Los temporales del fin de semana, que se dieron sobre todo en el norte del país, dejaron un saldo de más de mil personas desplazadas. Más allá de cuestiones climáticas los problemas de fondo son la falta de infraestructura y de inversión.
Viernes 14 de abril de 2017
Un problema que se repite
Los problemas ocasionados por las lluvias en el fin de semana son hechos que se repiten con regularidad en diferentes puntos del país. Cada poco tiempo se suceden situaciones similares, las mismas zonas inundables, los mismos barrios que quedan sumergidos con las consiguientes pérdidas de quienes viven allí. Casi siempre se trata de personas de bajos recursos que no tienen alternativas para localizar sus hogares como consecuencia de la especulación inmobiliaria y la falta de planes de viviendas en zonas seguras.
Esta vez le toco el turno a Artigas y Rivera; en el primer departamento fueron más de 1000 personas las desplazadas entre evacuados y autoevacuados. La subida del Río Cuareim provocó el desplazamiento de los habitantes de sus zonas aledañas, la mayor parte de ellos ladrilleros, pescadores, ladrilleros, empleadas domésticas y personas que sacan arena del río.
Mientras tanto en Rivera, donde el impacto fue algo menor, más de 500 personas debieron dejar sus hogares.
Improvisación y falta de recursos
La falta de inversiones en infraestructura que permita dar una solución de fondo a estos problemas es producto de una decisión política de gobernantes departamentales y nacionales. Los subsidios al capital, las exoneraciones impositivas (en Rivera y Artigas por ejemplo están todas las facilidades que se les dan a los free-shops o a los grandes propietarios de tierras) son ingresos que se resignan en función de priorizar las ganancias capitalistas.
La falta de oportunidades laborales y los bajos salarios empujan a trabajadores y sectores populares a instalarse en zonas que son inundables mientras los gobernantes son incapaces de realizar las obras de infraestructuras necesarias o planes de viviendas en zonas seguras.
Pero en cada situación como la vivida en este fin de semana revela también la desidia e improvisación de las autoridades. El propio intendente de Artigas Pablo Caram expresó como debieron salir de apuro a pedir que clubes deportivos o sociales prestaran sus instalaciones y las dificultades que se dieron ya que sus responsables se encontraban de viaje o los clubes estaban ocupados por fiestas particulares. Una improvisación lamentable que revela la incapacidad de planificación ante situaciones climáticas que se sabe se repiten cada tanto tiempo.