Luego de que elementos de seguridad y particulares intentaran desalojar a habitantes de la col. Juárez en la Ciudad de México, se desató un enfrentamiento entre vecinos y policías.

Óscar Fernández @OscarFdz94
Sábado 16 de octubre de 2021
La mañana de este viernes fue tendencia en redes el desalojo de un predio en la calle de Turín y cerca de la calle de Versalles en la alcaldía Cuauhtémoc, en la Ciudad de México. Según distintas versiones, se trataba de un problema entre particulares.
Es común que entre particulares, los dueños de predios o quienes quieren despojar terrenos hagan uso de golpeadores y grupos porriles para aparentar que se trata de un conflicto en igualdad de circunstancias y para no afectar negativamente a los prestanombres. El desalojo se hizo sin presencia policial ni orden judicial.
La colonia Juárez es de las colonias más viejas de la ciudad, con construcciones que datan de inicios del siglo XX incluso. Por esa razón es que es de las que más plusvalía tiene y se ha visto gentrificada en los últimos años, como lo atestigua el incremento de distintos negocios y comercios en la zona, similar a como ocurrió con su vecina, la colonia Roma.
Por otra parte, quienes fueron desalojados resultaron ser miembros de la comunidad mazahua, una de las comunidades indígenas originarias del norte del país, en el estado de Coahuila. El motivo de su desalojo habría sido presuntamente la falta de pago de la renta del predio.
Los desalojos son consecuencia del capitalismo
Este enfrentamiento puede que preanuncie una tendencia en los próximos meses o incluso años y que fue una de las características plenas del capitalismo en crisis en Europa hace una década: los desahucios.
En el Estado Español, Grecia, Alemania, Portugal y varios países europeos al calor de los primeros años de la crisis de 2008 fue que, como consecuencia de las medidas de ajuste económico, resultó imposible pagar las hipotecas, por lo que decenas de personas eran desalojadas de sus viviendas con lujo de violencia y mediante el uso de la fuerza pública.
La situación se volvió tan desesperante que entre personas de la tercera edad, el suicidio incrementó debido a que les resultaba imposible pagar sus deudas —ilegítimas, pues en realidad era deuda privada de los bancos que había sido descargada a las espaldas de los sectores populares como deuda pública—, y esa falta de pagos incrementaba su miedo de perder su vivienda.
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En el caso de México, las rentas en la capital se han incrementado, a la vez que también sube la plusvalía de colonias en proceso de gentrificación como la Roma, Condesa, Juárez, Tabacalera, sectores del Centro Histórico, así como las clasemedieras Del Valle, Nápoles, Nochebuena, Ciudad de los Deportes y San Pedro de los Pinos. Esto se complementa con la criminal especulación inmobiliaria permitida por los partidos del congreso, quienes permiten la construcción de grandes obras como el del pueblo de Xoco en la Benito Juárez o el de Aztecas 215 en Coyoacán.
En el interior del país, las rentas y el precio de compra de una vivienda es exponencialmente menor que en la Ciudad de México y la Zona Metropolitana del Valle de México.
Es posible frenar el alza de rentas
No obstante, es posible frenar este escenario de pesadilla que aún no se hace extenso en nuestro país, pero que de todas formas ya asomó su cabeza con este tipo de incidentes como el de la mañana de este viernes. Justamente en varias ocasiones se logró frenar los desahucios en el Estado español mediante movilizaciones en solidaridad con los vecinos que eran despojados de sus viviendas.
Asimismo, en Alemania, recientemente en las últimas elecciones nacionales también se votó en Berlín contra la especulación inmobiliaria, donde la mayoría votó a favor de que se expropiaran varias viviendas vacías para poder ser dadas a familias que hoy están en la calle.
Para que desalojos como el de la colonia Juárez no se repitan es necesario que surja un gran movimiento contra los desalojos, independiente del gobierno, que ayude a movilizarse contra éstos y contando con la solidaridad de las organizaciones obreras, vecinales, sindicales y populares, así como también es clave frenar la especulación inmobiliaria, poniendo las viviendas a precios accesibles y con créditos baratos, financiando un plan nacional de vivienda por medio del no pago de la deuda externa y la expropiación de las grandes fortunas, empezando por las de las empresas inmobiliarias que se enriquecen con la necesidad básica de vivir y cuya sed de ganancia fue corresponsable de los derrumbes del sismo de 2017, como el residencial San José en la colonia Portales, que tenía paredes de unicel y cuyo colapso provocó la muerte de dos mujeres.
Dicho escenario no será posible llevarlo a cabo confiando en los partidos del régimen que defienden a los empresarios, ya sea que estén abanderando la llamada "Cuarta Transformación" o la oposición de derecha neoliberal. Sólo mediante la autoorganización obrera y popular es que podremos imponer nuestras demandas y garantizar viviendas dignas y seguras para todos, pues nuestras vidas valen más que sus ganancias.

Óscar Fernández
Politólogo - Universidad Iberoamericana