Martes 6 de septiembre de 2016
A fines del 2000, el Instituto del Verbo Encarnado (IVE) parecía tener fecha de vencimiento, luego que el arzobispo de San Juan y comisario pontificio, Alfonso Delgado, ordenase el cierre de las tres casas de formación del IVE en San Rafael, Mendoza. El sueño de un imperio religioso, labrado por Carlos Miguel Buela, parecía llegar a su fin. Delgado deslizó que el problema venía desde sus orígenes. Es que el IVE se había formado con los escombros del Seminario que en Paraná habían forjado Adolfo Servando Tortolo y el ex Tacuara Alberto Ezcurra Uriburu, ambos aliados de los militares y los servicios de inteligencia durante los 60 y 70. Con el retorno de la democracia y la muerte de Tortolo, ese bastión del conservadurismo católico que defendía lo medieval fue desactivándose lentamente. Los liderados por Buela y Ezcurra Uriburu fueron cobijados por el obispo León Kruk, cuya diócesis fungió como el reducto que contendría a los cuadros tradicionalistas ahora huérfanos.
Pero el IVE siempre fue resistido. Varios habían sido los intentos de clausura durante la década del ’90, aunque quedaron truncos. Esta vez, el cierre parecía indeclinable. En ese momento, el IVE poseía 149 sacerdotes. No obstante, algunos (pocos) respaldos les permitieron capear el temporal, trasladándose hacia la diócesis italiana de Velletri-Segni y ordenando 49 sacerdotes en la Catedral de La Plata, comandada por el ortodoxo Héctor Aguer. Todo cambiaría definitivamente en 2004, cuando Juan Pablo II designó a Eduardo Taussig en reemplazo de Guillermo Garlatti al frente del obispado de San Rafael. Por fin, Buela respiró hondo. Hoy, con presencia en alrededor de 40 países de los cinco continentes, poseen unos 800 sacerdotes y 1136 hermanas.
Legitimación
Tal como ha quedado expuesto en los últimos escándalos-por caso en Alvear y Malargüe-, el IVE es fuerte fundamentalmente en los departamentos del sur de Mendoza, donde logra torcer la vida local cuando algún evento perturba el sentido común católico. Pero sería un error creer que la torpeza que los llevó, por ejemplo, a forzar la interrupción de Jornadas por el Derecho a la Diversidad Sexual es la norma que rige su praxis.
Una muestra de la complejidad que encarna el IVE es la forma lateral de hacerse publicidad por medio de la participación de sus sacerdotes o monjas situados en lugares donde hay conflictos bélicos. Son innumerables las ocasiones en las que los medios argentinos se hacen eco de religiosos del IVE que cuentan sobre su denodada tarea allí. Sin ir más lejos, a mediados de 2014, cuando por enésima vez recrudeció el ataque sobre la Franja de Gaza, la ex presidente Cristina Fernández pidió, en una alocución oficial, por “la integridad física del sacerdote argentino Jorge Hernández y de las personas asistidas por él”. Ordenado por el IVE, Hernández era el único párroco católico en Gaza. Luego, fue recibido por el papa Francisco, quien, según la propia agencia informativa de la Iglesia argentina, “le preguntó al padre Gonzalo cómo andábamos de vocaciones. Le respondió que por gracia de Dios teníamos un promedio de 85 novicios en estos últimos 4 años. El Papa le dijo: ‘Cuídenlos y fórmenlos bien’”. Tras años de penurias, Hernández sabía bien cuánto significaba que el Sumo Pontífice los haya recibido: “Ciertamente que este encuentro con el Santo Padre es una gracia del buen Dios, para mí y para toda la familia religiosa del IVE”.
Nunca Más
En 2009, el sacerdote Ramiro Sáenz, ordenado en Paraná durante el período de Tortolo y uno de los fundadores del IVE, se sintió un poco dueño de la ciudad cuando impidió que en la sala Maitén de Malargüe se proyectase la película “Ángeles y Demonios”, basada en el libro homónimo del estadounidense Dan Brown, también autor de “El código Da Vinci”.
