El jefe de la barra brava del club –detenido desde el 30 de noviembre- busca encuadrarse bajo la figura de arrepentido y por eso incriminó al ahora vicepresidente del club en los negocios de la barra.
Viernes 29 de diciembre de 2017 12:25
En el marco de la causa por la que se allanó en el día de ayer a la sede social de Independiente, en avenida Mitre 470 de Avellaneda, por orden del juez de Garantías de Lomas de Zamora Gabriel Vitale, que investiga presunto lavado de activos, Pablo “Bebote” Álvarez (jefe de la barra brava de Independiente) ofreció declaración: señaló a Pablo Moyano, recientemente elegido como vicepresidente de su padre Hugo, como uno de los dirigentes que coordinaría con la barrabrava una serie de negocios. Según fuentes que siguen la causa, el barra dio detalles sobre cómo lograban conseguir entradas de protocolo con la anuencia del líder de Camioneros.
El juez Vitale estaría detrás de la hipótesis por la que se sospecha que los barras contaban con el apoyo de un sistema de adulteración de entradas para entrar a la cancha y de pago de cuotas sociales, maniobras con las que se habíra tejido una red de financiación de la barra brava. Por este motivo también fue allanada en el día de ayer la empresa de sistemas Integradoras SA, que provee de logística informática al club.
De acuerdo a las presunciones del juez, este sistema le permitía a la barra imprimir entradas truchas o que no pasaban por la contabilidad oficial del club para recaudar, todo con la connivencia de sectores de la dirigencia.
Aunque “Bebote” Álvarez no está detenido por esta causa que tramita el juzgado de Lomas de Zamora (está detenido por la denuncia de extorsión al DT Ariel Holan) el barra estaría negociando acogerse a la figura de “arrepentido”, con lo que lograría un cambio favorable de calificación de la causa.
Detrás de las denuncias está Juan Manuel Lugones, titular de la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (APreVide, organismo de seguridad de la provincia de Buenos Aires); en las redes sociales estallaron las suspicacias porque todos los cañones apuntan a la barra de Independiente pero no hay ninguna denuncia contra otras barras poderosas como las de Boca (ligada al operador judicial macrista Daniel Angelici) o River. En una situación política en la que el Gobierno busca avanzar con una contrarreforma laboral para lo que utiliza la herramienta judicial contra sectores de la burocracia sindical, muchos usuarios huelen esa utilización política detrás de la judicialización de las actividades de la barra y la dirigencia roja, ligadas desde hace años como en todos los clubes poderosos del fútbol argentino.
