Santiago asume el cargo dejado por Ione Belarra tras sustituir a Pablo Iglesias como ministra de Derechos sociales. Una muestra más de la vergonzosa integración del PCE al régimen imperialista español.
Roberto Bordón @RobertoBordon13
Martes 30 de marzo de 2021
Enrique Santiago, secretario general del PCE. / José Camó
Enrique Santiago ha sido nombrado secretario de Estado para la Agenda 2030 por Ione Belarra quien hasta ahora había asumido dicha función y que, tras ser ascendida a ministra de Derechos Sociales tras la salida de Pablo Iglesias del gobierno, pone en su antiguo cargo al líder del PCE. Santiago además de dirigir el Partido Comunista, también forma parte de la Ejecutiva de Izquierda Unida como responsable de Modelo de Estado, Justicia e Interior y ha sido hasta ahora portavoz adjunto de Unidas Podemos en el Congreso.
Su función pasará ahora por ver qué políticas puede asumir el Estado Español para cumplir los “Objetivos de Desarrollo Sostenible” definidos por la ONU y que los países firmantes se han comprometido a poner en marcha en 2030. Entre estos objetivos está lograr la igualdad entre las personas, proteger el planeta y garantizar la prosperidad de las sociedades. Es decir, mantener la paz social para promover cambios cosméticos del sistema, pues de los tres objetivos que hemos mencionado los dos primeros son incompatibles con el modo de producción capitalista y el tercero solo interpretarse con la defensa de la propiedad privada, algo que Unidas Podemos ya viene realizando sin necesidad de indicaciones de una agencia imperialista de primer orden como es la ONU.
Si algo ha logrado la presencia de ministros del PCE en el gobierno del Estado Español ha sido asegurar la paz social en este año de crisis por el Covid-19, como señalaba otro ministro del Ejecutivo, Manuel Castells, quien en una reciente entrevista halagaba el rol de Yolanda Díaz, actual Ministra de Trabajo y próximamente vicepresidenta tercera del gobierno de España. Castells felicitó su rol como agente que había conseguido la paz social, tras saber llevar las negociaciones entre la burocracia sindical y los representantes de la patronal. Una acción política que, si bien el señor Castells quiere adjudicar íntegramente a la ministra Díaz, podríamos afirmar que el resto de sus compañeros de partido tampoco se han quedado atrás.
El propio Enrique Santiago defendió recientemente las cargas policiales hacia manifestantes que defendían la libertad de expresión tras la encarcelación de Pablo Hasél. En aquel momento el nuevo Secretario de Estado afirmaba: “La obligación de las FCSE – Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado- es evitar que una pequeña manifestación acabe en un caos, que luego es usado por la derecha”. Es decir, por un lado, avalaba el rol de las fuerzas de represión del Estado burgués como elemento legítimo para responder a la protesta social, mientras por otro lado culpaba a la juventud del uso reaccionario de la derecha a raíz de cualquier tipo de manifestación.
La integración completa del PCE en el Régimen del 78
Nos preguntamos qué pensarán los jóvenes de UJCE sobre la actitud de su bienamado Secretario General. Para los más cínicos la integración de Santiago como Secretario de Estado será vista como un gran movimiento táctico, mientras siguen haciendo malabares para criticar a Podemos por reformista y a la vez justificar la presencia de sus dirigentes en la Ejecutiva del Gobierno de un Estado imperialista y defensor de los intereses del IBEX35.
La actitud de Enrique Santiago revela el grado de integración del PCE (y Unidas Podemos) en el Régimen del 78. Una evolución natural de un partido reformista en declive que tras décadas de ser la “pata izquierda” del Régimen, rol clásico de Izquierda Unida, ahora se ha visto recompensado con sillas en el Consejo de Ministros. Así, mientras las juventudes del PCE sacan campaña tras campaña afirmando que “van a romper con el Régimen” o “rompamos con el Régimen”, los líderes de su partido y de Izquierda Unida siguen ocupando sillones en los Ministerios y Secretarías del Gobierno del Régimen, que sigue avalando una monarquía y sus escándalos de corrupción.
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Con la actitud cínica del que espera su puesto en la cola de pillar un carguito, mientras ve el mundo arder a su alrededor, desde las organizaciones de Unidas Podemos se extiende un relato y un ambiente de negar las consecuencias de la integración en el Régimen y de lo que supone adaptarse a las estructuras del Estado burgués, lo que lleva incluso a negar el rol del gobierno en la represión a manifestantes, afirmando que la Policía Nacional habría sido dirigida por el PP en Madrid o que el PSOE habría actuado a espalda de Unidas Podemos. Un intento de proteger el maltrecho prestigio que el neorreformismo puede mantener en algunas capas más movilizadas de la población, en especial de la juventud, que pueden dar la espalda a una organización, Podemos, que ha tenido que sacar a su mayor dirigente del gobierno central para salvar sus posiciones en la Comunidad de Madrid.
Así las cosas, podemos asegurar que, en el próximo ciclo, cuando la paz social construida por la ministra “comunista” Yolanda Díaz se ponga en entredicho tras el final de los ERTES, asistiremos al esperpéntico espectáculo que ya se vivió en Andalucía durante el gobierno de coalición PSOE-IU anterior al surgimiento de Podemos. En aquellos años donde se recortó gravemente la Educación y Sanidad al mismo tiempo que Izquierda Unida y el PCE andaluz mantuvieron aquella máxima propagandística de que los recortes de su gobierno apretaban, pero no ahogaban a la clase obrera andaluza y que se debía seguir manteniendo el apoyo a dicho Ejecutivo. Un triste show en el que el progresismo agitará el fantasma del fascismo para tratar de convencer a la población de que los recortes hechos por cargos públicos del PCE o de Podemos son mejores (a pesar de ser lo mismo) que si lo hace la derecha. Esperamos que al menos un sector de las y los militantes del PCE que no estén dispuestos a tragarse semejante sapo se rebelen contra esta capitulación escándalos al régimen capitalista.
Roberto Bordón
Andalucía