Uno lustro antes, Sáenz había mostrado otra de las caras que conviven en el IVE: la afinidad con la última dictadura. En 2004, en la escuela local General Manuel N. Savio, la alumna Alejandra Barro presentó un proyecto para que los derechos humanos sean incorporados como tema en las materias Educación Cívica e Historia, tomando como ejemplo la lucha y el recorrido de las organizaciones Madres y Abuelas de Plaza de Mayo: “En el país de nunca más, se llamaba. Fue muy sorpresivo el gran rechazo que recibimos tanto de las autoridades de la escuela como de particulares. A la hora de presentar el stand, nos encontramos con que lo habían quemado y nos habían roto la computadora. Ese mismo día, llegaron monaguillos de la Iglesia católica a la cual yo también pensé que pertenecía, mandados por el padre Ramiro, con un par de libros para revertir nuestro trabajo. Tenían títulos como “La lucha contra la subversión”. Ahí apareció el profesor Carlos (Benedetto), que leyó los libros e hizo una crítica de cada uno. Personalmente, llevé los libros con sus respectivas críticas a la parroquia y el padre Ramiro Sáenz me dijo: “Hasta que no cambies de pensamiento a mi Iglesia no la pisas más”.
Pero el vínculo con lo que sucedió durante el último régimen castrense no concluye ahí ni con la invitación al militar fallecido en 2015 Mario Benjamín Menéndez o a Ricardo Curutchet, creador de la publicación fascistoide Cabildo; pues uno de sus sacerdotes es Javier Olivera, hijo del represor Jorge Olivera, quien, en 2013, se fugó por segunda vez, en esta oportunidad junto con Gustavo De Marchi. Olivera ya había sido detenido en Italia por la desaparición de la modelo franco-argentina Marianne Erize. Cuando fue capturado en 2008, mientras caminaba por las calles de Vicente López, su hijo le escribió una carta en la que lo comparaba con Cristo: “En esta encrucijada de la historia que ahora nos toca vivir, en estos tiempos que debemos sortear, hablaba la otra tarde con el P. Buela y él me decía que debemos comprender ante todo, el misterio central del Cristianismo, esto es, el misterio de Cristo y Cristo crucificado. (…) Él, Nuestro Señor, en circunstancias análogas a las tuyas debió padecer también un juicio injusto: siendo inocente, se hizo pecado al cargar sobre sí nuestras culpas”.
Condena
El ex secretario de Estado del Vaticano y cardenal, Angelo Sodano, hizo entrar por la puerta grande al IVE con motivo de celebrar sus 25 años en 2009. Sodano se encargó de remarcar su potencia abrumadora al aseverar que agradecía a Dios el trabajo de esta congregación, que, en ese momento, poseía 1700 religiosos y religiosas viviendo en 217 comunidades, distribuidas en 73 diócesis de 37 países. Durante la misma fecha, entre el 25 y el 29 de marzo, en San Rafael, el obispo Taussig presidió un festejo, al que asistió más de un millar de fieles. Sodano, mano derecha de Juan Pablo II, fue acusado de mantener negocios espurios con los Legionarios de Cristo y de encubrir a pedófilos a cambio de regalos. Justamente, uno de sus sobrinos fue nombrado por el controvertido Marcial Maciel para levantar la casa de altos estudios de los Legionarios, la Universidad pontificial Regina Apostolorum. Fallecido en 2008, Maciel, creador de los Legionarios y amigo de Augusto Pinochet mientras se desempeñaba como nuncio apostólico durante la dictadura chilena, fue denunciado por abuso de menores, lo que terminó siendo admitido por su propia orden tras su muerte.
Pero el clima festivo no se extendió. 2010 volvió a ser un año conflictivo para el IVE, ya que, en mayo, su creador, Carlos Buela, debió dar formalmente un paso al costado a raíz de los cuestionamientos públicos de familiares, que lo acusaron de ejercer “actitudes de coerción y sometimiento” sobre los ingresantes. No faltaron las críticas de siempre, respecto del retroceso que significa el mantenimiento de viejas costumbres litúrgicas, como el uso de las sotanas negras, la celebración de misas en latín y los cantos gregorianos. Sin embargo, era sabido que Buela conducía desde las sombras.
Ese proceso contra Buela recién concluyó con graves aseveraciones en agosto de este año. Entre otras, afirmaron que el Dicasterio para los Religiosos “ha reconocido la veracidad de las denuncias y ha establecido su imputabilidad, confirmadas en modo específico por parte de dos sumos pontífices”. Entre esas denuncias se encuentran abusos en materia sexual, de autoridad y de conciencia. Asimismo, sin oficializar su intervención por parte del Vaticano, fueron elegidos para el cargo de Superior General Gustavo Nieto y de consejeros Ricardo Clarey y Daniel Cima.
Llamativamente, o no tanto, la página de la Agencia Informativa Católica Argentina, tan atenta a difundir los retiros espirituales vía internet del IVE, omitió cualquier información al respecto.