En la primera asamblea de la toma se dió un debate respecto a tomar o no el problema del financiamiento de la educación. En este articulo buscamos desarrollar la posición de la Agrupación Anticapitalista VENCER ante este debate, donde vemos que la educación se encuentra en una crisis nacional y que la única forma de sacar a las universidades del hoyo financiero en que se encuentran va a ser con una inyección de recursos por parte del Estado.
Martes 4 de junio
Este lunes, estudiantes del campus Juan Gomez Millas hicieron una ocupación del espacio, decisión que fue tomada el día jueves en una asamblea general realizada en la Facultad de Artes (Encinas), la que ya se encontraba tomada desde antes, al igual que las otras dos sedes de artes (Artes centro y Detuch), por los graves problemas de infraestructura y precariedad tanto para estudiantes como trabajadores.
Durante la tarde de ayer, los Centros de Estudiantes hicieron una propuesta de petitorio para la discusión en una asamblea general que fue muy numerosa, a la que llegaron aproximadamente 600 personas con participación de estudiantes de las distintas facultades que componen el campus.
Los Centros de estudiantes plantearon la discusión primero desde “los pisos mínimos para bajar la toma”, lo que fue criticado por un sector de estudiantes ya que lo primero es discutir el petitorio de conjunto, para cuando comiencen las negociaciones discutir acerca de los pisos mínimos para deponer la toma al calor de los avances de la movilización. Sin embargo, dentro de los pisos mínimos se aprobó la moción de que la toma solamente se va a bajar si es que el campus Juan Gomez Millas se declara un espacio libre de apartheid, es decir, se rompen todos los convenios con instituciones israelíes que tienen las facultades pertenecientes al campus, y además se asegura que no vuelvan a haber este tipo de relaciones en el futuro.
Más allá de las discusiones organizativas de la misma movilización o del análisis de los distintos puntos del petitorio en particular, en este artículo nos centraremos en una discusión específica que se dio en la asamblea, en donde desarrollaremos la posición de quiénes militamos en la Agrupación Anticapitalista Vencer.
Hubo un sector de estudiantes en la asamblea que planteamos que el gran problema al que nos enfrentamos en esta movilización es el del financiamiento, ya que la universidad se encuentra en una gran crisis económica y que para solucionar los problemas claves en términos de infraestructura, alimentación, etc., se debe luchar porque haya una inyección de recursos por parte del Estado. El debate se dió ya que hubo palabras que plantearon que tenemos que luchar por “las demandas inmediatas” ya que no debemos “abarcar tanto”, porque de esta forma provocaremos que se caiga la movilización. El objetivo de este artículo no es en ningún caso desmerecer las opiniones de estudiantes de base con dicha sensibilidad y argumentos, sino profundizar en la discusión.
El problema: La educación de mercado y el autoritarismo universitario
En otro artículo ya hemos dicho que la lucha por mejores condiciones educativas y la ruptura con instituciones israelíes tienen un enemigo común, la educación de mercado y el autoritarismo universitario.
La movilización de las facultades de artes y el acampe en Casa Central, que se mantienen a la par que se hizo la toma del campus Juan Gomez Millas, sirvió indudablemente para remecer y dinamizar a las y los estudiantes de la Universidad de Chile, quiénes además de pelear por la ruptura de los convenios, han discutido en distintas asambleas el problema de la precarización en la universidad y ya se comienza a cuestionar de forma más decidida el problema del financiamiento y el autoritarismo en la universidad.
Los graves problemas de infraestructura y alimentación que hay en la universidad se presentan en el marco de una crisis general de la educación pública en Chile. Crisis que no ha sido resuelta por el gobierno de Gabriel Boric, donde todas las universidades y liceos públicos están con graves problemas que dificultan la posibilidad de estudiar en buenas condiciones y que afectan gravemente a las y los trabajadores. Existen tristes casos emblemáticos como el de Margarita Ancacoy, ahora el de la funcionaria de artes, Yolanda Galaz, quién sufrió un grave accidente (amputación de su dedo pulgar) o el de la profesora Katherine Yoma en Antofagasta que se suicidó hace un par de meses debido al agobio y acoso laboral en su colegio.
Es por eso que la realidad es que los distintos establecimientos por sí mismos no pueden resolver de raíz los problemas de infraestructura, alimentación, bienestar, etc., ya que el problema de la educación es estructural. Por esta razón es que lo que es necesario radicalizar, más allá del “método”, es el programa, y ahí es donde el petitorio de JGM, hasta el momento, se queda corto. Al contrario del argumento de que si “tomamos muchas demandas” la movilización caerá, el movimiento estudiantil, cuando ha sido más fuerte, más articulado y organizado, ha sido cuando se ha planteado un horizonte claro, como fue el 2011, por ejemplo, en la lucha nacional por educación gratuita de calidad para todos y todas.
