Viernes 13 de mayo de 2016 00:11
Mucho está dando que hablar la actual Presidenta de Aerolíneas Argentinas, Isela Constantini, ya que la empresa está en el foco de la tormenta. Reducción de presupuesto, cierre de rutas, avance de empresas de capital extranjero y preocupación entre los trabajadores.
Formada en las entrañas de una multinacional yankee, en 1998 arranca su carrera empresarial dentro de la empresa General Motors (GM). En 2010 llega a ser directora regional de Sudamérica y en 2012 es nombrada presidente y directora ejecutiva de GM Argentina, Paraguay y Uruguay. Lideró Asociación de Fabricantes de Automotores (ADEFA) hasta ingresar a Aerolíneas y fue elegida como la “CEO del año 2015”.
General Motors
Para entender su escuela, cabe recordar algunos ejemplos de la política anti-obrera de esta empresa. Es una costumbre en las automotrices, incluida esta, despedir contratados y suspender, a veces rotativamente, a veces por periodos extensivos a grupos de trabajadores. En Brasil la GM amenazó con despedir 800 trabajadores, lo que desató 6 días de huelga y una resistencia por parte de los trabajadores que hizo retroceder a la empresa. En 2008 en Santa Fe que, entre suspensiones y despidos, mantuvo 160 empleados aislados de sus compañeros en un quincho fuera de la planta, en una clara actitud persecutoria. Una de las enseñanzas más importantes de estos CEOs es que cuando las ganancias no son tan grandes como años anteriores, la variable de ajuste siempre son los trabajadores. GM le prometió a Isela guardarle el puesto hasta que termine el “trabajo sucio” en Aerolíneas Argentinas.
Aerolíneas Argentinas
Desde que asumió Constantini fue la cara del ajuste. Aerolíneas hoy es una tormenta de operaciones mediáticas. En las “cartitas de Isela” dice que el Gobierno no va a invertir la cantidad de subsidios que venía invirtiendo y le pide a sus trabajadores que “recorten sus gastos”. Después de idas y vueltas, y reuniones con el gremio, se conoció lo que ya era obvio: los subsidios del Estado pasa de 420 millones de dólares a 260 millones. Su discurso de querer sacar a flote a Aerolíneas es una farsa. Se cerraron rutas como Brasilia y Cuba, se le entregaron rutas que antes hacía Aerolíneas a LAN, se le vendió la empresa del Grupo Macri MACAIR a Avianca para facilitarle la entrada al mundo de la aeronáutica argentina, y mantuvieron reuniones con distintas empresas –como Low Cost– que también volarían los cielos.
En síntesis, el macrismo junto a la hija pródiga de los empresarios automotrices están llevando adelante un plan que lleva a la privatización de Aerolíneas o a reducirla a su mínima expresión. Los trabajadores están en alerta, una chispa puede hacer que se desate el conflicto, los puestos de trabajo y las condiciones no pueden ser la variable del ajuste.