La Izquierda Diario entrevistó a Elina Rodríguez del colectivo Micro, ante la presentación de la Conferencia Performativa Invitaciones Remotas en Montevideo el próximo 29 de abril. Esta conferencia se continúa en un ciclo de presentaciones en Buenos Aires los dos primeros viernes de mayo en el Club Cultural Matienzo a las 20hs. y los dos últimos en casas privadas.
Sábado 23 de abril de 2016
Foto: María Baumler
Para comenzar nos gustaría que te presentes brevemente, mencionando lo que motiva tu trabajo y cuál es tu búsqueda.
Me dedico al desarrollo de diversos proyectos de arte, parto desde una práctica de danza dado que ese es mi background y por donde me divierte imaginar. Pero por lo general los proyectos terminan derivando en formatos híbridos que no necesariamente son los de una obra de danza en términos tradicionales. No podría decir que soy coreógrafa, no es una palabra que sienta que me represente, no monto obras ni para mi ni para otros. Me gusta hablar de movimiento, me interesa lo inasible y como fenómeno que atraviesa todos los cuerpos. Movimiento como posibilidad de desjerarquizar vínculos y alterar posiciones. Considero que los proyectos son colectivos y contextuales de hecho, entonces desarrollo la práctica desde estos focos. Integro colectivo Micro y también otro colectivo que es el Centro Rural de Arte.
¿Sobre qué puntos de interés confluiste con Virginia Barcelona y Carolina Tironi para formar el colectivo Micro? ¿Cuándo y cómo surge?
Nuestro interés está en investigar posibles lógicas de intercambiar danza. Reflexionar sobre los modos de hacer, los formatos, soportes, dispositivos y relaciones de trabajo. Esto genera la necesidad de recrear ciertas condiciones materiales que favorezcan esos proceso de intercambio. La pregunta de cómo generar diálogo e intercambio de danza es para el colectivo un interrogante práctico, estético y político.
En concreto Invitaciones Remotas que es el proyecto que vamos a presentar, es una conferencia sobre un proceso de trabajo que dio inicio al colectivo. En el 2013 a partir de algunos deseos, fundamentalmente bailar, generar una red de vínculos remotos, trabajar por fuera de espacios de arte y diseñar un proyecto que pudiera comenzar instantáneamente sin la necesidad de esperar ningún tipo de aprobación por parte de un subsidio o de una convocatoria, diseñé un procedimiento con el objetivo de provocar una comunicación entre bailarines, un experimento. Este procedimiento fue una invitación enviada vía correo electrónico que se tradujo al inglés y al español para poder llegar a distintos destinatarios.
Básicamente un formato de cadáver exquisito, donde participaban 4 bailarines. Siguiendo una serie de pautas, cada bailarín filmaba una parte del video con parámetros de tiempo y de filmación simples y precisos. Entonces, por ejemplo yo comenzaba en Argentina, realizaba la primera parte de la pieza y enviaba a otro bailarín que no viviera en mi mismo país, el último video frame (fotograma). Este a partir de lo que le sugería el frame que recibía, le daba continuidad en el desarrollo de su pieza. Para la creación de la pieza se debía seguir una serie de pautas como darle continuidad al frame que recibías de la pieza anterior. Punto muy importante para observar la comunicación, previendo que ese dar continuidad era un modo de generar diálogo, es decir, no hacer lo que te parece con esas pautas, sino continuar a partir de una observación. Otras de las pautas eran elegir un contexto urbano, que no fuera un espacio de arte; para el desarrollo de lenguaje trabajar con la pregunta de cómo ese cuerpo se integra a ese contexto; no desarrollar ninguna idea nueva. La intención era que la pieza no utilice ningún elemento nuevo. Sino mas bien reutilizar tanto lugares, como lenguaje de movimiento, objetos o cualquier cosa que se incluya para su desarrollo y por último podía haber un solo performer, o los que fuesen necesarios.
No se trató de un video-danza, sino que el video fue el medio para poner en relación a los integrantes del proyecto.
Entonces invito a Virginia, con quien vengo colaborando desde hace varios años, a que lance también ella una cadena de video y pensamos en una tercera invitación que extendimos a Carolina. Tres cadenas se lanzaron en simultaneo desde Buenos Aires. Estos lanzamientos viajaron por Túnez, Marruecos, Francia, Noruega, Israel, Estados Unidos y tenían cuatro instancias, es decir cada cadena la integraban cuatro bailarines, al finalizar el cuarto se enviaba todo el material de vuelta a cada iniciadora de la cadena. Acá trabajamos con un editor, Alan Martín Segal, que realizó un trabajo sencillo y sutil de enlace entre las piezas.
Además de los videos, nos interesó recopilar todas las otras materialidades que a cada uno le surgían de su proceso y sus decisiones. Toda esta información esta editada en una página web. Como decía anteriormente, esta instancia no tenía para nada las intenciones de ser una obra de arte, fue en principio un intento de comunicación, de probar qué diálogo se podía lograr entre personas remotas a partir de ese procedimiento. Nos interesa observar lo que pasó, mas allá de la lógica de si funciona o no. Fue un experimento, un juego y el proceso que da inicio al colectivo.
Foto: Ignacio García Lizziero
¿Cómo se desarrolló a partir de ahí el proyecto Invitaciones Remotas? Hablanos de las conferencias.
