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Red Internacional
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PARO FACULTAD DE HUMANIDADES. Intoxicados y hacinados: la realidad de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Valparaíso

Los estudiantes cumplen una semana de paro, exigiendo respuestas de parte de Decanatura y Rectoría. El cuerpo docente aún no reanuda sus actividades.

Viernes 26 de mayo de 2017

A partir del martes 16 de mayo, la comunidad de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Valparaíso (UV) se ha visto afectada en el normal funcionamiento de sus actividades académicas y administrativas. ¿El motivo? Una fumigación anti-termitas que dejó a más de una decena de funcionarias y docentes intoxicados e intoxicadas. La responsable de dicha labor fue la empresa FUMISOL, que tiene contrato con la universidad.

Sin embargo, la empresa no fue la única en actuar negligentemente, también así lo hizo la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), entidad que demoró 48 horas en inspeccionar el lugar contaminado. La Asociación también ha actuado con una diferencia de criterios abismante para con los trabajadores que se atendieron en sus dependencias y quienes decidieron hacerlo de forma particular. Éstos últimos recibieron cinco días de licencia médica, mientras que la ACHS solo otorgó medio día de reposo.

Según explicó un experto de este organismo en una reunión que se desarrolló dentro de esta semana en las dependencias de la universidad, la diferencia de criterios radicaría en que las licencias médicas se pagan cuando son de al menos cinco días, sin embargo en la UV esto no corre, ya que se pagan desde el primer día.

Un tercer actor que los estudiantes esperan que asuma responsabilidad es la máxima autoridad de la Facultad de Humanidades, el decano Juan Estanislao Pérez, a quien acusan de no actuar competentemente, debido a que el día miércoles 17 de mayo, los funcionarios y funcionarias volvieron a cumplir labores en las oficinas contaminadas, provocando que nuevamente volvieran a presentar molestias, incluso vómitos.

Un problema más profundo

Los problemas en la Facultad no son nuevos. Hoy en día, funciona sin informe sanitario, ya que fue rechazado en diciembre del año pasado; algunas de sus salas presentan hongos en sus paredes; el casino no da abasto en la hora de almuerzo; el pequeño patio con el que cuentan las personas, muchas veces concentra un fuerte olor a heces; y el lugar de esparcimiento, donde los estudiantes contaban con una mesa de ping pong fue cerrado a fines del 2016.

Ante estas dificultades, el estamento estudiantil se mantiene en paro desde el jueves 18, mientras que el cuerpo docente reunido en un claustro acordó que no reanudará sus actividades mientras la autoridad sanitaria regional no certifique condiciones de habitabilidad, salud, higiene y seguridad del espacio. Dicha solicitud fue ingresada por los estudiantes el día viernes 19 en la SEREMI de Salud como en la Secretaría Regional Ministerial de Salud, sin embargo, dicha fiscalización aún no ocurre.

Durante la próxima semana, la comunidad universitaria continuará con la mesa de trabajo que mantienen con pro-rectoría, mientras avanzan en aunar criterios comunes, para lo cual desarrollarán un claustro triestamental.

Al menos desde el estudiantado, se viene manifestando la necesidad que se les traslade de edificio mientras avanzan en la confección de un petitorio que busca entre otras cosas poner fin a los contratos inestables en los que se mantiene a funcionarios y funcionarias. Todo esto en el marco de una movilización que gana cada día más fuerza.

Los problemas de la Facultad de Humanidades son los problemas que arrastra la educación pública en nuestro país, la cual ha sido profundamente precarizada tras años de políticas neoliberales; situación que no cambia con la actual Reforma Educacional que se discute en el Parlamento y que mantiene intacto el negocio en la educación.