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Red Internacional
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Medio Ambiente. Infame devastación ambiental de trasnacional Audi en Puebla

Audi es una trasnacional alemana de producción de autos de lujo. Es parte del complejo de Volkswagen, que genera 5,310 millones euros de ganancias al año. Tiene plantas ubicadas en China, India, Hungría y opera en México desde 2017.

Lunes 9 de septiembre de 2019

Devastación ambiental

Audi necesita mil quinientos metros cúbicos de agua por día para operar. Produce 170 mil unidades por año. La planta de Volkwagen que funciona desde los años noventa destruyó los mantos acuíferos de la zona y despojó tierras comunales de Ocotlán.

La Comisión Nacional del Agua declaró, de modo oficial, que con la instalación de Audi el pueblo de Chiapa se quedaría sin agua y que los manantiales de Ojo de Agua serán aniquilados con la Audi. Sin embargo, la trasnacional y el gobierno del Morena al mando de Luis Miguel Barbosa siguen tercos en que Audi representa un beneficio para Puebla.

Esto explica la brutalidad de la represión del gobierno de Moreno Valle, en 2017, y que el gobierno de Morena no detiene en contra de los defensores indígenas de Huaxcaleca en la Sierra Madre Oriental, que han protestado desde hace años en rechazo de la destrucción de los mantos acuíferos. Son 36 dirigentes indígenas acusados de delitos graves.

La instalación de la industria automotriz en zonas rurales del estado de Puebla, como es el caso de Audi y Volkswagen, ha generado escasez de agua en comunidades del entorno a las armadoras y acabó con las ciénegas de San Francisco Ocotlán, mientras la Laguna de Santa Cruz en el municipio de Nopalucan reporta el nivel más bajo en su historia.

En el sitio de la planta alemana, Volkswagen ha producido en México más de 8 millones de automóviles, lo cual se traduce en el consumo de billones de litros de agua Actualmente, en Puebla existen 14 parques industriales, productores de componentes claves para los autos (cristales, productos electro–informáticos, radios, GPS, aceleradores, elevadores de ventanas, etcétera).

Cambiemos el sistema no el clima

Los trabajadores de la trasnacional del automóvil, junto a los pueblos indígenas de la zona y las comunidades afectadas deben tomar como ejemplo el caso del astillero Harland and Wolff, donde fue construido el Titanic y que fue declarado en bancarrota.

Dejó en la cuerda floja a más de un centenar de trabajadores, quienes se declararon en huelga, tomaron las instalaciones y exigen la nacionalización del mismo y que se implemente el uso de energías limpias.

Los trabajadores, los pueblos indígenas y las comunidades debemos pensar cómo reconvertimos la industria automotriz de un modo ecológico para salvar el planeta y no provocar cambios en el clima. Esto nos lleva a cuestionar el sistema de dominación capitalista: es este sistema el que destruye el medio ambiente en el que vivimos llevando a la humanidad al borde de la catástrofe.