a pesar de la opinión del obispo más relevante de la Iglesia Chilena, hay un grupo de sacerdotes quienes creen que la indemnización es un paso necesario para el “perdón y reconocimiento de las atrocidades cometidas por sacerdotes”. La propuesta de indemnizar a las víctimas sería, además, un pedido directo desde el Vaticano, propuesto a través de uno de los enviados de Bergoglio a Chile, Charles Scicluna.
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Durante el día miércoles 24, la Corte de Apelaciones ha llamado a conciliación entre el Arzobispado Santiaguino y Hamilton, Murillo y Cruz, pero estos últimos han rechazado de plano el asistir a la conciliación, presentando un recurso de reposición que deje sin efecto el llamado de la Corte. Las víctimas de Karadima, a través de su abogado argumentan que la conciliación traería consigo un retraso innecesario del pronunciamiento de la causa, debido a que la Iglesia, a pesar de reconocer las atrocidades de Karadima, ha negado que exista encubrimiento de los casos de abusos sexuales.
Pero también, desde la Justicia, los abusados por sacerdotes han tenido más de algún revés, como la querella del cura Hasbún en contra del ex acólito Javier Molina, uno de los denunciantes de los abusos sexuales cometidos por Jorge Laplagne. Molina en el programa El Informante, contó como fue el interrogatorio con el sacerdote, conocido por sus mensajes en televisión y su fanatismo por la dictadura cívico militar de Pinochet.
Con miras a un posible fallo que podría ser histórico, a la vez que se reconocería la responsabilidad civil de la Iglesia Católica Chilena en los casos de abuso sexual y encubrimiento, queda la interrogante sobre la posición que presentan los altos mandos de esta (como Ezzati, también acusado de encubrimiento, y compañía) a la hora de ver afectadas sus arcas millonarias.
La crisis abierta de la institución, con una desaprobación del 80%, con casos de encubrimiento y abusos, demuestra la doble moral de la Iglesia Católica, no debe ni imponerse por sobre los derechos que las mujeres y la diversidad sexual vienen exigiedo, como lo han sido la lucha por una la Ley de Identidad de Género o el Aborto Legal, Seguro y Gratuito.