La semana pasada trabajadoras y trabajadores de la industria del calzado de Eldorado nucleados en el gremio UTICRA (Unión Trabajadores de la Industria del Calzado de la República Argentina) se movilizaron ante lo que sería el cierre definitivo de la fábrica.
Lunes 24 de agosto de 2020 21:57
Los delegados Darío Vera y Gustavo Melgarejo confirmaron a distintos portales de noticias de Misiones confirmaron el cierre de la fábrica de calzado Dass ElDorado, manifestaron que “se respira un clima de incertidumbre respecto al futuro laboral de los trabajadores” y no tuvieron reparo al declarar que junto a la comisión directiva nacional del gremio “habrían asumido el compromiso de garantizar la paz social, hasta el último día de ser necesario, dentro del establecimiento a efectos de que la empresa se comprometiera a pagar la doble indemnización” frente a lo que sería el cierre definitivo de la planta que podría concretarse entre los meses de octubre y noviembre, a lo cual la empresa multinacional de capitales brasileños accedió. De esta manera se sellaría el despido de trescientos diez trabajadores y El Dorado perdería el principal recurso económico de la ciudad.
Dass produce reconocidas marcas de calzado a nivel internacional: FILA, UMBRO, TRYON, CONVERSE Y NIKE. En su mayoría la producción está destinada a abastecer el mercado interno, la fábrica supo llegar a tener una nómina de personal que alcanzó los 1500 trabajadores en el año 2015. La propia empresa y los delegados reconocen que no existe peligro de quiebra pese a la falta de pedidos para producir por parte de NIKE, sino que se estaría trasladando la maquinaria a una ciudad del interior de Buenos Aires para reactivar la producción y de este modo concretar el objetivo de toda empresa, abaratar costos.
En una reunión virtual que participaron Vera y Melgarejo con el directivo de la firma, Joao Batista, el gerente de recursos humanos, Flavio Olea, y la comisión directiva nacional de UTICRA encabezada por Agustín Amicone, secretario general del gremio del calzado, junto a Luis D’estefano y Walter Albornoz. En dicha reunión se habrían pactado los términos para que se lleven adelante el cierre y los despidos masivos, a la medida de las necesidades de la empresa. La dirigencia gremial sólo promete solicitar una reunión con el ministro de industria de la nación para que este brinde soluciones al conflicto, mientras que por parte de los delegados descartaron toda posibilidad de organizarse para seguir sosteniendo la fuente de laboral.
Se estima que unas trescientas diez familias de Eldorado se quedarían sin su fuente laboral en medio de una crisis económica y sanitaria que arremete de lleno contra el movimiento obrero, ocupado y desocupado; los trabajadores de esta ciudad del noreste del país lo vivirían de la peor forma.
Dass lleva trece años produciendo a altos ritmos de trabajo con un prontuario de denuncias por explotación laboral, es una empresa amiga del poder político local y provincial, el ministerio de trabajo y la comisión directiva nacional del gremio, quienes en los últimos años garantizaron el vaciamiento de la fábrica y los despidos de mil doscientos trabajadores y ahora pactan de antemano lo que sería su estocada final.
Dass, incluso funcionando a un quinto de su capacidad, es la principal fuente de trabajo de Eldorado, su cierre definitivo generaría un duro golpe a la economía local destruyendo un importante circuito económico entre fuente directa e indirecta de trabajo, aumentando la cifra de desocupados en una ciudad que prácticamente carece de industria, posee altísimos niveles de desempleo y trabajo informal con salarios muy por debajo de la canasta básica.
En todo el país aumenta a niveles históricos la pobreza, frente a esto, esta fábrica podría producir calzado de calidad para miles de chicos de familias sin ingresos por medio de la compra estatal de su producción, garantizando no sólo derechos a los chicos sino también la principal fuente económico de El Dorado. La pelea contra su cierre es de interés de toda la ciudad, es tiempo de que las y los trabajadores tomen el destino en sus manos, superando la resignación a la que los quiere llevar la conducción sindical.
