En los últimos 40 años los distintos Gobiernos y partidos del Régimen han utilizado permanentemente la herramienta del indulto, como una manera de garantizar la impunidad de grandes empresarios así como de los que han prestado los servicios más oscuros como los Gal, los golpistas y la extrema derecha. La consecución de una amnistía total tanto para los encausados en Catalunya como la de las luchadoras y luchadores obreros y sociales solo puede arrancarse por tanto mediante una amplia movilización
Viernes 15 de septiembre de 2023
En estas últimas semanas el debate político ha girado alrededor de una posible Ley de Amnistía. La derecha incluso ha llamado a una movilización el próximo domingo 24 para organizar “una rebelión ciudadana” como ha expresado Aznar en sus últimas declaraciones. Más allá de la retorica españolista y reaccionaria del expresidente se trata sin duda de una cuestión que ha generado incomodidad en el conjunto de grandes partidos del Régimen, incluido el del espacio del gobierno “progresista” con declaraciones en contra de personajes como Felipe González.
Sin embargo, esta incomodidad no es producto de que esta propuesta sea una novedad dentro de la vida política del Estado español, sino más bien que esta vez la amnistía se debate para aquellos que se atrevieron a cuestionar el carácter antidemocrático del Régimen. De hecho, el propio Régimen del 78 se funda sobre la impunidad y el perdón de los más descarnados torturadores y dirigentes políticos del franquismo. En los últimos 40 años todos los gobiernos indultaron o hicieron la vista gorda con los amigos políticos, económicos o policiales y militares del Régimen. Veamos cuales han sido los casos más escandalosos.
Felipe González
Durante los gobiernos de Felipe González se decretaron 5944 indultos. Entre los más llamativos están el concedido a Alfonso Armada, uno de los líderes del 23 F. Este militar era una de las figuras más cercanas al Rey Juan Carlos y quien se postulaba a liderar un gobierno de concentración nacional tras el golpe. La duda sobre estos hechos y la involucración real de la Corona encarna en este personaje una de las claves ocultas bajo siete llaves en los documentos que se niegan a desclasificar los servicios de inteligencia.
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Pero no fue el único, también personajes grotescos del mundo empresarial y de la política como Jesús Gil se vieron beneficiados por la “generosidad” del Gobierno de González. Al ex presidente de Marbella y el Atlético de Madrid se le perdonó una condena por estafa.
También otros empresarios amigos de PSOE y políticos fueron indultados por delitos económicos como malversación, cohecho y corrupción.
Aznar
Aznar, quien ahora se ubica como uno de los políticos más escandalizados con el debate de la amnistía, ha sido el presidente que más indultos ha concedido. En concreto durante sus 8 años de gobierno perdono a 5948 condenados. Una parte importante también fueron para políticos y empresarios que habían cometido delitos económicos. En el marco de una fuerte ofensiva neoliberal el gobierno de Aznar perfeccionó el modelo de impunidad al servicio de los grandes capitalistas, incluso de aquellos que se saltasen la propia legalidad burguesa.
Pero los indultos más escandalosos de esta etapa fueron los concedidos a los miembros y organizadores de los GAL (Grupos Antiterrorista de Liberación). Estos se trataban de grupos paramilitares que desataron una ola de asesinatos y terrorismo de Estado indiscriminado durante los 80 y principios de los 90 contra el movimiento independentista de Euskadi.
En una política de Estado el Gobierno perdonó a los principales líderes de los GAL, entre los que destacan Jose Barrionuevo, exministro del Interior con Felipe Gonzalez y el exsecretario de Estado Rafael Vera. A esto hay que sumarle que a pesar de las enormes evidencias nunca se juzgó la implicación del propio Felipe González, que salió totalmente impune de esta ola de violencia desatada por el Régimen.
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Zapatero
Durante la etapa de Zapatero se continuo con la misma dinámica que con Aznar y se siguió construyendo un clima de impunidad para grandes banqueros y empresarios. Banqueros como Alfredo Sáenz del Banco Santander se vieron beneficiados por el gobierno del PSOE además de otros empresarios de la construcción y de las eléctricas.
En total se concedieron 3381 indultos entre 2004 y 2011, manteniendo de esta manera cifras parecidas a los dos presidentes anteriores y siendo el segundo que más perdonó a condenados por corrupción.
Rajoy
El gobierno de Rajoy estuvo marcado por un enorme proceso de movilización desatado tras el 15M. Aun así, se siguieron concediendo indultos tan escandalosos como a los militares condenados por el caso Yak 42. Esto se trataba de un accidente aéreo en el contexto de las guerras de Irak y Afganistán, en las que 62 soldados españoles perdieron la vida. Se juzgó a varios militares por el encubrimiento de estos hechos y por falsear la identidad de los fallecidos. Nunca se juzgaron a sus responsables políticos directos entre ellos al Ministro de Defensa de ese momento Federico Trillo.
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De esta manera los distintos Gobiernos no han tenido ningún miramiento a la hora de indultar tanto a grandes empresarios y banqueros como a quienes han prestado sus oscuros servicios al mantenimiento del orden del Régimen. Por eso la doble moral con la que se plantea este debate solo puede resultarnos indignante para quienes luchamos por la amnistía total para las y los miles de encausados en Catalunya por el simple hecho de luchar por el derecho a decidir, así como también para el resto de luchadores obreros y sociales como los innumerables represaliados sindicales o los activistas ecologistas como Futuro Vegetal y Extinction Rebelion a los que tratan de imputar delitos de terrorismo solo por enfrentar la demencial espiral contaminante que está destruyendo el planeta.
Es por eso fundamental que la clase trabajadora en todo el Estado español se ponga a la cabeza de esta demanda, para de esta manera derrotar a la ola reaccionaria que prepara la derecha y extrema derecha. Tanto el PSOE que es uno de los pilares del Régimen, como la izquierda neorreformista con sus distintas expresiones no solo proponen medidas absolutamente limitadas sino que frenan a cualquier respuesta contundente frente a una derecha españolista a la ofensiva. La izquierda sindical, los movimientos sociales y la izquierda anticapitalista tienen que organizar movilizaciones para ir aglutinando a los sectores combativos por esta cuestión, a la vez que se exigen a los grandes sindicatos, CCOO y UGT que rompan con su pasividad y encabecen esta lucha.
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