Ese proceso nos tomó casi un año. La experiencia fue en verdad muy voluminosa, de muchas capas y se nos abrieron un montón de asuntos que alimentaron el diseño de talleres y laboratorios en torno a este proceso. Pensamos cómo podíamos compartir esto con más personas. Entonces en el 2014 se abre una convocatoria en el Centro Cultural Sábato y nos escribe Valeria Martínez, que dirige el lugar y que ya conocía el proyecto y nos invita a participar. En ese momento creímos que el formato de conferencia performativa podía venirnos muy bien como soporte para explicitar todo este proceso y empezamos a trabajar un poco en esa línea. Investigamos el soporte y le dimos una forma que en definitiva terminó desbordando un poco el formato de conferencia performativa porque, por ejemplo, la conferencia empieza con una instalación.
La instalación contiene materiales textuales, mapas que vinculan los contextos de filmación de un modo muy singular y que diseñó una artista amiga del colectivo Elena Landinez, y una ambientación sonora que realiza el Dj Martín Reccia y que se extiende a lo largo de toda la conferencia. Entonces hay un primer momento muy social, de ir llegando, encuentros con otros, los materiales, el lugar y en medio de esta dinámica se empieza a entretejer la conferencia. Lo que nos interesó de la conferencia fue cómo poder actualizar con la audiencia los asuntos nodales de ese proceso, es decir, no sólo comunicar el proceso como un pasado, sino con el grupo de personas presentes ahí, cómo poder trabajar sobre esos aspectos in situ. La experiencia se documenta en fotos y video que estan a cargo de María Baumler e Ignacio García Lizziero.
Vemos que el colectivo tiene varias líneas de trabajo, una más creativa o de proceso, otra de divulgación, otra de formación o estudio. Hablanos un poco más de esto.
Sí, como te contaba este proceso funcionó como disparador de una labor mas múltiple para el colectivo que fuimos desplegando en algunas líneas de trabajo, por un lado la creación de procesos, y amplificar la comunicación de los mismos a partir de conferencias, por otro, desarrollar laboratorios donde intercambiar prácticas y entrenamientos, y lo que llamamos apropiaciones, que implica volver transferibles al proceso de otros artistas o grupos los dispositivos que diseñamos. En esta oportunidad, estamos trabajando en la apropiación de este procedimiento con GEAM (grupo de experimentación de artes del movimiento) de la UNA para ponernos en vinculación con otros grupos universitarios.
Siguiendo con esta línea de apropiaciones, contanos un poco más del proyecto con el GEAM en la UNA
Yo hace tres años que vengo trabajando con el grupo de experimentación de la UNA y el año pasado hicimos una prueba piloto de este dispositivo de videos al interior del grupo. Una red ya no remota, ni por fuera de la institución, ni de los espacios de arte, sino todo lo contrario, en el marco de una universidad de artes. Cuando terminamos ese proceso, imaginamos y evaluamos con el grupo, cómo podía crecer el dispositivo en ese marco, y surge ahí, la posibilidad de usarlo para ponernos en comunicación y lograr hacer procesos creativos a la distancia con otros grupos universitarios del país. Entonces este año Sandra Reggiani, que dirige el grupo, convoca al colectivo a coordinar esta apropiación. Una mutación del dispositivo, es decir, colectivo Micro coordina una acción colectiva del grupo, que se filma y envía el último frame a otros grupos universitarios con el objetivo que le den continuidad, varias continuidades de una misma pieza. Uno de los grupos invitados es de IUPA (Instituto Universitario Patagónico de Artes). La idea también es una vez terminado el proceso, editarlo en una conferencia que presentaremos con el grupo más adelante.
Hablanos un poco de la conferencia que van a presentar en Montevideo el próximo 29 de abril.
Algo que nos interesa un montón es la versatilidad que pueden adquirir los proyectos al ser emplazados en distintos contextos. Dejar que se contaminen y se transformen. Un caso puntual es este de Montevideo, donde nos presentaremos en el marco de los festejos del mes de la danza. El Taller Casarodante, un espacio referencial, realiza una jornada que incluye en el programa exposiciones de fotos, improvisaciones y allí vamos a llevar la conferencia.
La versión original de la conferencia dura aproximadamente una hora y media, y en esta oportunidad la vamos a hacer en 25 minutos, por lo que hubo que hacer una adaptación enorme y súper desafiante porque implica hacer una micro-conferencia. Nos divirtió mucho ese desafío, cómo hablar de algo que ni siquiera tenemos la posibilidad de mostrar y cómo jugar con eso. Cómo cada invitación puede volverse el soporte de trabajo. Esto va a ser justo una semana antes de estrenar acá en Buenos Aires con un ciclo de funciones en las que adaptamos la conferencia a distintos espacios. Nos interesó probar en un espacio teatral como es el Club Cultural Matienzo donde haremos dos funciones los primeros viernes de mayo a las 20hs. Después nos interesó también probar la conferencia en casas particulares. La elección de esas casas tuvo que ver con que fueran espacios de vivienda y de trabajo al mismo tiempo. El ciclo se hará en dos casas distintas, una de un ilustrador que tiene un skatepark en el subsuelo de su casa donde nos interesó emplazar la conferencia. La otra es una casa en Palermo con un estudio grande, donde eventualmente se hacen presentaciones.
Foto: María Baumler