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En ese mismo sentido, se vuelve necesario retomar la demanda de educación gratuita, que sea de calidad, democrática y no sexista, ya que la única forma de sacar del hoyo financiero a las universidades públicas y liceos en crisis es con una gran inyección de recursos que provengan 100% del Estado mediante aportes basales directos, financiada por la nacionalización de los recursos naturales e impuestos a las grandes fortunas. Además se deben condonar las deudas que tengan las instituciones públicas con los bancos, sin pagarles ni un peso porque todos los bancos en Chile se han enriquecido durante décadas de sacarle dinero a las familias de estudiantes y a la propia educación pública. ¡Condonación del CAE ahora!
Mientras tanto, las juventudes de gobierno, que dirigen importantes federaciones a nivel nacional como la Feusach o la Fech saliente, se niegan a retomar esta perspectiva e impulsan la demanda de “Nuevo Sistema de Financiamiento”, que es una consigna abstracta y que se traducirá solamente en el mejoramiento de las becas, es decir, una política neoliberal y completamente servil a los intereses del gobierno de Boric (según su última cuenta pública el 1 de junio) y, por lo tanto, a los empresarios de la educación.
El problema de financiamiento es resultado del mercado en las facultades, el que también se expresa en el hecho de que nuestra universidad mantenga relaciones con instituciones israelíes, financiando un genocidio por orden del imperialismo, es decir, del capital más concentrado del mundo. La universidad, al mantener estos convenios, no solamente es cómplice del genocidio en Palestima, sino que servil a los intereses del capitalismo más aberrante. Acá se les cae la máscara “democrática y plural” de las autoridades universitarias, y se deja claro que solamente son viles administradores de la educación de mercado.
En ese mismo sentido, uno de los grandes cuestionamientos de las movilizaciones estudiantiles actuales, es al autoritarismo universitario, que se manifiesta por un lado en la negativa intransigente de Rosa Devés, su jefe de gabinete Simón Boric y todo el séquito de autoridades que reciben sueldos millonarios, que se niegan a romper los convenios. También en la actitud que han tenido las autoridades de facultades como la de Ciencias y la de Comunicaciones, que han buscado tomar decisiones unilaterales y han avisado a las y los estudiantes que el semestre no se detiene y se mantiene el calendario académico, haciendo amenazas de poner notas mínimas a estudiantes que respeten la decisión de paro, entre otras represalias.
Por esto es que además de retomar la pelea por educación gratuita como solución a la crisis económica de la universidad, desde la Agrupación Anticapitalista Vencer creemos que debemos incluir en nuestro petitorio la lucha por un co-gobierno triestamental, es decir, que se acaben las autoridades que son como reyes dentro de la universidad, y que sean las y los estudiantes, trabajadores y académicos quienes tomen las decisiones, con delegados revocables y mandatados por las asambleas de carrera y facultad. De esta forma se podrían resolver un montón de demandas que hay en el petitorio y de las que las autoridades no se hacen cargo.
Pero claramente el problema del financiamiento y el autoritarismo no se va a resolver por medio de un petitorio que se quede encerrado en el Campus JGM. Sino que es necesario que se nacionalice la lucha. En ese sentido, la demanda de universidades libres de apartheid es una gran puerta para organizar a las y los estudiantes, y seguir abriendo, a través de la lucha por la ruptura de los convenios, el cuestionamiento al autoritarismo reinante en los lugares de estudio y a la educación de mercado.
Es por esta razón que la Confech, que aglutina a importantes Federaciones de Chile, con un gran peso del Partido Comunista y el Frente Amplio en la dirección de estos organismos, debe abandonar su pasividad servil a su gobierno y convocar a asambleas en todas las universidades para discutir acerca de qué hacer como estudiantes ante el genocidio en Palestina, que se discuta de manera triestamental si es que los distintos espacios tienen relaciones con instituciones israelíes y cómo pelear por su ruptura. Además, discutir los problemas internos de cada espacio con el objetivo de problematizar el sistema actual de educación heredado de la dictadura y consolidado por la ex Concertación y su continuidad con el gobierno del PC y el FA. Es necesario que estas asambleas sean de preparación para la convocatoria de un gran Paro Nacional educativo por universidades libres de apartheid.
¡A romper relaciones con ISRAEL! ¡Por universidades libres de apartheid!
¡Educación gratuita, de calidad, democrática y no sexista! ¡Cogobierno triestamental!
Benjamín Vidal
Periodista - Universidad de Chile